Capitulo 30

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Las cosas en Ecomoda iban de mal en peor, Betty ya le había pasado el balance a Daniel, y él quedó enmudecido por los números, si bien no en un estado de pánico, pero si en una situación un poco incómoda, también para Marcela, quien tenía que aguantar las ganas de gritarle y reclamarle a Armando por todo lo que estaba haciendo, pero como decía Daniel, todo a su tiempo, y Marcela aún no se decidía por terminar su relación con el Mendoza, pues se autoengañaba en que aún no hacía una verdadera atrocidad. Daniel por supuesto no estaba de acuerdo, y era el primero en hablar con su hermana para abrirle los ojos.
También ya se había maquillado el balance, fue algo complicado y que requería de mucha concentración, pero Betty pudo exponerlo ante la junta, dejando a un Daniel completamente cautivado ante la capacidad de ella para desenvolverse, pero más que eso, en su increíble trabajo para armar el gran rompecabezas que implicó el disfraz del informe.

La verdadera atrocidad, ya no financiera sino moral, llegó al fin, una noche en la que el trío desastroso trabajaba hasta tarde

-Yo creo que necesitamos tomar aire- afirmó Mario para convencer a la asistente de salir. Ella se mostró indecisa, nunca había salido con ellos a solas, y tenía una mala espina, así que quiso llamar al Valencia antes de acceder por completo, solo para tener una opinión, ya sea positiva o negativa, y también para oír su voz aunque sea unos segundos. Ella salió de la sala de juntas, de donde estaban trabajando, y se dirigió a su hueco para recoger sus cosas

-Doctor- saludo al teléfono

-Beatriz, ¿cómo está?- respondió Daniel dejando lo que estaba haciendo para centrarse en ella

-Le parecerá infantil de mi parte, incluso tal vez reafirmé su opinión de inseguridad hacia mí, pero quería consultarle algo

-Lo que sea

-Don Armando y don Mario me invitaron a salir. Me dijeron que para tomar aire, y seguir discutiendo proyecciones- declaró,  y el Valencia se quedó callado unos segundos, procesando si lo que oía era una novedad o una insignificancia, aunque no le molestaba escucharla si venía de Betty

-Estaré al pendiente de lo que ellos tengan que decirle.- se limitó a decir, pero muy, muy en el fondo, estaba un poco contrariado

-No me lo va a impedir? Ojojoj- le recriminó burlona

-No. Diviértase, bailé salsa con ese par de cretinos, pero tenga cuidado, que no le contagien el IQ, no?- respondió, un poco menos sarcástico y burlón de lo que pretendía, y se podía confundir con su común impasibilidad irónica que Betty odiaba, y que ahora la había confundido un poco

-Bueno, si al rato no lo llamó para la habitual llamada nocturna, será por dos cosas, o que sufrimos un infortunio con un par de ladrones, como es costumbre cuando salgo a lugares sólidos, o que regresaremos tan borrachos que no nos darán ganas de hacer otra cosa más que dormir- jugó, esperando que esta vez correspondiera con otro juego.

-Me quedaré más tranquilo con la primera opción, al menos así su perdición será involuntaria. Que se divierta.- se despidió con igual seriedad y colgó cortante, como si le afectara mucho, o más bien, porque le afectó mucho.

Daniel se descubrió viendo a la nada, con las cejas fruncidas y tensionado solo al pensar en Armando, más específicamente en Armando con Betty a solas... Bueno, con Mario de antagonista.
Le dolió admitirlo, le fastidiaba admitir ese tipo de cosas, pero estaba celoso.
Se puso de pie para caminar de un lado a otro, tratando de convencerse de que no era para tanto... pero es que Armando Mendoza era atractivo y con plata, y si no era con Armando? Mario también era muy guapo, con carisma y dinero... pero...¿Betty caería ante alguno de ellos? Era una mujer inteligente, capaz, perspicaz... pero era muy insegura, y esa misma inseguridad la hacía vulnerable ante cualquier tipo que le dijera tres palabras bonitas. De pronto se encontró cuestionándose el pasado de Betty. ¿Habra tenido novio? ¿Cómo fue su primer amor? ¿Cómo es tener una relación con ella?

¿Puedo llamarla esta noche? Daniel X Betty Donde viven las historias. Descúbrelo ahora