Capítulo 4

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Estaba de nuevo frente a él, frente a el hombre mayor que me hace sentir tantas cosas con lo más normal y mínimo que haga.

— ¿Que la trae por aquí?

Entona esas letras que conforman las palabras para preguntar por mi repentina aparición, formal, muy formalmente.

— Tengo algo suyo, me dijo que no había necesidad de devolverla pero yo quiero hacerlo.

Digo mientras saco de mi bolso la ropa, cuando la tengo afuera se la extiendo, él la agarra, pensativo.

— ¿Has venido solo para traerme la polera?

— Mhm — pateó una roca que está allí en el suelo. — Sí y otra vez gracias por ayudarme ese día, la verdad no se ni que hubiera pasado conmigo.

— No hay de qué Clara.

Le sonrió nuevamente y los dos nos quedamos en silencio, el viento mece bruscamente las ramas haciendo que se caigan de los árboles, decorando el momento.

— No solo eso... Yo... — pienso detenidamente, ¿Cómo debería decir esto? Sin que suene muy extraño. — Yo... También quería verlo, saber cómo está.

De un momento a otro, lo que había pensando lo he dicho, se lo iba a decir pero no se si fue correcto. Lo he dicho y no tiene marcha atrás.

Miro a Liam, esperando ver su reacción. El no me mira, no voltea a hacerlo.

Mis manos empiezan a sudar, lo que dije no es tan grande como para que me sienta así.

Para ser sincera ¿Qué pensará él al saber que una chica mucho menor quiere verlo y tenerlo cerca?

Su risa que de un momento a otro resuena en el lugar me saca brutalmente de mis pensamientos, él está ahí riéndose como si lo que yo acabará de decir fuera lo más gracioso del mundo.

— En ese caso... Ya somos dos.

Mi corazón empieza a palpitar rápidamente en pocos segundos, siento mis mejillas entrar en calor y es en el momento en el que me doy cuenta de que estoy colorada.

— ¿Quieres ir a algún lugar?

— ¿Cómo a dónde?

— A un restaurante.

— Sí, claro.

— Bueno, me voy a cambiar de ropa... Espérame.

Se levanta de la silla, agarra la polera y su libro camina hasta desaparecer por las puertas abiertas de par en par, mi corazón sigue palpitando y no puedo creerlo, ¿Que me pasa por la mente al aceptar ir con él a un restaurante?

Solo pienso que debo estar loca o algo por el estilo, lo conozco hace un día, ahora resulta que saldré con él.

Pienso, me acuerdo de que Karla me espera, así que camino hacia ese lugar donde ella debe estar.

Me voy acercando cuando la veo de pie fuera del cuarto de su padre.

— ¿Cómo te fue? —. Me pregunta cuando ya estoy con ella.

— Nada, solo le he dado la polera, hablamos ahí un momento, e iremos a un restaurante.

— ¿Iremos? ¿Aceptaste salir con él?

— ¿Qué pasa si es un sí?

— No pasa nada, pero debes tener mucho cuidado, Liam es buena persona, no le puedo decir más ya que casi ni lo conozco pero bueno, además acuérdate de que Sofía se preocupa por ti.

Me cruzo de brazos.

— Sí... Lo sé, no creo que vayamos tan lejos, tampoco que nos demoremos tanto... Para la próxima antes de hacer algo mirare si puedo hacerlo.

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