Le mandé un mensaje a Daya cuando estaba en el micro por si sabía de algún alquiler económico para Adriano, a lo que respondió con el emoji del pulgar arriba. Ella ha trabajado en varios lugares y conoce a mucha gente, estoy segura de que será de gran ayuda. Por mi parte, posteo un estado con la leyenda "Contacto busca alquiler económico para una persona".
Mientras tanto, espero la respuesta de Daya en cuanto a si alquilamos juntas o no. Apenas me responda, empiezo a correr la voz sobre mi casa.
En la escuela ya, cuando termina una de las clases, aprovecho para ir a sacar unas fotocopias. Cuando entro a la biblioteca, me encuentro con Diego, que está esperando por sus copias. Nos saludamos y él pregunta:
-¿Cómo vas con el estudio?
-Por ahora bien, al día.
-¿Trabajás aparte de estudiar?
-Sí, en servicio doméstico -no quiero dar detalles del tema, así que pregunto para cambiar el foco de atención. -¿Vos trabajás en otro lado aparte de acá?
-Sí, doy lengua y literatura de 4to y 5to año en la ETA y en la Infanta en la mañana.
-Esas están en Campanitas, ¿verdad?
-Sí, la Infanta es escuela rural y la ETA es la que está cerca de la plaza. Yo vivo allá también.
La verdad es que no me había puesto a pensar en que viviera allá. Claro, si fue a la escuela con Marcos... Por lo general, el que nace en Campanitas va y viene pero siempre mantiene sus raíces en el pueblo.
-¿Dónde estudiaste? -pregunto con la duda de dónde se graduó.
-En ciudad. Tuve la suerte de que mis viejos me pagaran un alquiler allá y de que pude sacar la carrera en los 5 años programados.
-Qué bueno que pudiste. Ojalá yo también me egrese en 4 años -comento esperanzada.
-No todos pueden. Por ahí lo mejor es lento pero seguro. Claro que si se dan las cosas, mejor, obvio.
La bibliotecaria le entrega las copias y tras cobrarle le indico a ella lo que voy a necesitar imprimir. Diego espera y mientras, echa un vistazo alrededor y luego me mira a los ojos.
-Mañana nos juntamos con unos amigos para ir al teatro municipal. Va a participar mi hermana en una obra. Quería invitarte.
Entran más chicos y me da pena que escuchen ¿Qué le digo? Él es un amor pero no me gusta de otra forma que no sea como amigo. Igual, me invita para estar con un grupo... ¿Y si le presento a Daya?... De pronto esa me parece una buena idea.
-¿Puedo ir con una amiga? A ella le encanta el teatro también.
En eso entra Karo y Adriano, y escuchan cuando Diego saca su celular y me dice:
-Dale, sí. Pasame tu número y te mando dónde nos encontramos.
¿Dónde nos encontramos? Si dijo que era en el teatro municipal, ¿no nos veríamos ahí? La bibliotecaria me llama por las copias, y como empezó a juntarse gente, me apresuro a recibir y pagar. Con Diego nos movemos a la puerta, y alcanzo a ver a Karo viéndonos curiosa. Le dicto mi número y él lo agenda. Con una sonrisa se despide con beso, lo que me toma por sorpresa.
Me quedo en la puerta con la intención de esperar a mis amigos, cuando noto el gesto serio de Adri y a Karo diciéndole algo en secreto divertida. Ella me mira y me sonríe. Esto no me gusta nada.
Pasan unos minutos hasta que los chicos se desocupan y salen de la biblioteca. Karo se pone entre Adriano y yo y nos toma de los brazos con los suyos mientras caminamos. Con una sonrisa divertida me dice:
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Las aventuras de Azul
Ficción GeneralAnimarse a una edad poco convencional tiene su precio, pero vale la pena el riesgo.
