Me ha atrapado observándolo, igual no es mi culpa, tiene una belleza que no puedo describir fácilmente. Él apaga el cigarrillo, recostado sobre el muro me mira sin intención de disimularlo, me siento nerviosa bajo su atenta mirada. No se cómo actuar, acarició mi pelo y disimuló mirando mis uñas, como si eso me interesara más que él. Pero la verdad es que no lo hace, el me interesa demasiado, siento unas ganas enormes de hablarle, de escuchar su voz.
— Buenas noches señorita, no es un lugar adecuado para que una dama tan joven se encuentre por estos alrededores.
Habla formalmente, con una fuerte y gruesa voz, vocaliza palabra por palabra de tal modo que escucho claro lo que me quiere decir.
Por otro lado tiene razón, no es un lugar para que esté aquí. Simplemente vine a acompañar una amiga que me ha dejado sola.
— Buenas noches, sí, yo solo he venido a hacerle compañía a una amiga.
— ¿Ah si? ¿Su amiga se llama Karla?
Volteo a mirarlo con mis ojos bien abiertos.
— ¿Cómo lo sabe?
— Su papá es amigo mío —. Dicho esto me regala una sonrisa, una hermosa sonrisa que grabó en mi memoria y guardo solo para mí.
Después se forma un silencio muy incómodo, siendo realistas. ¿De que se supone que deberíamos hablar?
Esa respuesta no la tengo. El parece inquieto, mueve sus dedos sobre el muro, golpeando estos contra el cemento haciendo una pequeña melodía.
— No quiero sonar grosero pero me gustaría preguntar la edad que tiene.
Su atrevimiento no me molesta para nada, no debería molestarme, simplemente estamos teniendo una conversación.
— Tengo dieciséis años, recién cumplidos, ¿Y usted señor?
Lo miro esperando una respuesta.
— Yo tengo cuarenta y tres.
Es bastante mayor, no me lo imaginé, supongo que se cuida muy bien, fácilmente le puse treinta.
— Vaya, pero no aparenta esa edad.
— Mhm, ¿De verdad?
— Sí, yo le había puesto treinta años.
— Me halaga que me haya visto más joven.
Esta vez se forma un silencio pero no es incómodo.
— ¿Como se llama usted?
Rompo el silencio entre los dos, sintiendo la necesidad de saber su nombre.
— Liam Moreau, ¿Y usted señorita?
— Yo me llamo Clara Miller, un gusto conocerlo señor.
— Digo lo mismo, es un placer para mí también haberla conocido Clara, espero que podamos hablar más seguido.
Las palabras recién dichas por el me hacen sentir feliz, mi corazón se siente cálido y no sé el porqué.
— Yo también.
Le sonrió genuinamente antes de mirar al frente donde al observar hacía arriba vemos el hermoso cielo degradado con un anaranjado oscuro y después claro, al mirar hacía abajo veo un patio con una fuente de agua en toda la mitad, cuatro sillas alrededor de él, y en el centro se encuentra la fuente, y flores de todo tipo, matas de todo tipo también, están sembradas en el hermoso y amplio patio, dándole un estilo único.
Escucho que gritan mi nombre. A los pocos segundos de haberlo escuchado Karla se me aparece aún lado de la nada.
— La he estado buscando por todas partes.
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Better Than Age
Любовные романыClara Miller hace un nuevo amigo y empieza a experimentar sentimientos por él, le atrae su físico y madurez, al pasar tiempo juntos estos sentimientos se intensifican hasta aceptar que siente amor, sin poder dar vuelta atrás, busca al mayor, deseand...