Vi y Caitlyn dándose mucho amor en escenarios muy sexys que me invento de la nada.
Disfruta <3
(No hay portada porque no tengo imaginación para eso).
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. .
<3
Los días de oficina son realmente aburridos.
Y Vi lo sabía muy bien. Sentada con una pila de papeleo que parecía jamás acabar encima de su mesa, se lamentaba en silencio esperando a que pronto fuera la hora de descanso.
Prefería tener que patrullar una calle peligrosa antes que tener el trasero aplastado en una silla "ergonómica" que le dejaba los antebrazos marcados con sus incómodas almohadillas recubiertas por rejillas de tela. Era tedioso.
Siempre es mejor patear la retaguardia de unos borrachos o ladrones y olvidarse de llenar fichas enteras con su información, procesos y esa mierda policiaca.
Aunque, estaba segura de que su compañera sí que lo disfrutaba, vaya que sí, la peliazul sentada en el escritorio de enfrente mantenía una pequeña sonrisa mientras escribía a toda velocidad sobre los papeles. Estaba totalmente inmersa en aquella actividad que a Vi le resultaba aburrida.
Vi se quedó un rato observándola.
Que bonitos eran los ojos de su compañera, tenía una mirada penetrante, su cabello azul estaba perfectamente peinado, casi brillaba, y llevaba un maquillaje natural, solo resaltaba más sus ya atractivas facciones.
Era muy bonita su jefa. No lo podía negar.
También había algo más que podía ver en su compañera, mejor dicho, dos cosas. Nada demasiado prominente, del tamaño perfecto, proporcionales diría ella. Esas cosas también eran muy bonitas, pero no estaba bien mirarlas así, por lo que desvió sus ojos a otro lado con algo de pena.
Bueno... De todas formas, Caitlyn no estaba enterada de cuánto la observaba su compañera, y menos de sus pensamientos o los sentimientos que tenía por ella.
Grwrrw.
Su estómago rugió con fuerza.
Vi se llevó las manos al estómago y se levantó de la silla. Antes de estirarse, le dio una pequeña mirada a su compañera; no parecía inmutarse ante sus acciones.
—Jefa —canturreó con una sonrisita.
—¿Ajá...? —contestó la peliazul, ni siquiera la miraba.
—¿Crees que pueda tomar un pequeño receso y comer algo? —preguntó dudosa.
Caitlyn suspiró y para sorpresa de la contraria se levantó de su silla para acercarse a ella.
—Veamos... ¿Ya acabaste lo que te mandé? —ojeó los papeles sobre la mesa y después la miró con irónica expresión.
Totalmente indefensa, Vi frunció los labios formando una triste mueca en su rostro.
