Después de un incidente intentando proteger alguien, acabe muriendo en un hospital, pero no acabo ahí, al despertar me encontré con una diosa, y me dio la oportunidad de reencarnar en un mundo como su caballero elegido. Asi, reencarne en el mundo Di...
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- Y dime Wanyamon, ¿Cómo sabias donde iba a caer cuando llegue? – pregunte a mi compañera, ella que estaba apoyada en mi hombro me miro.
- Bueno... no lo sé exactamente, solo sabía que estarías ahí, y ahí fui – dijo sonriente.
Yo asentí sin darle más vueltas, me había resignado a que ningún digimon parecía saber cómo encontraba a su compañero, simplemente pasaba.
Ya habían pasado un par de horas desde que llegue al DigiWorld estaba atardeciendo, y no había rastro de nadie conocido, solo incontables digimons que pasaban de aquí para allá, mirándome con curiosidad o recelo.
- Se que suena estúpido pensarlo, pero en la serie la isla parecía más pequeña y parecía que en unas horas podías cruzarla... - pensé mirando hacia arriba en el bosque donde me encontraba, la futura montaña espiral aún estaba muy lejos – era ridículo pensar que la isla era pequeña a comparación de una del mundo real, llevamos tres horas caminando sin parar y la montaña no se acerca – suspiré cansado.
Acto seguido me rugió la tripa y a Wanyamon también, ambos nos miramos avergonzados y nos reímos levemente - ¿Quieres descansar un rato Wanyamon? Llevamos horas andando – le pregunte, ella asintió de acuerdo.
Asi, ambos nos asentamos debajo de un gran árbol, en una llanura donde cruzaba un pequeño rio, nos acercamos al mismo y mientras Wanyamon bebía agua, yo llenaba la cantimplora, ya casi vacía, bebi de ella un buen trago y la volví a llenar – Tendría que haberme traído una garrafa – dije riéndome.
- Touma ¿Qué es esa cosa? – pregunto ella curiosa viendo la botella.
- Esto es una botella, en ella puedes meter agua, para tener siempre a mano cuando lo necesites – dije mientras se lo enseñaba, ella abrió mucho sus brillantes ojos – ¡Increíble!, los humanos sois fascinantes – dijo mientras me miraba con admiración.
Yo sonreí mientras guardaba la botella en un bolsillo de la mochila, y abrí mis brazos, Wanyamon salto hacia ellos, y juntos nos sentamos debajo del gran árbol, donde descansamos tranquilamente.
- Para estas alturas del día, Agumon ya abra digievolucionado a Greymon, los chicos estarán llegando al lago donde Gabumon digievolucionara..., Wanyamon dijo que el lago donde están ellos, está a un día de camino, quizá si nos movemos por la noche, sin detenernos, podamos alcanzarlos para la aldea Pyocomon – mientras pensaba en ello, mire mi reloj, la brújula estaba girando como loca, y las manecillas de tiempo se habían congelado, tal como suponía, pero lo demás, funcionaba bien por alguna razón, yo suspire cansado.
Apoye mi cabeza contra el árbol, y me fije en mi mochila, lo había comprobado antes, y todo lo que traje seguía en su sitio y en buen estado, pero yo estaba mirando las hombreras de mi mochila, concretamente la de la izquierda, ahí, estaba colgado mi Digivice, no pude notarlo al principio, pues esa maldita ola gigante nos tragó, pero mi Digivice era un poco distinto al de los demás, la única diferencia notable con el resto era, que los botones en vez de azules eran negros con el centro rojo.
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