Capítulo 22

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— Entendido princesa, si atacan mostraremos todo el poder tetramand— dijo el capitán Borner, el segundo al mando en la flota que acompañaba a Looma.

— Miy bien capitán, no tolerare un solo error– dijo Looma.

La pareja se dirigía a toda marcha para encontrarse con Max y Patelliday, no obstante, los Magistrados, Rozum y su gente hacían lo mismo. Ambos grupos dieron con el opuesto casi a mitad de camino.

Looma era toda risas, quiza estaba siguiendo la voz de Ben que le pidió no atacar, pero, ella estaba segura que una batalla era inevitable. Por fin tendrían una batalla juntos fuera del planeta, era como un sueño hecho realidad, podría mostrarle una vez más lo habilidosa que era.

Para los demás la situación era grave y empeoró cuando una transmisión global comenzó.

— Humanos, no estamos en busca de combate. Únicamente hemos venido por la  fugitiva y anterior Emperatriz Attea, entreguenla y su insignificante roca seguirá intacta. Ese es el mensaje que el emperador Batrax, lider del imperio Incursiano ha dado— el mensaje se repitio un par de veces más y cesó.

El comunicado fue muy claro. Nadie estaba seguro de que hacer, el problema escalo demasiado en muy poco tiempo. El debate comenzó de nuevo, Rozum estaba dispuesto a entregar a Attea, Looma simplemente dejo en claro su deseo de combatir, los plomeros no querían entregar a Attea para que muriera.

Entonces una tercera voz dio una solución, siendo neutral en el problema ya que su único interés era pasar el tiempo con su familia, Verdona sugirió sacar a Attea del planeta, pero, sin decir a donde.

Max considero viable el plan, pero ¿cómo sacarla sin que lo noten? Para eso, fue que hizo su aparición casual y orgulloso, como siempre, el gran pensador. Dueño de la mente más prominente en tres galaxias quizá cinco y creador del omnitrix, Azmuth, llego con su asistente Myaxx y un par de robots que traían consigo una cámara de recuperación.

— Espero no llegar tarde. El viajero, a veces, es un poco... vago en cuanto a los detalles y tiempo— dijo el pequeño ser.

— ¡Azmuth!— exclamación todos al verlo.

— Si, si. Soy yo, vamos, no tenemos tiempo que perder ¿dónde esta la princesa? La llevaré a mi mundo y también me llevaré los motores, generadores de plasma, las armas y todo lo que considere peligroso para caer en manos humanas— dijo con su habitual tono de superioridad.

— ¿quién es este... pequeño caballero Max?— pregunto Rozum.

— ¿Pequeño? Soy el ser más inteligente en tres galaxias quizá cinco, mi nombre es Azmuth creador del omnitrix— dijo el galvan.

— Muy bien Azmuth, supongo que por ahora es la mejor manera— dijo Max.

Luego encargo a algunos plomeros guiar a Myaxx con los robots a donde Attea se encontraba y Azmuth dando una señal, llamo a varios mecamorfos que sin perder tiempo comenzaron a desmontar todo aquello que se les ordenó.

— Max, no conozco a ese Azmuth ¿es realmente de fiar?— pregunto Rozum luego de apartar un poco al plomero.

— Hmm... ¿cómo decirlo? Hay muy pocos sitios realmente seguros en esta galaxia, Galvan Prime, el planeta de Azmuth podría considerarse uno. Muy pocas razas tienen la posibilidad de pasar sus defensas y para eso, primero deben tomarlos por sorpresa— respondió calmando un poco al militar.

La idea de perder toda posibilidad de conseguir algo de tecnologia no le era agradable, no obstante, por ahora era imposible decir nada y uno de sus hombres le habia dicho que se calmara. Rozum se acomodo la gorra de oficial y respiro profundamente.

Tradiciones y promesas (Ben x Looma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora