IV

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Citas.

Eso había escogido el mayor, frunció el ceño mientras leía las indicaciones, cabe mencionar que se había encargado de manipular al organizador para que le tocará estar con el mexicano puesto a que eran parejas formadas al azar y ambos tenían que participar y complacer al otro en lo que pidieran aunque claro está que él no permitiría que nadie estuviera con el moreno más que él, se encargaría de cumplirle cada uno de sus antojos y caprichos solicitados además nadie merecía las atenciones del moreno más que él.

-Tulipanes...- murmuró mientras leía algunos detalles de una página web, le habían comentado que podía darle regalos aún cuando no era el día de la cita en cuestión y por eso estaba sumamente concentrado en buscar una florería que cumpliera con sus estándares (sumamente exagerados según su asistente la cual le recomendó que fuera él el que lo entregara en persona lo cual rechazó pues los nervios siempre lo traicionaban y terminaba haciendo enojar al mayor cosas que le encantaba pero no lograba tener algún avance) su Sergio, sí, su Sergio merecía lo mejor.

Lo había encontrado, el ramo perfecto con la combinación adecuada de flores, terminó de agregar los detalles, mañana podría ver la expresión de su compañero al recibirlo.





Habían terminado de una entrevista la cual fue amena pues se sorprendió de la actitud tranquila del holandés el cual andaba muy relajado e incluso se permitió bromear con él, incluso quedaron de almorzar juntos para afinar detalles de las siguientes dinámicas, eso lo tenía entusiasmado mientras se dirigían a la salida cuando de repente un joven lo detuvo.

-Señor Pérez, al fin lo encuentro, le han mandado esto. -al terminar de decirlo en sus manos fue puesto un ramo el cual tenía tulipanes amarillos, rosas anaranjadas, blancas, amarillas y detalles en verde, envueltas en un papel amarillo pastel dándole un toque suave a la vista y sujetas con listones de color naranja y amarillo, simplemente hermoso, soltó una risa suave conmovido pues al parecer la persona que le envío el arreglo hizo énfasis en los colores logrando una mezcla perfecta.

-Gracias, ¿sabes quién lo manda?

-Tiene una tarjeta, tal vez ahí viene el nombre- soltó el joven para después retirarse.

-Eres muy popular, Checo- soltó el menor mientras prestaba atención a la expresión del moreno.

-No lo creo, ya soy algo mayor- mencionó restándole importancia, con cuidado tomó la tarjeta que estaba entre las flores.


Quisiera poder tocarte, tocarte como sólo mi corazón te toca

-L. H.

Y sin poder evitarlo, su rostro se puso rojo,  su rostro ardía de vergüenza por tal declaración aquello era muy atrevido, trato de ocultar la tarjeta de su compañero ajeno a la sonrisa de triunfo que éste tenía por  haber sido el causante de aquella reacción.

-Entonces, ¿sabes quién lo mando?

-Firmó con unas iniciales, "L" y "H", no creo que haya sido Lewis

Y con esto dicho el menor frunció el ceño mientras se cruzaba de brazos, sus celos no tardaron en hacerse notar ocasionado que su rostro se tornara rojo.

¡Era obvio que la firma era de "León Holandés", el apodo que el mismo Sergio le había puesto cuando entrenaban juntos!

¡Qué tenía que ver el insulso Hamilton en esto!

¡Por qué fue el primer nombre en mencionar!


Y así los pensamientos del menor empezaron a atormentar sus celos mientras que el mayor murmuraba tratando de adivinar el remitente.

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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