Capítulo 18

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Después de la controversial entrevista fue hora de volver a casa, Rook llevo a la pareja de vuelta y para Ben fue un agradable descubrimiento ver que el patio había sido arreglado. Al entrar a casa descubrió que fue gracias a Verdona, pues a pesar de ya no vivir en la tierra, cuando lo hizo demostró ser bastante limpia y tener un patio en mal estado lleno de agujeros no era bueno, sobre todo por su pequeño bisnieto “podría caer en uno de esos agujeros” dijo y con un simple chasquido todo estuvo bien.
Fue gracioso ver a sus padres molestos/agradecidos con la abuela, para Looma fue como perder la oportunidad de hacer algo con su prometido, sin mencionar, demostrar su habilidad con su madre. En todo caso ya habría tiempo después.
Luego de todo eso, la vida de Ben siguió relativamente normal; Verdona paso casi todos los días en la casa jugando con el mini frio (aun no le daban un nombre) además seguía insistiendo en ver a los otros, Ben y Looma, salieron a tomar algo y detener un par de criminales menores, pero, no podían salir debido a los reporteros que, si bien ya no se aglomeraban frente a su casa, siempre trataban de tener una exclusiva cuando lo veían haciendo algo fuera de casa.
El día de la fiesta de Gwen por fin llego, no obstante, para el joven héroe el trabajo seguía siendo una constante. Looma lo despertó muy temprano para despedirse, ya que iría a su nave para preparar un regalo, por otro lado, el abuelo Max le hablo diciendo que ya era seguro llevar a Verdona a la base. La razón de no haberlo hecho antes fue que, por los múltiples escudos y defensas, a ella le habría sido imposible teletransportarse dentro o salir, por lo que él arreglo eso, después de todo, la conocía bien y sabía que la tecnología no era la mayor aliada de la anodita.
—Muy bien abuela, hoy iremos un rato a ver a los otros pequeños, el abuelo Max dijo que arreglo todo por lo que deberías poder entrar y salir sin problema — dijo Ben.
Ella asintió y tras un breve momento de concentración sonrió, sus ojos brillaban en un tono magenta, ella sonreía pues gracias a su inigualable habilidad con el mana, podía ver a quien fue y seguía siendo, su mayor amor.
En la base había mucho movimiento, Gwen invito a algunas personas bastante importantes, el abuelo Max, el magistrado Patelliday, Blukic y Driba, Rook, los chicos plomero, entre otros con cargos bastante relevantes o con trabajos peculiares, razón por la que debían dejar todo funcionando antes de ir al evento.
También estaba la familia Tennyson; Vera, Gordon y Betty Jean Tennyson, que llegaron un día antes y se estaban quedando en la base de plomeros, su hijo Joel y su esposa Camila Tennyson, con sus dos hijos, eligieron hospedarse en algún lugar de la ciudad, por si fuera poco, habían invitados de fuera del planeta, cosa rara, considerando que a su madre no era fanática de los aliens a pesar de la larga lista familiar.
Verdona se transporto junto a su nieto directo a la sala de mando donde estaban reunida la familia, Ben se sintió un poco mareado ya que no estaba acostumbrado y tampoco era su método de transporte favorito; en todo caso se vio obligado a recuperarse rápidamente pues fue “atacado” por la tía Vera.
—Oh mi querido Benny, lo vi todo en las noticias, no puedo creer que te vayas a casar tan pronto, me da mucho gusto — le dio un fuerte abrazo y lo beso con cariño, quizá era demasiado expresiva para gusto de Ben, pero, era cariño sincero.
—Gracias tía Vera — dijo Ben mientras se sobaba las mejillas.
Vera paso inmediatamente después a Verdona, quien para la enorme sorpresa de Ben, se veía joven. Ya no tenía esa apariencia de anciana, ahora de hecho, se parecía mucho a Gwen.
—Santo cielo, Verdona ¿cuánto tiempo querida? — una vez más Vera dejo desbordar su emoción dando un fuerte abrazo a Verdona.
Gordon y su esposa también se acercaron para felicitar a Ben y hablar con Verdona. Ben estaba agradecido, pero, pronto fue abordado por la pareja más joven.
—Vaya, vaya ¿Quién lo diría? El pequeño Ben comprometido — dijo Joel.
—Aún recuerdo al pequeño travieso que dijo “Puaj, nunca me casaré” — dijo de manera juguetona Camila.
Tras ella llegaron corriendo sus pequeños Joel jr y Betty Jean, de 7 y 5 años, eran grandes fans de Ben y ahora que lo tenían de frente lo primero que hicieron fue adoptar las formas de sus aliens favoritos la niña adoraba a Ultra T y su hermano a Diamante, como cortesía para ellos Ben accedió a tomarse fotos transformado en aquellos aliens.
Fue una agradable reunión, los niños jugaban con Ben y los adultos platicaban con Verdona, todos menos uno, Max que se quedó atrás silencioso esperando.
Por fin el gran encuentro llegó, Verdona miró al viejo Max, este la miraba también y en un instante ella se movió hacia él.
—Hola Max ¿ha pasado un tiempo? — dijo ella de la manera más casual que pudo.
—Verdona, sigues igual que antes, por favor déjame verte — dijo mientras extendía la mano para acariciar la mejilla de su amada.
Al igual que un traje, la piel callo al suelo y luego desapareció, un ser formado por energía estaba frente a Max. Los ojos de ambos demostraban el profundo cariño que aún se guardaban, ella se miraba igual que siempre, perfecta y llena de vitalidad. Él había envejecido, pero, sus ojos y su actitud aún eran la de aquel joven extrovertido y amante de las aventuras que conoció en el pasado.
Fueron unos segundos, pero, parecieron una eternidad, ambos se miraban y por fin alguien rompió el hechizo.
—Ejem… creo que olvidé algo en mi habitación — dijo Gordon, recibiendo un pequeño golpe por parte de su esposa.
—Nos veremos después — dijo de manera más formal Betty Jean.
—Nos veremos más tarde — dijo también la tía Vera.
Joel y Camila se despidieron llevando a sus hijos y así quedaron solo Max, Verdona y su nieto, el otro pequeño se quedó con sus abuelos Verdona le dejó un orbe de energía con el cual estaba jugando y alimentándose.
Ben no sabía que decir, sentía que debía irse también, pero, apenas se dio la vuelta un muro de energía le impidió el paso.
—No somos adolescentes querido, después hablaremos nosotros, por ahora deberíamos ir a ver a los pequeños — dijo Verdona y con un chasquido, estaban frente a la cámara donde los mini frío volaban comiendo plasma proporcionado por una máquina —No puedo pasar la barrera — dijo ella.
—Son entidades espectrales Verdona, los muros de este sitio están diseñados para impedir el paso de seres intangibles o con poderes de teletransportación — respondió Max y ella asintió.
Se acercó a la puerta y coloco la mano sobre el sensor, este emitió un pitido y la puerta comenzó a abrirse, él ingreso primero, seguido por Verdona y Ben, los pequeños al ver a su progenitor comenzaron a volar a su alrededor luego comenzaron a rodear a su bisabuela.
Ella lo noto en un instante, pero, aún así el cariño la hizo quedarse con los pequeños un par de horas y luego fue momento de irse; ninguno de ellos poseía la chispa, una pena, pero, estaba bien, Verdona, si bien siempre tendría cierta predilección por sus descendientes con sus habilidades, no significaba que no quisiera a los demás.
—¿Entonces los pequeños volverán al espacio cuando capturen a quien destruyo su mundo? — pregunto Verdona.
—Si, es lo ideal. Originalmente los pequeños ya vivían solos, pero, con lo ocurrido vinieron con algunos adultos en busca de ayuda — respondió Max.
—Ya veo, supongo que no hay mas que hacer, espero que el pequeño en casa de Ben venga conmigo —
—¿planeas volver a tu planeta? — cuestiono Max.
—Querido, han pasado varios años y… — Él no la dejó continuar, cerró la distancia entre ambos y le dio un beso.
—Verdona, en el pasado me ocupe mucho con mis deberes como plomero, quizá es un poco tarde, pero, déjame tratar de compensarlo en el último trecho de mi vida — le dijo luego de separarse.
No hubo respuesta, no verbal por lo menos; sin embargo, el beso fue interrumpido por el chico que hacía como si quisiera aclararse la garganta.
—Ejem… ¿recuerdan que hay una fiesta? — dijo Ben.
—Si, ya hablaremos con calma Verdona — expreso Max.
Verdona no se miraba muy feliz con eso, pero, no dijo nada, miró hacia arriba, físicamente solo debería ver el techo, pero, un instante después sonrió.
—Ben, querido, debes asegurarte de ir de la forma más elegante, vuelve a la casa yo iré después con tu abuelo — dicho eso, con un beso en la frente a si nieto, lo despidió enviándolo a su casa.
No obstante, lo teletransportó justo sobre un árbol, una pequeña venganza por interrumpir el momento con Max.

Mientras esto ocurría, en un gran salón de fiestas una joven de movía apurada entre las mesas para invitados. El maestresala la seguía, las indicaciones para las mesas eran peculiares, los espacios entre estas era para casi cuatro personas y en algunas habían pequeños adornos en forma de mesa qué parecía para juguetes. La chica seguía dando indicaciones y el maestresala atendía ordenando a su gente hacer lo que se pedía.
—Este día debe ser perfecto — se repetía la joven una y otra vez.
El hombre que la seguía solo asentía, no era la primera vez que atendía a alguien tan perfeccionista, pero, también poco a poco estaba comenzando a llegar a su límite.
—Gwen, por favor todo esta perfecto — interrumpió el chico que iba con ella que hasta ahora se había limitado a estar sentado en una roca junto al estanque central del jardín.
—Kevin, no me has ayudado en nada hasta ahora — reclamo ella.
—Oye, fui yo quien te trajo. Además debemos ir a prepararnos para la noche — respondió él muy relajado. Recordando que en su casa estaba su traje y el obsequio especial.
—Aun hay tiempo para eso, ademas recuerda que muchos de los invitados no son humanos, no quiero tener un problema con el espacio o los lugares — alego ella.
—Gwen llevamos tres días haciendo lo mismo, deja que el encargado haga lo que debe hacer, ya le diste las especificaciones más de una vez. Seguramente no las va a olvidar nunca — replicó él.
Ella lo fulminó con la vista, el maestresala podía verlo venir, una pelea de pareja.
—Ulala, excusez-mui, Monsieur, madeimoselle. No creo que deban pelear por algo como esto, es un día de fiesta, si ocurre algo nosotros nos haremos cargo ¿le parece bien madeimoselle? — intervino el hombre de mediana edad.
Ambos lo voltearon a ver, ella lo pensó un poco y al final acepto. Él tenía razón, no había motivo para pelear y de hecho, Kevin había estado mucho más tranquilo que de costumbre, algo raro.
Ambos salieron del salón, el maestresala tomo una silla y la llevo al jardín donde se sentó y comenzó a fumar un cigarrillo, quizá era momento de retirarse y dejar a otro encargado del lugar se decía a si mismo mientras exhalaba una serie de aros de humo.
La pareja condujo de regreso a la casa de Gwen, no sin antes pasar a comprar un par de cosas a pedido de ella. Al llegar a su casa vieron algunos autos estacionados frente a la casa, Kevin aparco cerca y caminaron juntos a la entrada, al abrir la puerta fueron recibidos por un ambiente algo incómodo.
Algunos familiares por parte de la madre de Gwen habían llegado de visita y poco después, Verdona apareció en la sala en su forma anodita. Sin más opciones, Natalie explicó que ella era su suegra. Verdona se limito a adoptar la apariencia de anciana, pero, la incomodidad era tangible. Justo cuando los invitados estaban por irse llego Gwen y Kevin.
—Hola Gwendolin ¿o debería decir doctora Tennyson? muchas felicidades por tu gran triunfo  — dijo la tía Joyce.
Una mujer muy parecida a su madre, aunque, más entrada en edad con cabello casi blanco por completo. Tras ella los demás también fueron a saludarla, algunos de sus tíos y primos, cerca de quince personas en total.
—Hija ¿tu abuela ira también? — pregunto uno de sus tíos al oído mientras le daba un abrazo al felicitarla.
Gwen se separo al instante, habría respondido de no ser porque Verdona se puso de pie y se despidió, iría a su habitación en el piso de arriba pues estaba cansada.
—¿y quién es este caballero? — pregunto la tía Joyce mientras miraba a Kevin.
—El es Kevin, mi novio — dijo ella.
—Es un placer conocerlos, soy Kevin Levin — agregó mientras hacía una pequeña reverencia.
Gwen se aguanto la risa, pocas veces lo veía actuar tan formal.
—Un gusto Kevin ¿también estudias en la universidad de Gwendolin? — pregunto otra de las tías.
—Eh… no, no. Yo no estudio en esa escuela — respondió.
—Ya veo ¿entonces estudias en otra universidad? — cuestiono de nuevo.
—No, Kevin no estudia en otra universidad, pero, el fue quien nos dio asesoría con el proyecto — intervino Gwen.
—Entonces debe ser muy listo también no es así prima — intervino una chica de más o menos la edad de Gwen.
—Si, a veces — respondió en broma.
—Oye! — se quejo Kevin.
Todos se rieron un poco.
—Bueno, ha sido un placer conocerlos, pero, debo ir a cambiar mi ropa. Vendré por ti más tarde Gwen, con su permiso me retiro — ahí estaba, el Kevin raro y formal. Gwen quería reír.
Al abrir la puerta para salir, Kevin choco con un chico, tan alto como él.
—¿Quién eres? — preguntó el joven.
—¿quién eres tú? — devolvió la pregunta Kevin.
Gwen se acercó a ver que ocurría, su hermano que había salido a hacer algunas compras de último momento estaba regresando. Tras una rápida presentación Kevin se fue.
Una vez en la seguridad de su auto, se relajo. No sabia como responder o actuar, no quería arruinarlo, pero, el actuar formal no era su estilo; ojalá Gwen no quiera eso siempre, se dijo mentalmente mientras conducía.

Por otro lado, en la casa de Ben, todo estaba tranquilo. Ben apareció sobre un árbol, pero, este solo amortiguo su caída. Su abuela fue un poco descortés, pero, no podía quejarse. Al entrar, encontró a su madre jugando con su nieto, a quien ya habían decidido llamar Sam. Su padre estaba arriba probándose su traje de gala.
—Ben ¿Qué te paso? ¿Y tu abuela? — pregunto Sandra al ver a su hijo con ramas y hojas en la cabeza.
—Se quedo en la base con el abuelo y me envió de vuelta, pero, me dejo sobre el árbol — Ben esperaba que su madre dijera algo más, pero, tras un “ya veo” volvió a lo suyo con el pequeño.
Ben los miro jugando, era divertido, si su madre supiera que el pequeño se iría de vuelta al espacio seguro lo regañaría, igual no había razón para decirle por ahora. Se dirigió a su habitación para sacar algo de ropa.
—Por cierto, Ben, deberías ir con un buen traje sabes — agregó su madre.
Verdona dijo algo similar ¿acaso sabían algo que él no? Como sea, entro y comenzó a buscar, no había nada. Tenía un traje, pero, lo rompió durante una batalla y quedó inservible.
—Mamá no tengo ningún traje — dijo Ben al salir, pero, solo estaba su padre.

—¿Qué te paso hijo? — pregunto también Carl.
—No quiero hablar de eso, no tengo ningún traje para ir a la fiesta papá y no creo tener tiempo para ir por uno — dijo Ben.
—Ben, en estos años t he visto ir y venir de planetas lejanos. Correr por toda la ciudad resolviendo crímenes, incluso te he visto limpiar la casa usando ese reloj. Dudo mucho que no tengas tiempo para ir a conseguir algo a la ciudad — Carl ya estaba vestido, llevaba un elegante traje gris oscuro.
Ben suspiro y se transformo en XLR8.
—Vuelvo en un rato — dicho eso, salió de la casa a toda marcha.
Le tomo menos de diez minutos encontrar una tienda. Muchos dirían que fue algo lento considerando la velocidad de su forma kineceleran, no obstante, no conocía donde estaban las tiendas y dio varias vueltas. El siguiente problema parecía ser encontrar un traje a medida, pero, para su buena suerte el dependiente del lugar era un gran fanático y justamente aquella transformación era su favorita, de hecho, el tipo era fan en redes de la chica del Mr. Smothie, Xandra.
—Señor Tennyson, mi nombre es Marco es un placer. Bienvenido a la sastrería D’ Angelo ¿Cómo podemos ayudarle? — el hombre estaba a nada de saltar de la emoción, ver a su héroe entrar en su tienda, convertido en su alíen favorito era un sueño hecho realidad.
—Buenas tardes, necesito un traje — dijo Ben, mientras pasaba su vista del hombre al resto del lugar, había una gran colección en distintos colores.
—Desde luego señor, ha venido al lugar indicado. Tenemos trajes de todo tipo y para cualquier ocasión. Tenemos corte inglés, italiano, americano, en diferentes colores ¿tiene alguna preferencia? —
—… solo quiero un traje elegante para una fiesta — respondió el chico desde su ignorancia sobre el tema de la moda.
—hm… ya veo ¿es algo formal o casual? —
Ben le explico la situación, el hombre asintió ante ello y tras un breve momento de meditación tuvo una respuesta. Fue hasta una de las estanterías y comenzó a buscar, tomo un traje y se lo dio al chico para probárselo. Él ingreso a un probador y se puso el traje, al salir Marco lo miraba atentamente, le indico que levantara los brazos y lo rodeo poniendo toda su atención en como se veía.
—Es tal como creí, este es el modelo adecuado, necesitara pequeños arreglos, pero, se lo puedo entregar en una hora cuando menos —
Ben asintió y dio gracias, luego salió de la tienda. Después se transformó en Jetray y voló directo al Mr. Smoothie más cercano. Solo debía esperar una hora, considerando eso, un par de minutos para ir a su casa y bañarse, llegaría a tiempo no había duda.

Por otro lado, fuera de la tierra, en el enorme crucero de guerra tetramand había un gran caos. Looma llegó muy temprano para hablar con el encargado del mantenimiento de las armaduras para hablar sobre lo que quería.
[Breve recuerdo de la razón de aquello]
En la casa Tennyson días antes de la fiesta.
—Looma, linda quiero que me ayudes a elegir un buen vestido por favor — dijo Sandra a su futura nuera.
—¿Vestido? — dijo ladeando la cabeza, pero, ya que le pidió ayuda accedió aun con dudas.
Sandra había comprado varios para ocasiones especiales, pero, no los había usado y ahora no estaba segura de cual llevar y ya que Looma estaba sin hacer nada creyó que sería buena momento para tratar de formar algo de familiaridad.
Looma acompaño a su suegra a su habitación y la pequeña pasarela privada comenzó.
El primero fue un vestido azul marino, de mangas cortas adornado con encajes plateados en el cuello, tenía un elegante escote cruzado y le enmarcaba bien su figura.
La princesa lo vio, pero, no estaba segura de que decir. En su planeta eso era algo así como la ropa civil o de uso común, aunque, un poco distinta. En Khoros la solía vestir fuese con su armadura o ropa muy similar a las togas y trajes que usaban en la antigua Grecia. Su madre quería ir vestida así a una reunión importante de la familia ¿sería una especie de costumbre terrícola?
Sandra interpreto el silencio de Looma como “probemos con otro” y volvió a cambiarse, esta vez un vestido rojo sin mangas, sujeto únicamente sobre el cuello, toda su espalda quedaba descubierta.
Looma reacciono con cara de ¡¿enserió?! ¿es broma cierto? Sandra hizo un puchero, miró a su nuera, vestida de manera parcial con su armadura, pero, no dijo nada y volvió a cambiarse.
El siguiente fue un vestido verde esmeralda, mucho más sobrio, con un ligero escote cubierto por una tela semitransparente, algo bastante refinado, pero, de nuevo la princesa no supo que decir.
Sandra se probo los siguientes, un vestido color vino, de mangas cortas con un corte que dejaba ver hasta la mitad de sus piernas, Looma por fin hizo un gesto de aprobación, pero, fue más que nada por el color. Y por ultimo un vestido de gala negro azabache, adornado en el pecho con lo que parecía una pequeña galaxia, y el resto de la prenda estaba adornada con cuentas que parecían estrellas.
Sandra estaba comenzando a deprimirse, Looma no mostraba aceptación real por ninguno en especial, más allá del color del penúltimo. Ambas volvieron a la sala, esperaba más una platica de chicas sobre ropa, telas y colores, no modelar ropa como si estuviera de compras con su esposo. Luego de volver a la sala, Sandra fue por algo para beber y mientras preparaba un té para ambas, cayó en cuenta de algo muy básico; Looma no compartía la misma cultura, de hecho ni siquiera era humana.
–Looma, hija ¿cómo planeas vestirte para la fiesta? — pregunto Sandra al volver con un vaso y una jarra de té frío.
—Oh, es cierto madre, ya que me has mostrado tus atuendos debería hacer lo mismo — dijo ella muy animada. Tomo la jarra y se bebió el contenido de una.
Ambas entraron en la habitación de Ben, donde Looma tenía un “baúl” metálico con ropa suya. Lo primero que saco fue una armadura bastante distinta a la que usaba normalmente, luego saco un montón de vestidos/togas casi todas en algún tono de blanco o gris claro, adornadas con hilos de un metal dorado (qué aclaro, no era oro).
Se probo el primer atuendo, de un color marfil, no tenía mangas y dejaba un corte lateral desde el hombro hasta la cintura, además de un muy pronunciado escote y un corte completo desde la cintura hasta abajo que dejaba lucir las piernas. El detalle de aquella prenda sobre el busto le realzaba bastante el atributo a Looma y sumado a su excelente figura era increíble, además luego entendería que para la raza de Looma la libertad de movimiento era esencial debido a sus costumbres.
—Looma… es espectacular ¿planeas ir con ese? — Sandra estaba impactada, pero, también estaba segura que sin duda atraería todas las miradas con tan llamativo vestido.
—Por supuesto que no madre, esto es para usar en casa — una respuesta que dejó confundida a Sandra.
El siguiente fue un traje con un escote menos pronunciado, pero, abierto por la espalda y sujeto solo sobre el cuello por una especie de tela reforzada con hilos de metal según explicó Looma. El color era perlado y en si el diseño quedaba muy justo en la parte superior destacando la cintura, pero, era bastante suelto y con el mismo tipo de corte hasta abajo qué dejaba descubrir las piernas.
Era menos llamativo y sin duda, podría encajar para una fiesta, pero, ese tampoco era el elegido. La princesa se probo todas las prendas qué había llevado consigo, todas se le veían increíbles, pero, ninguno era el que iba a llevar, no obstante, llego el momento de la estrella del show, el outfit elegido.
Looma se vistió la armadura qué estaba guardando, el fondo estaba hecho con una tela negra adornada con líneas doradas y plateadas, las hombreras eran más pequeñas que las de su armadura estándar y estaban adornadas con piel de algún animal, además de estas estaba sujeta una capa de color hueso.
Del Pteruges o la falda de piel, colgaban tiras de cuero adornadas con metales y joyas, agregaba también brazaletes y grebas que protegían solo sus espinillas. Esta podía completarla con su casco, pero, dijo que estaba bien yendo sin este, por lo que luciría su bello cabello lacio.
Sandra quedo atónita y luego de eso, comenzó a explicarle las costumbres terrestres, a la vez que comenzó a aprender un poco de las costumbres de Looma.
[Fin del flashback].
Eso fue lo que llevo a Looma a reconsiderar su vestimenta, le mostró los diseños de la ropa humana al encargado de las armaduras y este comenzó a formular diseños en conjunto con sus ayudantes para hacer algo para la princesa, mientras, paso en día entrenando.
A eso de las 3 pm, poco antes de que Ben fuera enviado a su casa por su abuela, el primer diseño estuvo listo.
Era una combinación de un vestido de hombros descubiertos el cual se ajustaba con ayuda de lo que parecía un corsé, el cual estaba fabricado con materiales altamente resistentes, este le enmarcaba a la perfección la cintura y el busto. La parte inferior parecía una falda de tablones, pero, visto de cerca, estaba claro que eran en realidad tiras de la piel de algún animal adornadas, similar a la armadura qué le mostró a Sandra.
No estaba mal, considerando que era la primera vez que se elaboraba algo así, una mezcla de vestido y armadura. Si ese atuendo pasara por pruebas de resistencia, quedaría muy por encima del equipo de cualquier milicia terrícola, pero, eso nadie lo sabría hasta dentro de varios años.
Al final, luego de probarse su atuendo, envío una imagen a Sandra. Luego se dio un largo baño y después hablo con Gar.
Así pues todo se prepararon para la fiesta. La recepción comenzaría a eso de las siete pm y de ahí hasta que los invitados se fueran.


[Chicos, chicas y los demás, me disculpo por la ausencia, tenia cosas que hacer. Pero, ahora que termine eso y que pude buscar algo de inspiración (plagio) en algunas obras, volveré con uno o dos capítulos a la semana. Les agradezco que lean y se preocupen, sin más, aquí dejo este capítulo].

Tradiciones y promesas (Ben x Looma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora