Neuvillette y Wriothesley son estrellas porno que cada día de la semana deben grabar videos para sus fans, pero fuera de su trabajo son la pareja más bonita del mundo.
Luego de terminar de grabar en el estudio, Wriothesley decidió que sería buena idea ir a un bar a tomar algo junto a su pareja, apesar de ambos estar cansados.
Luego de un largo rato de caminar llegaron a un bar, al entrar el azabache pidió un whisky y el albino gin-tonic, aunque no era de tomar alcohol este último. Cuando llegaron sus órdenes salieron del bar a tomar afuera mientras se recargaban en la pared. El pelinegro fumaba y en la otra tenía su trago mientras que el albino solo lo miraba mientras tomaba. Hablaba de cualquier cosa hasta que una voz los sacó de su burbuja.
── Oye cariño, ¿a cuánto la hora? ── Dirigiéndose a el azabache.
Ambos miraron al sujeto confundidos, parecía borracho o drogado, no iba a terminar bien.
── Oye, no le entiendo... ── No pudo terminar su frase porque la persona lo acorraló contra la pared donde estaba recargado.
── Te pregunté cuanto cobras por la sesión de sexo, perra.
El albino iba a intervenir, pero notó como el otro ponía su cigarrillo en su boca para tener su mano libre para tomar el brazo del hombre. El azabache torció el brazo de la persona y en su momento de vulnerabilidad lo tiró al piso boca abajo sosteniendo sus brazos, como si de un policía arrestando a alguien se tratara.
── Esta perra sabe defenderse así que puedes irte de aquí antes de que te vaya peor.
El hombre asustado se fue como pudo y quedaron solos de nuevo. Wriothesley ahora volvió a sacarse el cigarrillo de la boca y tomó el último trago de su vaso para entrar al bar y dejarlo en la barra.
── Vámonos, cariño.
Neuvillette tomó lo último de su trago al igual que su acompañante e hizo lo mismo que él. Cuando salió empezaron a caminar hasta llegar a su casa. Fue un trayecto silencioso, pero el albino estaba preocupado por el otro.
Al llegar a la entrada del edificio donde vivían se detuvieron en seco y el mayor tomó las manos de su amante.
── Admiro tu fuerza y valentía, no cualquiera puede hacer lo que hiciste.
── No es nada, sé defenderme solo desde pequeño.
Neuvillette llevó las manos de Wriothesley a su boca para darles un beso y luego sonreírle, eso hizo que el otro se ponga nervioso, pero también sonrió.
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