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Había decidido irme a mi habitación, después de que Isabella se durmiera no pude quedarme a su lado, los guardias habían informado sobre la muerte del Rey y ambas tuvimos que fingir tristeza, pero ella al momento de quedar las dos solas solo sonri...

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Había decidido irme a mi habitación, después de que Isabella se durmiera no pude quedarme a su lado, los guardias habían informado sobre la muerte del Rey y ambas tuvimos que fingir tristeza, pero ella al momento de quedar las dos solas solo sonrió, una sonrisa que jamás le vi.

Me preocupaba su comportamiento, por lo que había optado por escribirle a su hermana, ella sabría que hacer, quizás era un comportamiento vinculado a su sangre mágica, o solo quizás estaba mostrando su verdadero ser. Sabía que a los humanos, les agradaba la vida eterna, eran codiciosos por naturaleza, pero me negaba a creer que mi pequeña Isabella era así, por eso buscaría ayuda, buscaría respuestas.

Estaba agotada mentalmente por lo que decidí que una siesta era lo mejor, mi naturaleza no me obligaba a dormir, pero lo hacía por gusto, para no perder aquel lado humano que aún tenía conmigo, me refugie en las suaves sábanas de seda y suspiré agotada, hoy había sido un día y una noche larga, no sabía lo que me dejaría a la mañana entrante.

Mis ojos se comenzaron a cerrar entrando en una completa oscuridad, a cual no duró mucho, mi consciencia comenzó a desarrollar un sueño. Imágenes tan reales que incluso dude si lo que estaba viendo era eso. Un simple sueño.

Estaba en un campo, había nieve, varios árboles al rededor, comencé a caminar más adentro hasta ver a una mujer de espaldas junto a una niña, la niña tendría unos 7 años, era adorable, incluso podría confundirse con un niño vampiro, lo sabía porque mis siglas como vampira híbrida había visto algunos niños inmortales los cuales eran convertidos por mujeres o clanes que se hacían llamar familia estos niños eran peligrosos ya que podrían acabar con una aldea completa. Eran tan hipnotizantes que con solo mirarlos ya te tenían en sus manos, podían ser muy irresistibles que te costaba acabar con su vida. Con Caius nos habíamos dedicado a acabar con aquellos niños, eran un peligro para nuestro secreto, acabábamos con ellos y con sus creadores.

Esta niña tenía el cabello castaño y ojos de un color café oscuro, pero hermosos, su cabello caía en una cascada de ondulaciones por su espalda, su piel era blanca, tan blanca como un mármol, sus pecas adornaban su pequeña nariz,  y acariciaba la mano de su madre quizás, la mujer que la acompañaba.

- Si amor, Damián está en el castillo jugando con Alec y Jane.-

La voz de aquella mujer provocó que mi corazón latiera con rapidez, era tan dulce, tan hermosa y atrapante, me acerque más y ella volteo dando a conocer su rostro. Mi corazón se detuvo. Era Isabella, pero ella estaba vestida de una forma extraña, no acordé a la época que nos rodeaba, mi ck fusión era más grande, sus ojos eran rojos, tan rojos como los de Caius, su vestimenta negra ajustada la hacía ver más atractiva, su olor, su olor no era igual al de la Isabella que conocía, era mejor, era más atrayente, que no quería despegarme de ella, esta mujer idéntica a Isabella ola como describen antiguos vampiros que huele tu compañera de eternidad, esa persona que fue escogida especialmente para ti, esa persona que nació para ser tu compañera.

- Pensé que te quedarías con Damián y los chicos en el castillo.-

- No podía dejar a mi chica un tanto torpe sola en este bosque.-

Me sorprendí cuando hable, ella me veía, pero yo actuaba como si la conociera, ¿Era un sueño? Que era esto, porque no quería irme.

- ¡Hey! Te puedo asegurar por cómo me llamo Isabella Marie Swan que ya no soy torpe, aquello quedó atrás junto a mi humanidad.-

- Vulturi, tu apellido ahora es Vulturi, ¿o acaso ya se te olvidó que eres mi hermosa esposa?.-

- Eso jamás, solo me agrada molestarte.-

La niña se acercó a mi con una sonrisa y yo la tomé en mis brazos cuando la vi con aquellos ojos interrogantes, la pequeña tocó mi mejilla y pude ver sus pensamientos, ella preguntaba por su hermano, le sonreí y acaricie su cabello.

- Damián dijo que te apresurados en atrapar copos de nieve, por qué ya te extrañaba.-

La niña nuevamente tocó mi mejilla y me mostró a ella jugando con un niño de cabello castaño y ojos azules junto a dos adolescentes de ojos rojos, una rubia y un pelinegro.

- Si, también estarán Jane y Alec, te tienen un regalo por tu cumpleaños.-

Comencé a ver negro y ya no estaba en aquel lugar, mis ojos visualizaron la habitación en la que me dormí y suspiré resignada, no quería despertar, aquel sueño se sintió tan real, una familia, una familia con mi compañera, pero ¿Por que ella tenía el exactamente el mismo rostro que Isabella Black? Estaba tan confundida, ¿Era un vistazo al futuro? No lo sabía, mi don no era ese, quizás era una muestra que tanto anhelaba, ¿pero por que aquella mujer no tenía el apellido de la Isabella que yo conocía? Estar al lado de ella se sentía tan bien, me sentía completa, era imposible comparar como me sentía al lado de Isabella Black, pues con ella siempre sentía que algo faltaba, y era obvio, ella no era mi compañera, no estábamos destinadas, pero ya era tarde, me había involucrado en su vida, la había invitado a entrar al mundo sobrenatural, no podía abandonarla, la amaba, de alguna forma u otra no dejaría que ella y su vida en conjunto peligrarán.

Bueno ya nos vamos acercando al final de los capítulos de Isabella Black y Emma, para empezar nuestra travesía con Bella Swan y el encuentro con nuestra amada híbrida.

Bella tiene dos hijos al parecer ¿Pero habrá nacido Damián o la niña de ella? ¿Serán ambos hermanos biológicos? Sabemos que tiene dos, pero no sabemos aún el nombre de a niña ¿Será Renesmee? Lo dudo.

Luna eterna. | Bella Swan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora