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Recostada bocabajo sobre la gran cama de su amiga, Vi jugueteaba con sus dedos mientras la esperaba. Su nariz percibía un agradable aroma; limpio e impecable, acompañado de un toque del perfume de la peliazul dueña de la habitación. Era relajante.
Esperaba que Caitlyn se tardara más tiempo de lo habitual, así podría dejar caer también su cabeza y respirar mejor el suave aroma de las sábanas. Además de tomar un pequeño descanso en una cama tan cómoda.
Sus ojos se iban cerrando de a poco, pero intentaba mantenerse despierta. No quería que su amiga la encontrara dormida, por respeto, suponía. Lamentablemente, solo unos instantes después, Vi perdió su pequeña guerra interior con el sueño.
No supo cuánto tiempo había pasado cuando se despertó, aunque sin abrir los ojos, al sentir unas suaves caricias en su cabello y escuchar pequeñas risas de una voz que reconocía a la perfección. Al parecer se había dormido el suficiente tiempo para que Caitlyn estuviera finalmente lista.
Después de pensarlo un poco, decidió que no quería interrumpir las caricias que su amiga le proporcionaba, por lo que siguió fingiendo estar profundamente dormida. Los delgados dedos de Caitlyn se acomodaban con suavidad através de las rosadas hebras que formaban el alborotado cabello de Vi y las yemas de sus dedos ejercían ligera presión sobre el cuero cabelludo.
Que dedos tan maravillosos tenía esa muchacha.
Un rato más tarde, decidió que era hora de levantarse. Dio un bostezo y giró la cabeza en dirección a su amiga, quien se encontraba sentada en el borde de la cama, topandose con una imagen que logró llevar toda la sangre de su cuerpo directamente a su cara. Sus ojos dieron una rápida mirada de arriba a abajo; unas lindas medias largas color azul adornaban las piernas de Caitlyn, dejando una pequeña parte de sus muslos sin cubrir.
Tragó duro antes de hablar.
—Hola... —saludó con una sonrisa nerviosa— Perdón por dormirme, tu cama es bastante cómoda.
La contraria retiró la mano de su cabello con cuidado.
—No te preocupes, Vi —respondió amablemente.
Vi se estiró y se incorporó rápidamente para sentarse junto a Caitlyn, cuando estuvieron costado a costado, no pudo evitar fijar su vista en distintos puntos del cuerpo de su amiga, notando la ropa que llevaba: Una falda azul con bordados blancos, un corsé de cuero marrón y debajo una blusa blanca con las mangas cortas y pomposas. Su largo cabello azul estaba perfectamente peinado y su piel lucia radiante.
A veces Vi se sorprendía a sí misma. Tenía a una maravillosa chica, que además era un completo espectáculo visual, sentada a su lado, sin compromiso alguno y aún no había hecho un solo movimiento.
Bueno, tenía que admitir que el miedo le ganaba. Había formado una bonita amistad con la peliazul y no quería perder eso, Caitlyn era muy importante para ella, nadie había conseguido doblegar tanto a Vi. Pero era innegable que se sentía fuertemente atraída a su querida amiga.
No obstante, las dudas en su mente la perturbaban. ¿Y si la rechazaba? Y no solo eso, ¿qué tal si se lo tomaba tan mal que decidía acabar con su amistad?
Tal vez exageraba, después de todo, Caitlyn no era ese tipo de persona. Aún así, no podía dejar esa cobardía que la tenía por los suelos.
—¿Vi? ¡Hola...! Estoy por aquí arriba —la calmada voz de la ojiazul la disuadió de sus pensamientos a la par que sus delgados dedos tomaron su mandíbula y la guiaron hacia arriba— ¿Estás bien?
La pelirosa disfrutó del efímero momento.
—Sí, perdona... Solo pensaba —asintió con la cabeza— ¿Hay algo en específico que quieras hacer, cupcake?
—¿En qué pensabas? —cuestionó curiosa.
Vi dudó en responder a esa pregunta, otra vez esa cobardía. Comenzaba a molestar, ella no era cobarde ni temerosa, y seguramente, Caitlyn no iba a hacerla de lado por algo así... ¿Verdad?
—Estaba pensando en que soy una tonta —dijo, acomodando un mechón del cabello de la ojiazul tras su oreja— Eres realmente bonita.
Los preciosos ojos azules que la veían, mostraron sorpresa ante aquel inesperado acto.
—Tú... Qué... —balbuceó unos segundos. Luego, recobró la compostura— ¿Por qué eso te haría tonta?
Una sonrisita se formó en los labios de Vi.
Esa cobardía inicial parecía esfumarse al admirar el gran atractivo de su amiga. No era propio de ella ser indiferente cuando quería algo y no creía que fuera propio de cualquiera ser indiferente ante una muchacha tan fascinante.
—Porque hay una chica muy bonita frente a mí y no estoy haciendo nada por conquistarla —contestó.
Su mano descansó sobre la parte descubierta del muslo de Caitlyn. Aún mantenía el contacto visual, disfrutando de cada gesto y mueca que hacía la, ahora nerviosa, muchacha.
La ojiazul apartó la mirada abruptamente, su rostro estaba completamente sonrojado y mantenía los labios fuertemente apretados. Su respiración se hizo más pesada.
—M-Me estás molestando, ¿verdad? —dijo finalmente, intentando sonar molesta, tal vez, pero el temblor en su voz la delataba.
—No, no te estoy molestando, cupcake —respondió Vi, apretando el agarre en la mano que descansaba sobre la pierna de su amiga— Ya deberías saberlo.
—¿Saberlo, dices? N-No, yo no... Tú estás... —apenas sabía qué decir. Tomó una respiración profunda, volvió a hacer contacto visual y habló:— Si esta es una de esas bromas que te gustan hacer, no es graciosa...
Su expresión nerviosa se había convertido en una de determinación, aunque podía notarse también algo de súplica. La sonrisa de Vi se esfumó. Ambas se miraban sin decir nada, pero Caitlyn seguía esperando una respuesta.
—No, no estoy bromeando.
De pronto, todo lo que Vi podía ver eran los rosados y suaves labios de Caitlyn, que parecían querer abrirse para decir algo. Sin embargo, se apresuró a callarlos con los suyos, iniciando un pequeño beso.
El cuerpo de Caitlyn se tensó y sus manos reaccionaron empujando los hombros de Vi para apartarla.
La pelirosa, creyendo que lo había arruinado todo, se disponía a pedir disculpas cuando nuevamente fue atraída por las manos que antes la habían alejado, sintiendo los labios de Caitlyn presionando sobre los suyos.
Pronto, el casto beso se hizo más profundo y desesperado. La peliazul se aferró al cuello de Vi y por otro lado, ella hizo de las suyas con los muslos de Caitlyn, acariciando y apretando. Un par de minutos pasaron antes de que se separaran para poder respirar.
—¿Quién diría que podías besar así, cupcake? —bromeó la pelirosa, relamiendo sus labios.
—Cállate... —musitó avergonzada, en seguida una sonrisa de satisfacción apareció— Hay muchas cosas que no sabes de mí.
—Veamos qué puedo descubrir por hoy —dijo, y acto seguido, juntó sus labios para comenzar otro beso.
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Meh, pudo haber quedado mejor.
Que sea Noviembre, pero ya.
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𝑪𝑨𝑰𝑻𝑽𝑰 | 𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔 (𝑨𝑹𝑪𝑨𝑵𝑬)
FanfictionVi y Caitlyn dándose mucho amor en escenarios muy sexys que me invento de la nada. Disfruta <3 (No hay portada porque no tengo imaginación para eso). -------------------------------------------------------------------