CAPÍTULO 3

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El cuerpo de una mujer siempre había capturado su atención. Cada una era única, con particularidades distintas.

Cuando era pequeño, nunca lo había considerado así, incluso cuando veía a muchas cerca de su padre. No obstante, conforme crecía, su fascinación por ellas se intensificaba. Observaba su cabello con detenimiento, fascinado por la variedad de tonos y texturas: rubio como el trigo maduro, oscuro como la medianoche, o pelirrojo como las llamas de un fuego crepitante.

Además, Jimin se había vuelto especialmente observador de las manos de las mujeres. No solo se fijaba en la forma de sus dedos, sino también en la manera en que las movían. Cuando las manos se agitaban rápidamente, interpretaba la ansiedad que se ocultaba tras esos gestos nerviosos. Por otro lado, cuando los movimientos eran lentos y suaves, sabía que estaba ante una persona tranquila, tal vez cautelosa.

Para él, cada mujer representaba un equilibrio entre dos facetas: una energía feroz que lo desafiara y otra tenaz y tranquila que le brindara paz, sin desafíos.

Esta dualidad también se manifestaba en su relación con Taehyung. Desde su infancia, Jimin había percibido a Taehyung como alguien diferente de los demás, un enigma por descifrar. A pesar de su aparente seriedad y reserva, había algo en él que lo atraía de manera inexplicable, como si compartieran un vínculo especial. Sin embargo, todo cambió cuando Rosie entró en escena.

La personalidad caótica de Taehyung, especialmente cuando perdía el control, desconcertaba a quienes no lo conocían realmente. Jimin se vio obligado a confrontar una faceta de su amigo que nunca había imaginado, una que lo intrigaba y fascinaba al mismo tiempo.

Sintió un nudo en la garganta al escuchar lo que Taehyung le confesaba a Alfred sobre lo sucedido con Rosie. La pasión por el lado oscuro de Taehyung, que Jimin creía no tener en común, repentinamente cobró vida frente a él, despertando una mezcla de admiración y desconcierto.

—Sé que es una locura porque eres… Bueno, esto no se trataría de verte a ti y nunca te… —Resopló—. Mierda, solo quiero verte haciendo… eso…—Alzó la vista y dijo más eufórico—: ¡Pero es solo una idea! No es nada importante que…

Taehyung se dejó caer en el sofá,

—¿Es importante para ti?

—No… Yo…

—Dime la verdad.

Jimin parpadeó nervioso y se frotó la nuca.

—Creo que sí.

—Ya veo.

Se levantó, Jimin lo siguió con la mirada, se apoyó en la ventana y suspiró, con una sensación de inquietud palpable en el aire.

—¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar, Jimin?

El silencio que siguió fue ensordecedor, cargado de tensión y expectativa. Taehyung parecía al borde de la desesperación mientras observaba el aparcamiento del Hefesto.

—Hasta… Hasta dónde tú llegarías…

Se volvió lentamente hacia Jimin, con una mirada penetrante.

—¿Qué?

—Es… lo que te dije que llegaré hasta donde tú llegues.

—No sabes lo que dices.

—Creo que sí lo…

—Jimin… —susurró con cierta furia—. Yo no tengo límites… ¡Por el amor de Dios! Y si tu padre se entera de que me seguiste hasta este lugar va a cortarme los huevos. Creo que no eres consciente…

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⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

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