9.

466 63 8
                                    

Cuando Juanjo se despertó de nuevo, era ya por la tarde. Se estiró llevándose una mano a la cabeza, que todavía le dolía.

"Buenos días, princesa, ¿cómo estás?"

El que hablaba era Martin, el mismo Martin que se había convertido en su almohada, que lo estaba abrazando en su sofá y que acababa de llamarlo princesa. No podía mentir diciendo que le molestaba.

"Mejor, gracias", levantó la mirada para cruzarla con la del otro. Sentía que la fiebre le había bajado y que podría levantarse para sentarse al lado del chico, pero no quería, así que habló arqueando una ceja: "¿Quién ha decidido que soy una princesa?"

Martin decidió seguirle el juego. Después de todo, después de ese casi-beso en la cocina, habían decidido ver cómo irían las cosas, así que valía la pena intentarlo.

"Yo, ¿por qué? ¿Prefieres ser el príncipe?"

"Sí, tú serías más bonito como princesa".

El fantasma sonrió. "¿Qué quieres decir con eso, que yo quedo mejor con una falda?"

"También".

Ambos empezaron a reírse, en parte por la incomodidad que creaba la posición en la que se habían despertado, y en parte porque la conversación se estaba volviendo absurda.

Martin fue el primero en hablar de nuevo. "Te llamó Alex".

"¿Qué quería?"

"No lo sé, no contesté".

"Ya vale, pásame el teléfono".

El fantasma extendió el brazo para tomar el teléfono y entregárselo al otro chico, que inmediatamente abrió la agenda para llamar a su amigo.

"Hola Alex, sí, lo siento, hoy estoy fatal". Juanjo levantó la cabeza para mirar a Martin. "Sí, con Martin todo bien. Sí, está aquí conmigo. ¡No, por favor, Alex, basta! No, no te lo paso, luego le dices cosas raras". El humano se había girado y estaba mirando el techo mientras respondía a las preguntas de su amigo, con la cabeza todavía apoyada en el pecho de Martin, quien sonreía de manera incontrolable.

"Sí, sí, te llamo cuando me recupere para volver. Salúdame a Denna. ¡Chao!"

Apenas terminó la llamada, lanzó el teléfono hacia el lado opuesto del sofá.

"¿Por qué Alex preguntó por mí?"

Una ola de pánico invadió al mayor. "No, nada".

Esa fue claramente la respuesta equivocada, pues fue inmediatamente atacado por las manos de Martin, que le hacían cosquillas.

¿Se ha vuelto loco? ¿Qué coño está haciendo?

"¿Qué te preguntó Alex sobre mí?" Parecía no tener intención de parar. Juanjo no sabía qué le pasaba, pero sentía que estaba a punto de morir.

"Martin, por favor, para, me voy a morir".

"No, primero responde. Si no, no te voy a traer el analgésico".

"Vale, vale, nada, preguntó cómo estabas".

El fantasma se detuvo, pero no parecía satisfecho; de hecho, puso una mano en el cuello de Juanjo para seguir haciéndolo reír.

"No te creo".

"¡Es la verdad! Le dije que eres mi compañero de piso".

Se detuvo. "¿De verdad?"

"Sí". Juanjo se llevó una mano a la nuca.

"¿Por qué le hablaste de mí?"

El humano estaba confundido; no sabía si el chico estaba enfadado.

Luna Llena || Juanjo y MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora