── 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤 »

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Se inició la desesperada búsqueda del príncipe Moisés por todo el burdel

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Se inició la desesperada búsqueda del príncipe Moisés por todo el burdel.

Los únicos aún con la capacidad de hacerlo eran Baketmud e Ikeni. Ramsés no podía estar en pie sin sentirse mareado. Maldecía el momento en el que se bebió él solo dos jarras del vino de esté lugar. Solo quedaba esperar y ser paciente, y rezar a los Dioses para que su hermano apareciera finalmente.

──Ikeni...Ikeni, maldita sea. ──Baketmud intentaba hablar con señas al contrario de cicatriz y darle a entender que el lugar por donde él buscó estaba limpio y sin rastros de su alteza.

Al recibir esté informe, Ikeni podía tener un terreno más corto para buscar al príncipe Moisés. Quedaban muy pocos lugares en donde buscarlo y restaban las habitaciones, las cuales dejarían al último por ser estás las menos importantes para ellos. Era imposible que él príncipe estuviera en una de ellas con una prostituta, ¿no?

──El correcto Moisés no lo haría. ──pensó en voz alta el soldado y hubo un silencio de duda entre él y su mente──. ¿Verdad?

Podría probar, pero eran más de cinco habitaciones las que había en aquel pasillo. No podía pedir ayudar a Amos ni tampoco podía pedírselo a otros compañeros presentes, nadie podía saber que sus altezas se habían escapado del palacio a media noche para venir a un burdel del pueblo. Tampoco podía alzar sospechas, el general estaba aquí y él no dejaría pasar esta falta ni siquiera a su hijo y cuñado, ni mucho menos a él y a Baketmud.

──Diablos, podría probar, pero... ──se decía a si mismo yendo hasta la primera puerta y abriéndola llevándose con que estaba vacía──...tengo que hacerlo rápido...rápido. ──se apresuró en abrir la siguiente y preguntar por Moisés utilizando solo su nombre. En algunas tuvo que cerrar con prisa al haber atrapado a algunos comensales disfrutando de la mercancía, pedir rápidas disculpas eh ir con prisa a la siguiente.

Abrió la sexta puerta y halló a una de las bailarinas brindándole un show privado de danza a su comensal. La reconoció rápido.

──¿Soldado Ikeni? ──Isabel reconoció al soldado de cicatriz porque algunas veces había pedido sus servicios como prostituta, ¿por qué entró tan de repente a la habitación y exaltado?──. ¿Sucede algo malo?

──¡Oye hombre, pagué antes!, ¡si quieres tendrás que esperar! ──dijo tajante el egipcio mientras no podía ni siquiera ponerse de pie de la cama por lo muy borracho que se hallaba.

──Lo siento, solo buscaba a alguien.

──¿Buscabas a alguien? ──sin previo aviso el comensal cayó contra la cama completamente dormido. Isabel reprochó──. Que inútil. ──murmuró──. ¿Quieres que te ayude?, no tengo nada más que hacer al parecer.

──Serías de mucha ayuda, sí. ──quizás podría confiar en ella, con unas monedas de oro sería suficiente para guardar el secreto de esta mujer──. Busco a un hombre, un poco más bajo que yo, solo una cabeza. ──informaba──. Es castaño y de ojos claros de color marrón. Está utilizando también un uniforme de soldado, como el nuestro.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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𝐇𝐀𝐓𝐇𝐎𝐑 , moses and the ten commandments✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora