El rencor es un sentimiento que consume al ser humano en una espiral de emociones negativas, impidiendo el avance personal. Surge a menudo de daños e injusticias del pasado, dejando cicatrices que pueden durar años, afectando tanto las relaciones personales como el bienestar emocional. Este resentimiento se alimenta de pensamientos oscuros, entorpeciendo la reconciliación y robando la paz interior.
Fallin y Laios, a pesar de ser hermanos, procesaban el rencor de formas distintas. Ambos sabían, en lo más profundo, que la separación de sus padres no había sido su culpa. No obstante, el dolor del abandono que sintieron durante su infancia dejó una marca que aún hoy resuena en sus corazones. Cada vez que recordaban los días vacíos y las noches solitarias, la sombra del rencor asomaba, trayendo consigo una mezcla de tristeza y enojo.
Fallin era una persona seria, calmada y amable. Sin embargo, a diferencia de su hermano gemelo, Laios, ella jamás olvida. Esta característica la llevaba a ser dura consigo misma. Cuando fueron creados en el laboratorio, junto a su hermano, Fallin entendió rápidamente su propósito en el mundo: estaban allí por razones científicas, nada más. Nunca se sintió realmente cercana a sus padres, a pesar de que Bill y Ford estuvieron presentes en sus primeros cinco años de vida. Para Fallin, su único objetivo era proteger a su hermanito gemelo, Laios. Desde pequeña, lo veía como su responsabilidad, alguien a quien debía cuidar y proteger, sin importar las circunstancias.
Laios, por otra parte, siendo el segundo creado junto a su hermana, era totalmente opuesto a ella. Era un niño que, incluso desde temprana edad, perdonaba a todos y siempre buscaba ver lo mejor en las personas. Su empatía era inquebrantable, y nunca dudaba de la palabra de alguien, a pesar de haber sido traicionado en el pasado. ¿Le dolió que sus padres los abandonaran? Claro que sí, pero comprendía que sus padres tenían sus razones. Aunque el dolor seguía presente, sabía que para poder avanzar, debía perdonar y no guardar rencores.
Para Laios, su hermana mayor era su heroína. A pesar de ser gemelos, Fallin fue la primera en nacer, y él siempre la admiró por su fortaleza. Nunca la vio llorar ni enojarse por el abandono. Fallin siempre estuvo allí para él, protegiéndolo y cuidándolo. Cuando su ex pareja lo engañó, fue Fallin quien lo consoló. En su graduación, cuando sus padres no pudieron estar, fueron Fallin y sus tíos quienes lo acompañaron. Ella siempre lo apoyó en sus proyectos y, por eso, Laios siempre estaría agradecido con su hermana.
Ahora, ambos gemelos se encontraban entre la espada y la pared. Su vida, que antes consistía en ellos dos junto a sus tíos y Soos, a quien veían como un hermano mayor, había cambiado drásticamente tras la aparición de sus padres y los gemelos Misterio. Fallin supo de inmediato que Ford tenía una relación más cercana con sus sobrinos. ¿Sentía celos? Jamás. Ella estaba consciente de que ya era demasiado grande como para dejarse llevar por celos hacia unos niños. Laios, por su parte, también comprendía que no era culpa de los gemelos Misterio que su padre, Ford, fuera más cercano a ellos.
El tema de Bill y sus antiguos planes de destruir esta realidad no sorprendió a los gemelos de la suerte. Desde siempre supieron que su padre tenía esas tendencias. Saber que había sido castigado y obligado a someterse a terapia fue una buena forma de asegurarse de que él sanara. Agradecían al ser Axolotl por hacerle entender a Bill sus errores y por darle la oportunidad de cambiar.
Sin embargo, para Laios y Fallin, era incómodo ver a sus dos padres frente a ellos, tratando de acercarse constantemente para obtener su perdón. Había pasado aproximadamente una semana desde esa primera interacción, y las continuas muestras de afecto e interés por parte de sus padres les resultaban incómodas. No estaban acostumbrados a recibir tanto afecto.
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Los otros Pines
Hayran KurguFallin y Laios Pines, hijos de Stanford Pines y el ser dimencional Bill Cipher, productos de un experimento, y criados por su tio Stanley y su tio Will Cipher, tendran que aprender a convivir con sus dos padres despues de treinta años sin verlos y a...