Año 1687, Suecia.Sonreí al ver su sonrisa, lo había logrado, Isabella había logrado obtener el trono de Suecia, sin embargo el hombre a su lado hacía notar su molestia, su esposo, el hijo del antiguo rey Carlos, pues antes de Isabella y Carlos, había una reina, Cristina, la cual abdicó, las razones eran obvias, pero muchos se negaban a creerlo, la reina Cristina tenía una amante, una amante mujer, denigrando el orgullo de Carlos y por lo tanto el de su hijo al ser apuntados con el dedo.
Isabella tomo mi mano y yo sonreí, mis ojos la escaneaban completa, ante los demás yo era su simple consejera de estado, su mejor amiga, como también su dama de compañía. Pero no, la realidad al igual que la antigua reina, era otra, yo era la amante de Isabella, era la que pasaba las noches escuchando sus gemidos provocados por mi.
La reina y yo teníamos una relación desde hace 5 años, ella tenía 13, y yo... Yo tenía 28 desde hace 700 años. Mi naturaleza no era un secreto para ella, jamás lo fue, no cuando la amaba más que a nadie en este mundo, no me temía, no me tuvo miedo cuando casi la mato, no me tuvo miedo cuando me vio convertirme en un dragón, menos cuando vió mi lado vampiro, ella me amaba tanto como yo a ella.
Isabella había contraído nupcias hace apenas 1 mes para poder tomar el trono que le pertenecia, Isabella Black, la hija de unos nobles, querida por el pueblo y amada por el mundo, por votación y pedido del mismo Vaticano, Isabella había sido nombrada reina de Suecia.
Mi hermano estaba en el público presente, sonreí a Caius y el me regreso la sonrisa, solo éramos nosotros contra este mundo, había convertido a Caius cuando unos cambia formas de la aldea lo atacaron, era un simple humano de 20 años. Nuestra familia era de vikingos, los líderes para ser exactos, y esto se debía a que cada primogénito de los líderes vikingos podían convertirse en dragones, éramos metamorfos, podiamos convertirnos en un ser, y nuestro animal era el dragón, también como los lobos teníamos nuestra imprimación, no necesariamente debía ser nuestra amante o nuestro amante, podíamos ser lo que esa persona quisiera que fuéramos, un amigo, un hermano, un compañero, todo.
Mi familia murió, los vikingos se escondieron ante una cruel amenaza, los vampiros, éramos una pequeña aldea que fue atacada por ellos, nadie sobrevivió, mi padre y abuelo por el don de uno de ellos no pudo activar a su dragón para protegernos, murió a manos de aquel vampiro de cabello blanco y fuertes ojos rojos, ellos venían con cambia formas, unos horrendos lobos que se transformaban en luna llena, intenté escapar, pero fue en vano, miraba a mi hermano menor morir también, nuestros ojos se habían encontrado una última vez para después volver a encontrarnos.
Yo había despertado, en la misma aldea, esta vez destruida, no sabía cuántos días habían pasado, con el tiempo Caius me dijo que solo estuve unas pocas horas dormida, el seguía ahí, agonizando y tratando de mantenerse con vida, recuerdo haberme acercado corriendo y llorar pidiendo que no me dejara, era mi pequeño hermano.
Recordando las palabras de mis padres sobre los vampiros me acerque al cuello de Caius, olía exquisito, su sangre me llamaba y supe que estaba jodida, era un vampiro, recordaba haberme acercado al cuello de mi hermano e inyectar mi veneno en sus venas, Caius gritaba, yo me había desesperado pensando que había hecho algo mal, había entrado en una crisis de pánico y terminé activando mi dragón, dando comienzo a mi nueva vida inmortal como una híbrida, la primera y única híbrida de Dragon-Vampiro, no quedaba ningún vikingo con la metamorfosis, el linaje terminaba en mi, la primogénita de Vahar Vulturi, mi padre.
Pasé en agonía 4 días, hasta que mi hermano despertó, el brillaba, bajo el sol brillaba como un verdadero diamante, sus ojos eran rojos, y su piel, tan dura como el mármol y tan blanca que parecía frágil, yo no era así, no tenía los ojos rojos, los tenía violeta, no era de temperatura fría, mi temperatura corporal era alta, al ser metamorfa de dragón el fuego corría por mis venas, y mi corazón latía, me sentía más viva que nunca, y mi hermano había aprendido a vivir como vampiro, pero con un odio hacia los hombres lobos, un odio que lo llevo a través de los siglos exterminar a cada uno, aún faltaba acabar con el aquelarre rumano, el aquelarre que había acabado con mi aldea.
Con mi hermano nos hospedamos en el castillo de Isabella hace dos años, cuando ella decidió que era tiempo de que fortalecieramos nuestra relación viviendo en la misma pieza, algo que incluso siguió después de casarse. Sabía que debía dar herederos, ella lo sabía también, pero de solo pensar en las manos de ese hombre tocando a mi mujer mi sangre hervía, mi dragón quería salir a flote y aquello sería peligroso, revelar mi identidad nos pondría en peligro a mi hermano y a mi, de paso también a Isabella, mi hermosa Isabella.
- Está noche no podré venir.- El rostro de Isabella era de tristeza y mi corazón se entristeció.- Lo comprendo, sin embargo sabes que aquí estaré esperando por ti ante cualquier imprevisto mi amada.-
- Odio ser su esposa, odio que el Vaticano me haya pedido tomar el trono, si no fuera por eso podríamos ser felices, sin necesidad de entregarle mi cuerpo a un hombre para engendrar un heredero.- Sus lágrimas caían por su rostro y yo las limpie, ella no merecía llorar, ella merecía ser feliz.
- Pero amas a tu pueblo, amas hacerlos felices, piensa que solo es una vez, con tu magia puedes matarlo después de esta noche.-
- Mi magia es débil, no es nada comparada con la de Sibila, y ella no está en estos momentos, la extraño, pero entiendo que su deber está con los dioses.- Asentí dándole la razón, Sibila era fiel sirvienta de Hécate, por lo que cada cierto tiempo debía cumplir algunas tareas lejos de su hermana.
- Lo sé, pero no llores amor mío, estoy aquí, siempre estaré aquí, después de esta noche yo me encargo, nadie sospechara, yo lo mataré, y borraré cada marca que el deje en tu precioso cuerpo.-
Ambas nos unimos en un beso y las ropa empezaron a sobrar, su vestido cayo y mis manos acariciaban cada parte de su hermoso cuerpo, la recosté en nuestra cama, besando cada rincón de su piel y escuchando sus gemidos, miraba su rostro, contraído por el placer y sonreí, no importaba cuántas veces la hiciera mía, siempre quedaba más enamorada de ella.
Bueno! Aquí el primer capítulo de Luna eterna, aviso que los capítulos aveces serán largos otras veces serán cortos, por temas de universidad mi límite es 1600 palabras como máximo, el tiempo me juega en contra estos momentos por trabajo y tareas de la universidad 🌸
Para las que no entiendan, les dejo esto.
✓ Isabella Black no es la compañera de Emma, solo la novia, pero Emma y ella están muy enamoradas la una de la otra, por lo que en los siguientes capítulos se irá explicando esto.
✓ Sibila es una poderosa bruja, al ser la mayor ella tiene más poder que Isabella y puede realizar más hechizos, por eso Isabella Black no puede matar a su esposo.
✓ Primero relataré la historia de Isabella Black y Emma, serán como 3 capítulos o 4.
✓ Las escenas candentes serán solo explícitas con Isabella Swan, con su antepasado no.
✓ Este libro tocará temas tabú como la diferencia de edad, incesto, abuso y asesinat*s.
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Luna eterna. | Bella Swan.
FantasyEmma Vulturi es la cabeza de la realeza vampírica, la hermana de Caius, la joya de aquel castillo. Su tranquilidad se ve opacada cuando conoce a Isabella Swan, una humana un tanto peculiar que resulta ser su compañera e impronta.