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Para finalizar, la directora pidió que todos los participantes nos uniéramos a los Hargreeves para una foto grupal. Me puse nerviosa al pensar que tendría que estar cerca de ellos. Cuando me acerqué, vi que Klaus estaba en el centro, sonriendo como siempre. El tal Ben estaba a su lado, con una expresión seria. Y entonces, vi a un chico que creí que era Número Cinco. Estaba un poco apartado, con una mirada intensa.

Cuando nos pusimos en posición para la foto, me tocó estar al lado de Klaus, Ben y... Cinco. Me sentí un poco incómoda, pero traté de sonreír y disfrutar del momento. Klaus me puso el brazo en los hombros y me dio un apretón amistoso. Ben me miró con una sonrisa pequeña. Y Cinco... simplemente me miró. Me sentí un escalofrío al ver su mirada intensa.

La foto se tomó y todos aplaudimos. Me sentí aliviada de que hubiera terminado, pero también un poco emocionada por haber estado cerca de ellos. ¿Quién hubiera pensado que yo, _____, estaría en una foto con los Hargreeves?

Después de la foto, anunciaron que los Hargreeves estarían firmando autógrafos para los estudiantes. Me puse nerviosa al pensar en acercarme a ellos, otra vez, pero mis amigas me animaron a hacerlo.
-Vamos, _____, es una oportunidad para hacer felices a nuestros hermanitos!- me dijo Pame.

Me acerqué a la mesa donde estaban sentados los Hargreeves y me puse en la fila. Cuando llegó mi turno, traté de dirigirme por igual con ellos hasta que Ben me dijo:
-¡Eh! ¿No eres la chica que chocó con Diego esta mañana?
-Asentí, sintiéndome un poco incómoda-. Sí, soy yo.
-Diego se rió-. Sí, la chica que me dejó sin aliento.
-Klaus se sumó a la conversación-. Zanahoria, ¿eh? Te has hecho famosa entre nosotros.

Número Cinco solo me me mantenía con una mirada de pocos amigos, pero era algo intensa que se transmitía muy bien.

-Ben preguntó- ¿Quieres un autógrafo o un consejo sobre cómo no chocar con la gente?
-Diego agregó-. O tal vez un trato para evitar futuros choques.
-Allison dijo-. O un abrazo, porque parece que lo necesitas.
-Vanya agregó-. Sí, o un curso de defensa personal para que puedas protegerte de Diego.
-Luther se rió y dijo-. O un traje de armadura para que puedas sobrevivir a nuestros encuentros.
-Me reí y dije-. Creo que necesito todos.

Después de una grande convivencia con ellos, mientras daban sus autógrafos, pude entender que conecté mucho con ellos y sentí que ya los conocía desde hace tiempo. En el caso de Cinco no puedo decir nada, ya que siempre se la pasó callado.

-Klaus se rió y dijo-. Bueno, Zanahoria, parece que has pasado la prueba. Eres oficialmente parte del club de los Hargreeves.
-Diego agregó-. Sí, y como miembro del club, debes cumplir con las reglas.
-Ben preguntó- ¿Y cuáles son las reglas?
-Klaus sonrió-. La primera regla es que siempre debes estar preparado para cualquier cosa. La segunda regla es que nunca debes confiar en Número Cinco.

Cinco me miró con una mirada intensa, pero no dijo nada.

-Allison dijo-. Y la tercera regla es que siempre debes proteger a tus hermanos.
-Vanya agregó-. Sí, y la cuarta regla es que nunca debes olvidar que somos una familia disfuncional.
-Luther se rió y dijo-. Eso es lo que hace que sea divertido.
-Me reí y dije-. Creo que puedo manejar eso.

Después de la charla, mis amigas se acercaron a pedir autógrafos a los Hargreeves. Diego firmó con una sonrisa, Klaus agregó un dibujo divertido, y Ben escribió un mensaje inspirador. Número Cinco simplemente firmó con un garabato misterioso. Allison y Vanya firmaron con un abrazo, y Luther agregó un mensaje de ¡Hasta la próxima!

Cuando terminamos, los Hargreeves se despidieron de nosotras. Diego dijo:

-Espero verte pronto, Zanahoria. Sin choques, por favor.
-Klaus agregó-. Sí, y no te olvides de traer tu sentido del humor.
-Ben dijo-. Y tu valentía. Siempre necesitamos alguien valiente cerca.
-Allison y Vanya dijeron al unísono- ¡Hasta pronto, amiga!
-Luther simplemente sonrió y dijo-.¡Hasta la próxima aventura.

Número Cinco me miró con esa mirada intensa que nunca quitó y desapareció sin decir nada.

Me quedé con mis amigas, sonriendo y sintiéndome un poco más conectada a los Hargreeves.

Después del evento, me fui a casa con una gran sonrisa en la cara. No podía esperar para contarles a mis padres y hermanos sobre mi día loco con los Hargreeves. Me senté en la mesa de la cocina y empecé a contarles todo, desde el choque con Diego hasta los autógrafos, el discurso y las bromas de Klaus.

Mis hermanos se rieron mucho al ver los autógrafos y mis padres se sorprendieron de que hubiera conocido a los Hargreeves. Mi hermano menor, que es un gran fanático de los superhéroes, no podía creer que hubiera obtenido el autógrafo de los Umbrella.

-¿Te lo puedes creer?- dijo mi hermano menor, mirando el autógrafo de Cinco- ¡Es increíble! ¿Qué dijo Número Cinco cuando te dio el autógrafo?
-Prácticamente nada- respondí riendo-. Solo sonrió un poco y ya.
-¡Eso es tan genial!- exclamó mi hermana menor-¿Crees que sea un superhéroe de verdad?
-¡Por supuesto!- dijo mi hermano menor- ¡Es Número Cinco! ¡El más misterioso de todos!
-¿Y qué tal Klaus?- preguntó mi hermana menor-¿Es tan divertido como parece?
-¡Mucho más!- dije sonriendo-. Es como una máquina de bromas y chistes. Me hizo reír mucho.

Mis hermanos se rieron y empezaron a imaginar cómo sería tener a los Hargreeves como amigos. Yo sonreí, recordando el día tan loco que había tenido.

Había pasado una semana de aquel evento dónde conocí a los Hargreeves y di mi discurso. No miento pero al día siguiente me felicitaron por el gran discurso que di, incluso Mike quien era quién lo iba a decir me dio las gracias por hacerlo. Ahora me encontraba en el comedor de la escuela con mis amigas, estábamos poniéndonos de acuerdo con un proyecto que teníamos que hacer.

Después de discutir un rato, finalmente nos pusimos de acuerdo en el proyecto. Decidimos hacer una presentación sobre la historia de la ciudad y su evolución a lo largo de los años. Pame se ofreció a investigar sobre la parte histórica, Irene se encargaría de diseñar las diapositivas y Delia y yo nos ocuparíamos de escribir el guión y presentarlo.

-Me parece que tenemos un buen equipo- dijo Pame sonriendo.
-Sí, vamos a hacer un gran trabajo- agregó Irene.
-Delia asintió-.Y podemos dividir las tareas para que sea más fácil.

Me sentí emocionada de trabajar con mis amigas en este proyecto. Sabía que juntas podríamos hacer algo increíble.
Justo entonces, sonó la campana que indicaba el final del recreo. Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a nuestra próxima clase.
Finalizaron las clases, mis amigas y yo haríamos el proyecto el fin de semana, así que nos despedimos y cada quien se fue por su camino. En especial yo porque tengo mi taller de repostería. En el camino hacía el taller estaba pensando en el proyecto, hasta que vi figura familiar en la acera, y vaya sorpresa era Klaus de la Academia Umbrella. Parecía un poco aburrido, así que me acerqué a él.

-¿Hola? ¿Estás bien?- le pregunté, tratando de parecer amable.

Klaus se dio la vuelta y me sonrió débilmente. -Ah, la pequeña Zanahoria está aquí- dijo con una sonrisa traviesa-. ¿Qué haces por aquí?

Me reí un poco al recordar el apodo que me había dado.
-Voy a mi taller de repostería- le dije-. ¿Y tú? ¿Escápaste de la Academia?
-Klaus se encogió de hombros-. Algo así. Solo necesitaba un poco de aire fresco.

Me pareció que necesitaba algo más que solo aire fresco, así que le dije:

-¿Quieres venir conmigo a mi taller de repostería? Podríamos hornear algo y distraernos un rato.

Klaus se sorprendió por un momento, pero luego asintió y me siguió hacia el taller. Me pregunté qué lo había llevado a escapar de la academia, pero decidí no preguntar, al menos, no todavía.

Una vez dentro del taller, Klaus se miró alrededor con curiosidad.
-Wow, esto es un lugar increíble- dijo-. Huele a azúcar y felicidad.
-Me reí- Es mi lugar favorito en el mundo- dije-. Aquí me siento libre.
-Klaus sonrió-. Entiendo- dijo-. A veces, necesitamos un lugar donde escapar de todo.

Empecé a preparar los ingredientes para hornear unas galletas. Klaus se ofreció a ayudar y juntos empezamos a mezclar y amasar la masa.
Mientras trabajábamos, Klaus me contó un poco sobre su vida en la academia. Me habló de sus hermanos y de las presiones que sentía. Me pareció que era un chico muy profundo y sensible, detrás de su fachada de travieso.

Después de un rato, las galletas estuvieron listas. Las sacamos del horno y las dejamos enfriar. Klaus me miró con una sonrisa.
-Gracias por esto, Zanahoria- dijo-. Necesitaba algo de felicidad en mi vida.

𝐒𝐄𝐀𝐒𝐎𝐍𝐒 ๋࣭ ⭑⚝ ₊⊹ 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐄𝐄𝐕𝐄𝐒 𝓜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora