Ya había sido golpeada unas cuantas veces, solo que esta vez tuve un mal presentimiento. Veía todo borroso, como de costumbre, hasta que parpadee unas veces y ya era capaz de visualizar mejor mi entorno. Miré a mi alrededor y vi un montón de hierba. Árboles, plantas... Espera-pensé-¡¿ESTOY EN EL CAMPO?!.
No tenía la menor idea de que estaba haciendo yo allí. Lo último que hice fue mi intento de escapada de aquel manicomio, nada más.
Ahí fue cuando decidí levantarme y empezar a encontrar la manera de salir de ahí Claramente no sabía donde estaba, así que no que me quedaba otra opción que encontrar una salida. Decidí adentrarme en el bosque. Allí comencé a caminar. Las horas pasaban y yo me moría de hambre.
No llevaba nada de comer así que decidí improvisar. Había unos árboles con frutas. No sabía muy bien lo que eran, pero no tenía opción, y no quería morir de hambre.
- Bueno, no se que es esto- me dije mientras sostenía una fruta- Pero, me da igual
Empecé a comerla hasta quedar saciada. Después me acerqué al río, puse mis manos en forma de cuchara y bebí. Se hacía de noche, así que me construí mi propio fuerte. Allí me empecé a encontrar mal. Me dolía el estómago y estaba mareada. Decidí irme a dormir en el suelo y listo.
Cada vez me sentía más rara, ya no sé si es que la fruta me estaba haciendo efecto o si me estaba volviendo loca. También notaba una sensación de sequía en los ojos, algo que no me había sucedido nunca. A la mañana siguiente ya me encontraba mejor. Pero oí unas voces, al mirar un poco más, me dí cuenta que eran los guardias del manicomio. Mi****- pensé- Ya me han encontrado... empecé a corre con todas mis fuerzas intentando no llamar la atención .
Justo había una pareja de turistas y me choqué con ellos.
- Ah, disculpen- les dije avergonzada
- Desolé, nous ne parlons espagnole pas (perdona, no hablamos español) - dijo el hombre. Yo allí, simplemente asentí con la cabeza y seguí corriendo. Pero justamente me tenía que tropezar con una piedra y en ese momento me vieron los guardias.
- Ah, por fin, aquí estás- dijo uno. Ambos me cogieron por un brazo y me arrastraron todo el bosque. Yo suspiré. Me preguntaba que me harían ahora, me matarían?, porque ya sinceramente me daba igual. Pero no, al final yo iba dándole a cada uno mi mano. Me extrañaba, creí que estarían enfadados.
- Muy bien niña- me dijo el segundo- Espero que estés bien, ahora entrarás aquí- señalando un edificio completamente blanco, sin ventanas y una puerta,- A partir de este momento vivirás aquí, te están esperando.
- ¿A mi?- pensé. Caminé hasta allí y abrí la puerta. Una mujer con un vestido rosa y cara amable me saludo.
- Sophie cariño, ven por aquí, el doctor te esta esperando.- me dijo
- Disculpe, pero.. no entiendo nada. ¿Qué es este lugar y que hago aquí?- dije preocupada
- Lo siento, no estoy autorizada a contestar ninguna pregunta, solo haz el favor de pasar por esa puerta- decía mientras su sonrisa seguía en su cara. Yo no quería desobedecer así que hice lo que me ordenó, abrí la gran puerta y había un largo pasillo con una puerta al final. Me asustaba el lugar, no sé en que lío me acababa de meter. Al cabo de unos cuantos minutos llegué a la puerta, la abrí y allí adentro estaban mis padres.
Casi se me para el corazón, mis ojos se llenaron de lagrimas al verlos.
- Papá...mamá...- dije mientras caían lágrimas sobre mi rostro.
- Túmbate en la camilla por favor- dijo un tercer sujeto, ese debía ser el doctor. Yo hice lo que me dijo, temiendo a lo que me fueran a hacer. Cuando estaba tumbada colocó unas cintas alrededor mía. Empezó a rebuscar en una caja de herramientas, se me tensó el cuerpo, pero al ver que al final las dejó en su sitió hizo que me calmara un poco.
Poco a poco se fue acercando a mi rostro y me dijo al oído
- Lo has hecho muy bien Sophie- yo estaba perpleja. ¿Que habrá querido decir con eso? Puso sus manos sobre mis mejillas, después clavó sus dedos en mi piel, mientras iba tirando para atrás. Yo sentía como me arrancaba la piel, mientras gritaba de dolor mis padres me miraban desde los lejos.
Cerré los ojos intentando hacer que este infierno fuera más rápido. Pero al abrirlos vi un doctor joven con unas gafas de realidad virtual en sus manos y unos auriculares.
- Bueno señorita Sophie, esperamos que haya disfrutado de su simulación- me dijo mientras sonreía amablemente. Allí noté como mi corazón iba más despacio y segundos después morí.
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La traidora
Misterio / SuspensoTodo el mundo sabe que hay personas que pueden llegar a mostrar una faceta suya, completamente distinta a la que vemos habitualmente. La que la pobre Sophie Brown descubrirá de la persona menos esperada... ⚠¡ATENCIÓN A TOD@S!⚠ Este libro incluye esc...