Emma Vulturi es la cabeza de la realeza vampírica, la hermana de Caius, la joya de aquel castillo.
Su tranquilidad se ve opacada cuando conoce a Isabella Swan, una humana un tanto peculiar que resulta ser su compañera e impronta.
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Capitulo fuerte! ⚠️☠️ Si eres sensible a la muerte y asesinatos te recomiendo leer solo hasta la parte antes de que salga este emoji ⚠️. Cualquier comentario negativo será eliminado.
Mire el rostro durmiente de Isabella, se veía tan calmada, acaricie su rostro y cerré mis ojos, su vientre estaba grande, pero aquello no era lo que me preocupaba, ella tenía constantes ganas de beber sangre, su rostro cada vez adelgazaba más y podía sentir como lo que tenía dentro de ella a sus 8 meses de embarazo se alimentaba de ella. No quería que muriera, por eso había mandado a llamar a Sibila, ella sabría que era lo que pasaba con mi Isabella, la humana de la cual me había logrado enamorar, de alguna manera se había encariñado con el bebé, pues se había formado en su cabeza la idea de que al no poder darle un hijo este sería el de nosotras, Isabella estaba segura que el bebé que cargaba en su vientre era un niño, nuestro hijo, lo afirmaba con tanta seguridad, decía que sería igual a mi, tendría mis ojos, mi cabello y mi humor, yo solo sonreía mirándola, como siempre cumpliría cada uno de sus deseos.
Pero aquello que ella me hablaba era imposible, aquel bebé podría salir igual a su padre biológico, rezaba a los dioses y Odín que aquello no fuera así y solo se pareciera a ella, cabello negro, ojos celestes y pálido, que hasta incluso fuera tan torpe como ella lo era. Pero que no saliera igual a ese maldito abusador.
Bese la frente de mi amada y salí de la habitación al encuentro de Sibila, ella me esperaba en la sala de reuniones del consejo real, estaríamos las dos solas, Caius llegaría a la noche, al enterarse de que Sibila vendría el de forma inmediata acepto venir, era un amor no correspondido, Caius amaba a la bruja pero ella no a el, pues ella amaba a su soledad.
- Sibila, que bueno que llegaste.-
- Emma, es un agrado verte, apenas leí que mi hermana no estaba bien deje Ucrania para venir nuevamente.-
- Ella cada día empeora de apoco, es como si el mismo embarazo estuviera acabando con ella, mi dragón me informa mediante visiones que el bebé que ella carga es el problema, ¿Pero como un simple bebé mortal podría hacer tal cosa?.-
- Lo mismo pienso, pero en estos años he estado practicando mi magia, puedo meterme a la mente de Isabella y saber cómo se siente, saber sus recuerdos y ver qué pasa.-
- Haz lo que tengas que hacer para poder salvarla, no quiero perderla Sibila, la amo con mi vida.-
Ella me sonrió pero un grito desgarrador nos alarmó, salimos a velocidad apresurada del salón de consejo, y vimos a Isabella con su camisa de dormir blanca manchada de sangre, frente a ella un guardia real con su garganta desgarrada, los labios y boca de la pelinegra estaban manchados de sangre, sus manos temblaban sujetando su vientre y mire que de sus piernas corría sangre, ella estaba teniendo un posible aborto y brote psicótico, Sibila corrió a ayudar a su hermana que estaba a punto de desplomarse en el suelo, tome al guardia y lo oculte en un armario con candado, después me encargaría de el, llevamos a la temblorosa Isabella de regreso a su habitación, no debíamos crear más rumores, no podíamos alimentar más a aquellos curiosos y chismosos que decían que la Reina estaba poco a poco volviéndose loca.
Sibila recostó a su hermana en la cama, arranco el vestido de dormir e Isabella quedó completamente desnuda, no iba a negar que ver si cuerpo lleno de sangre de la cual se alimentó me éxito de una manera extraña, pues Isabella estaba en un trance del que su hermana intentaba sacarla para que comenzara a pujar.
Fue que se despertó por completo y sus ojos rojos vivieron a ser celestes cuando de su garganta soltó un grito que estaba segura de que sus cuerdas vocales sufrieron una lesión. Isabella comenzó a pujar pero nada salía, ella no estaba dilatada, mire con preocupación a Sibila cuando ella tomo una daga de su correa que lleva en su muslo derecho.
Solo bastó unos segundos para que ella incrustara esa daga en el vientre de Isabella y lo abriera un poco para sacar al bebé, mire con horror a aquella cosa, era tan blanco, no tenía cabellos, su nariz no estaba formada, tenía malformaciones en la cabeza y cuerpo entero y en su piel ... En su piel tenía escamas, era como un dragón, lo supe cuando abrimos sus ojos y sus ojos de color peculiar me miraron, uno era rojo como la sangre, idénticos a los de un vampiro neófito, el otro morado claro, el color de mi dragona y por ende los míos.
- Que mierda es esto.-
La voz de Sibila salió con horror y negó con la cabeza cuando esa cosa abrió sus brazos y lo dejó caer a un lado de Isabella, ella como pudo lo tomo y arropó en su pecho, Isabella tenía una sonrisa, una débil, Sibila no dejaba de ver a su hermana y murmuró unas palabras en latín, sabía que se estaba metiendo en su mente. Isabella soltó un quejido cuando esa cosa mordió su pecho y dejó una marca de colmillos, sangre brotó de ella y solo tome a ese monstruo que estaba acabando con la vida de ella.
- Es nuestro bebé Emma.-
Ella me miraba mientras sus ojos cada vez se iban apagando más, negué varias veces con mi cabeza y solo atiné a dejar a ese "bebé" en la cuna que Isabella había mandado a hacer, su llanto era filoso, no quería escucharlo, solo podía culparlo a él por quitarle la vida a mi querida humana.
Sibila volvió en sí y comenzó a llorar descontrolada, no tenía tiempo para eso, por lo que solo me acerque a Isabella y sentí la ponzoña subir por mi garganta, la mordí en los brazos, la mordí en el cuello y muslos, ella no podía morir, no, jamás debí dejar que se quedará con ese bebé, ella tiene que vivir, incluso si renace como vampira, ella no podía dejar este mundo. Poco a poco escuché como el corazón de ella dejaba de latir y mis lágrimas mientras inyectaba mi ponzoña en su cuerpo salían sin parar.
- ¡NO, NO, NO! No me dejes cariño, no lo hagas, quédate a mi lado porfavor, te amo Isabella, te amo tanto.-
Lo último que vi fue que ella me regaló una mirada de amor y una sonrisa débil para cerrar por completo sus ojos, su corazón dejo de latir y un grito salió de mi garganta, sentí como Sibila botaba todo a su alrededor y lloraba desconsolada, había perdido a su hermana y yo a mi amada. Me aferre al cuerpo de Isabella sin querer soltarlo, no sé cuánto tiempo dure así, pero levanté la cabeza para mirar a Sibila, estaba en silencio, ella miraba la cuna.
- Ella tenía un don, la manifestación, lo que ella manifestará con todas sus fuerzas se cumpliría, manifestó que quería ser vampira como tú, involuntariamente esa manifestación se la traspaso al bebé cuando comenzó a imaginar que era de ti, por eso ella bebía sangre en sus brotes psicóticos, y por eso este bebé nació así, es un bebé dragón, un híbrido de humano por su padre biológico, y dragón por la manifestación que mi hermana hizo.-
- Esa cosa la mato, pero Isabella la quiere viva.- Mi voz salió con rencor y ella asintió,su mirada se oscureció.
- No te culpare, pero no dejaré que está cosa viva, es una abominación, mato a mi única hermana, el morirá.-
⚠️
No alcance a decir palabra cuando Sibila extendió su mano y la cuna comenzó a prenderse fuego, el bebé comenzó a reír y no se quemaba, seguía intacto, un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral, le tenía miedo a esa cosa, ¿Cómo era posible?.
Sibila soltó un grito frustrado y dejó de prenderle fuego, tomo la daga nuevamente, me puse de pie para intentar detenerla, pero ella fue más rápida y cortó la garganta de aquel bebé, su respiración se fue y su cuerpo se convirtió en cenizas. Sibila comenzó a temblar y lágrimas nuevas salieron de sus ojos, soltó la daga y me miró culpable.
