Capitulo 8

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Daniel y Betty terminaron sus bebidas casi en silencio y pidieron la cuenta. Betty se ofreció a pagar su parte aunque Daniel la halla invitada. El, aunque tuvo la intención, no se opuso con firmeza pues reconocía que esto acariciaría el orgullo de ella.
Comenzaron a hablar de otros temas. Tras una larga discusión acerca de cómo había cambiado la expansión del comercio internacional, Betty miró su reloj y asustada vio que eran casi las 10

-Doctor tengo que irme, ya es muy tarde, usted me imagino que sabe cómo es mi papá- Dijo ella poniéndose de pie y tomando su bolso café. Daniel miró el reloj y también se puso de pie

-No lo dudo, y en cuanto a lo que me dijo hace un par de horas, tenía toda la razón. Tan solo hablando sobre una pequeña rama de la economía casi alcanzamos la medio noche.

-Si no fuese por mi estricto horario de casa, me extendería al día siguiente- confesó ella- fue un gusto haber conversado con usted- lo último fue una oración inconsciente. Ella estaba por darse la vuelta e irse, cuando Daniel la llamó

-¿Acaso planea irse en taxi?- preguntó el muy serio

-Pues claro, ¿dónde más? -le contestó ella viéndolo a los ojos

-Yo la llevo- Se ofreció un poco inseguro

-No doctor, de verdad, yo me voy sola. De hecho no creo estar tan lejos- le dijo ella un poco sorprendida

-No es que esté lejos o cerca, sino que ya es muy noche, usted debería ser más consciente en que si Ecomoda la pierde a usted, Ecomoda cae- Daniel sonrió un poco burlón

-¿Perderme? Cómo así que perderme?

-Imaginé que la asaltan, o la secuestren. A la última persona que verá es a su secuestrador y a mi. Además de que la perdieron, me acusarán de sospechoso. Prefiero ser la última persona que usted vio, pero este día, no en su vida- Explicó Daniel esperando que ella creyese que era sarcasmo

-No quisiera meterlo en problemas. Si llevándome a mi casa se evitaría uno, que así sea-Betty rio sabiendo que era una razón inválida

Ambos estaban a punto de salir cuando Daniel se detuvo

-Beatriz espere, olvide algo, venga- El se acercó de nuevo al mostrador con Betty siguiéndolo

-Usted sin duda trabaja en un bonito lugar, conoce a la persona que lo fundó?- Le pregunto al mesero, quien se mostró un poco confundido

-Si señor, el lugar no es muy viejo, yo fui uno de sus primero empleados, por qué la pregunta? -le contestó con mucha cortesía

-Cómo se llama el responsable de este acogedor lugar entonces?

-Pascal Durand- Afirmó el empleado

-Frances por supuesto- Dedujo Daniel con una sonrisa

-Si, es de origen francés, se mudó a Colombia hace tres años, exactamente lo que tiene este lugar- El mesero parecía conocer bien a su jefe

-Mándele mis felicitaciones, tiene una cafetería de lo más elegante- Reconoció el y se dio la vuelta

-Vámonos Beatriz, al parecer el misterio del nombre ha sido resuelto por completo, no?

-Por completo- Repitió ella riéndose de la importancia que le daba Daniel a insignificancias

Tuvieron un viaje de lo más cómoda a diferencia del primero. Cómo dijo Betty, su casa no estaba a más de 15 minutos, así que llegaron con rapidez.

-Aquí es, muchas gracias. Nos vemos, supongo que mañana?- Se despidió Betty preguntando

-Mañana estaré temprano para hablar con Armando. No se olvide de exponer todos los puntos a mi favor y a favor de Ecomoda para que cerremos lo más pronto posible un contrato.- le recordó a la joven

-Claro que si doctor, no será difícil encontrar motivos positivos- le alentó ella casi cerrando la puerta del auto- Que pase buena noche doctor

-Que pase buena noche doctora.-Se despido el Valencia y sin siquiera volver a mirar a Betty, le ordeno al chofer que avanzara.

Por primera vez desde que conoció a la asistente, no había sentido repulsión hacia el físico de ella. Es cierto que la seguía viendo poco atractiva, pero ya no de un modo distintivo o discriminante.
Lo que sea que estuviera pensando, debía de eliminarlo. No podía sentir nada por ella, si acaso admiración y respeto, solo eso. Muy ingenuamente Daniel pensaba que podía separar por completo la mente del corazón solo por un simple pensamiento de superficialidad.

¿Puedo llamarla esta noche? Daniel X Betty Donde viven las historias. Descúbrelo ahora