Capítulo 37 - Más Allá del Abismo

65 9 0
                                    


El viento gélido silbaba a través de las montañas, llevando consigo la promesa de una fría noche sin descanso.

Me movía con dificultad, cada paso en la nieve era un recordatorio de mi propio tormento.

Mi cuerpo, una mezcla distorsionada de humano y demonio, no era lo que solía ser.

Cada vez que me miraba en un charco helado o en la superficie de la nieve, el reflejo que veía me parecía más una monstruosidad que un hombre.

Pasaron días, por alguna razón, no he sentido hambre ni sed, es como si eso ya no existiera para mí.

El frío, sin embargo, seguía siendo implacable, calando hasta los huesos y recordándome la fría realidad de mi situación. La desesperanza se había convertido en mi compañera constante, y el paisaje helado solo parecía acentuar la frialdad en mi interior.

Mi familia, aun mantengo la esperanza de que están bien sin mí.

Quizás debí decirles algo antes de irme de la nada.

Cada paso que daba parecía un esfuerzo titánico, como si el peso de mis propios errores me arrastrara hacia abajo. El sendero hacia la tumba de mi padre era largo y agotador, pero mi determinación no flaqueaba. Tenía que enfrentarme a mi propia verdad, a los gritos de culpa que resonaban en mi mente.

Abandone a mi familia, a mis amigos, la gente que me amaba.

Me sentía como un cobarde por no haber estado allí, en ese momento, cuando más me necesitaban, por no haber podido protegerlos como lo hizo Giyuu, por no haberlo ayudado.

Mi corazón estaba plagado de arrepentimiento y desesperación.

Me sentía atrapado en un ciclo interminable de culpa, y cada día que pasaba parecía una tortura más.

La idea de rendirme me parecía cada vez más atractiva, una manera de escapar de toda esta agonía que me consumía.

Al menos debería entregarme y dejar de huir.

La verdad es que no tenía un propósito claro, y mi existencia se había reducido a un constante sentimiento de pérdida y fracaso.

El director había dicho que era alguien valioso para aquel hombre que empezaría una guerra contra él.

Quizás era verdad. Quizás era lo mejor que podía hacer ahora, poner fin a esta tortura personal y aceptar mi destino.

Aunque soy totalmente incapaz de morir ahora debido a mi regeneración, lo sé por esa vez que me corté y la herida sanó en solo segundos. Incluso soy incapaz de morir.

Odio estos poderes, no son dones, son maldiciones.

Tan solo debería...

"No"

Me dije a mí mismo, con voz quebrada pero firme.

No frente a la tumba de mi padre.

A pesar de todo, llegué aquí.

Este lugar, esta tumba.

No podía rendirme ahora, no podía dejar que el sufrimiento ganara, todavía no.

Arrodillado en la nieve, con la piel quemada, y el corazón pesado, me aferré a las últimas fuerzas que me quedaban.

Miré la tumba de mi padre, intentando encontrar en ella algún consuelo. Aunque estaba inundado de dolor y arrepentimiento, sabía que no podía abandonar todo lo que había sido, lo que había amado.

Una Nueva EnseñanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora