CAPÍTULO 1:

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Hoy me levanté temprano en la mañana para ayudar a la abuela Chan a cocinar la comida como todos los días. Cuando termine, toma la comida y dividí en bolsas para dársela a los monjes frente a la casa. Así podemos aumentar nuestra felicidad mental aunque sea solo un poquito. Pero eso puede traer un poco de paz a las mentes de los pobres como nosotros y vivir cada día lo más cómodo que se pueda.

El lugar donde vivo actualmente, es una pequeña casa de madera de un piso. Vivo en una comunidad a las afueras de la ciudad y por detrás de mi hogar hay un canal por el que pasan barcos todos los días. Eso ayuda a que el ambiente sea bastante bueno y muy agradable.

Ahora mismo Thanon, mi amado hijo, sigue durmiendo en la cama. En cuanto a la abuela Chan y a mí, estamos preparando cosas para cargar en un carro para empujarlo e ir a vender en las áreas comunitarias. Nuestros principales clientes son los aldeanos y los trabajadores de esta zona. Pero bueno, donde haya clientes, la abuela Chan y yo empujamos el carrito para vender hasta ese lugar.  Por supuesto, siempre llevando a mi pequeño hijo conmigo.  

“Primero iré a ver a Thanon, abuela. Supongo que ya está despierto”.

“Sí, la abuela se sentará aquí y esperará”, me sonrió la amable abuela Chan.

Al entrar al dormitorio mi pequeño hijo estaba despierto como lo pensaba. Al ver la condición de somnolencia de Thanon, no pude evitar sonreír. Mi hijo es muy lindo y adorable, tiene grandes ojos negros que me miran fijamente. Mientras tanto, sus pequeños labios sonríen armoniosamente, haciendo que sus regordetas mejillas se curven mucho como dos globos. Pero cada vez que veo a mi hijo, no puedo evitar pensar en su padre. Porque su rostro fue modelado de tal manera, que es como si fuera la misma persona.

“Mae”, me llamó el pequeño sentado en la cama, aunque todavía no habla claro, estoy muy feliz  porque la primera palabra que un niño puede decir es madre. Cuando lo escuché por primera vez, jadeé de felicidad, porque sé que en esta vida, mi hijo nunca tendrá una manera de llamar a Phi Tee "Padre”. Odio mucho a esa persona, es por ello, que no habrá absolutamente ninguna manera de que mi hijo alguna vez lo cuente como a un pariente, bueno también creo que esa persona tampoco querrá contarlo como un pariente.

Después de bañarlo y ponerle ropa nueva para el niño, llevé a mi pequeño a donde estaba la abuela Chan, que estaba frente a la casa.

"Aquí estamos."

Cuando la abuela Chan lo vio, se acercó apresuradamente y me quitó a Thanon. "Aquí viene el querido nieto de la abuela".

Thanon está tan apegado a mí como la abuela Chan, porque los dos lo hemos criado desde su nacimiento.

"Vamos, abuela". Dije, mientras tomaba el carrito y me alejaba. En cuanto a la abuela Chan, ella cargaba a Thanon y me seguía de cerca. Aunque cualquiera pensara o dijera que la forma que teníamos de ganarnos la vida abuela Chan y yo estábamos era baja, me sentía más feliz que vivir en esa casa. Cada día sólo había sonrisas y risas de la gente que nos rodeaba. Eso era lo más maravilloso de mi vida, tener una familia cálida, y sobre todo vivir en una sociedad que no era alta pero estaba llena de gente sincera.

Al llegar a mi lugar habitual de trabajo, estacioné el carrito, saqué una silla de plástico y la acomodé para sentarme, también preparé otras sillas para los clientes que vinieran a comer al restaurante.

CRUEL BROTHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora