2. Nothin' on You.

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<3

Su mirada se mantenía clavada en el techo de aquel lugar.

¿Por qué había accedido estar en un evento cómo ese?

Ella no encajaba.

Con las cicatrices en su cara, los tatuajes y vendas en sus brazos, su cabello desordenado y sus escasos modales.

Todos los presentes allí eran personas de la alta sociedad, con sus trajes y vestidos elegantes, con sus cabellos peinados, sonrisas falsas y etiqueta.

Solo estaba allí por hacerle un favor a la peliazul que le había devuelto el propósito a su vida. Aunque ella también parecía encajar entre esas personas, lo cierto es que Caitlyn era, por mucho, mejor que todos esos ricos creídos y superficiales.

El trabajo arduo de Caitlyn, le permitía a Piltover disfrutar de gran seguridad y estar libre de corrupción. Ella les proporcionaba estabilidad, su trabajo como sheriff era perfecto.

Ella era perfecta, para Vi lo era.

Sin embargo, no quería observarla, porque no podía contener esas punzadas en el pecho que le daban cuando notaba a la ojiazul riéndose por los comentarios de algún tipejo al que parecía que una vaca le había lamido el cabello.

Era molesto.

Ella también podía hacer buenas bromas, Caitlyn le había dicho que poseía gran carisma y una risa contagiosa.

Pero no había tenido oportunidad de hablar con ella en toda la noche, ¿qué sentido tenía ser tan graciosa si ella no podía escuchar lo que tenía que decir?

Después de ver a otro tipo riéndose e incluso poniendo su mano sobre el hombro de la peliazul, Vi ya no pudo tolerar más tiempo estando sentada sin hacer nada.

Se levantó y caminó en dirección a Caitlyn con pasó decidido.

—Necesito que vengas conmigo —dijo cuando estuvo frente a ella. Y sin esperar respuesta la tomó de la muñeca.

Caitlyn se disculpó con sus acompañantes mientras se alejaba guiada por Vi.

—Vi, ¿está todo bien? —preguntó genuinamente preocupada cuando ambas estuvieron en la terraza, aisladas de cualquier ruido.

La pelirosa se mantuvo cabizbaja y en silencio, pero no soltaba la muñeca de la contraria. Así se mantuvieron durante unos momentos hasta que decidió hablar.

—¿Por qué me trajiste aquí? —cuestionó mirándola fijamente.

—Bueno, quise que fueras mi acompañante, porque eres mi amiga —respondió con una cálida sonrisa.

—No has pasado mucho tiempo conmigo desde que hemos llegado.

—Lo lamento, no pensé que las personas aquí quisieran hablar tanto conmigo —se disculpó y apretó suavemente su mano— Aunque, es lindo que las personas aprecien mi trabajo.

Vi asintió.

—Lo mereces. Todo lo que haces es increíble, tú eres... Eres maravillosa —una sonrisa sincera se mostró en su rostro.

Caitlyn se sonrojó ante las palabras de su compañera.

—Gracias... —rió nerviosa— Muchas de las cosas que hago, también son gracias a ti, compañera.

—¡Bah! Claro que no, tú haces lo pesado, yo me divierto pateando el trasero de unos idiotas, no lo considero un trabajo —bromeó.

—Oh, pero lo es y te lo agradezco mucho, Vi —asintió con firmeza— Definitivamente eres un pilar importante para la seguridad de esta ciudad, y eres una gran compañera y persona.

Antes de que Vi pudiera decir algo, Caitlyn preguntó:

—¿Por qué me has traído aquí? No creo que haya sido para echarnos flores mutuamente, ¿o sí?

—¿Te enojaría si fuera así? —contestó sin tardar.

—Para nada, me duele la boca de fingir sonrisas —confesó entre pequeñas risas.

La pelirosa celebró internamente; sabía que esos tipos no eran tan interesantes. Había salvado a su compañera del aburrimiento.

—Caitlyn... Te traje porque no podía dejar de sentirme extraña al verte reír con esas personas, aunque ahora me alegra que solo fueran risas falsas —le reveló y tomó ambas de sus manos— Pero creo saber la razón por la que me he sentido tan extraña.

Los ojos azules de la contraria observaban a Vi y su expresión mostraba expectativa y confusión. Caitlyn no sabía bien cómo proceder ante las palabras de su compañera.

—Vi...

—Te quiero, cupcake. Te quiero de verdad, más que una compañera o amiga. Te quiero tanto que no puedo evitar pensar en ti cada día. Desde que te vi frente a mí tras las rejas de esa celda y aunque no me conocías, decidiste confiar en mí —estaba muy segura de cada palabra que decía— Tú me diste un hogar, amistad, comprensión... Propósito. Tú salvaste mi vida. Me salvaste.

Una pequeña lágrima se le escapó al confesar su amor.

—Y no me arrepiento de haber confiado en ti, Violet —limpió aquella lágrima— Estoy feliz de haberlo hecho, jamás me has decepcionado. Todos dicen que se sienten seguros gracias a mí, pero yo me siento segura gracias a ti. Tú eres quién me protege y cuida siempre.

Vi sonrió ampliamente, una gran calidez recorrió todo su cuerpo.

—¿Eso significa que tú también...?

—Claro que te quiero.

—Siempre pensé que tendría que verte con uno de esos tipos de alta sociedad —rió incrédula— No pensé que pudieras corresponderme, yo soy muy diferente a todas esas personas...

—Oh, Vi... No tienen nada de ti. Tienes razón, eres muy diferente —respondió divertida— Tú eres mucho más divertida, inteligente, atractiva, fuerte, y sobre todo, una buena persona.

La mano de Caitlyn proporcionó una pequeña y dulce caricia en la mejilla de Vi, haciéndole sentir que sus pies se desplegaban del suelo.

—¿Ya te he dicho que te ves muy bien con ese vestido? —balbuceó rendida ante el toque de su compañera.

—Yo creo que el traje te queda perfecto —la peliazul mordió su labio inferior.

Aquel gesto, alteró a Vi de todas las formas posibles. No podía pensar ni un poco, y lo único que quería era besar a la hermosa mujer frente a ella.

Se acercó ante la sorpresa de Caitlyn, y sin esperar alguna respuesta, sus labios aterrizaron sobre los de ella. Y pronto fue correspondida, comenzando un beso largo y profundo, lleno de amor.

Ni siquiera se percataron de que las puertas de cristal que daban a la terraza dejaban ver todo el espectáculo al resto de los presentes en aquel lugar.

Aunque no les interesaba si las estaban mirando, lo único que importaba era ellas juntas, dándose todo lo que necesitaban y querían.

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Se ponía romántica de la nada, lol.

Bueno, quedó más o menos, creo.

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𝑪𝑨𝑰𝑻𝑽𝑰 | 𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔 (𝑨𝑹𝑪𝑨𝑵𝑬) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora