Calma

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Calma, la seda que envuelve mi alma,
Me asfixia la multitud, el ruido que me ahoga,
Amo la soledad, mi gran amiga, mi refugio,
Donde los árboles de Bogotá, desnudos, me hablan de desolación.

La creciente ola de calor, un incendio que consume,
Deja sin hojas los árboles, como mi corazón, sin amor,
Pero los versos de Pizarnik, un bálsamo que me cura,
Acobijan mis noches, como una madre que me protege.

La luna, mi sangre, que corre como polvo por mi cabeza,
Un río de plata, que me lleva a la nada,
Mi naturaleza calma, viene con Alejandra y sus versos,
Ella es el mar sin corriente, y sus versos, sin olas, me acunan.

Me asfixia la multitud, me abruma la sociedad impía,
Odio mi ser oscuro, temo a mis demonios, que me persiguen,
Pero Pizarnik me trae calma, su voz, un susurro que me tranquiliza,
Me recuerda que no estoy solo, que hay otros que sienten como yo.

En este mar de gente, me siento solo,
Un náufrago que se ahoga, en un océano de rostros desconocidos,
Pero la poesía, mi salvavidas, me mantiene a flote,
Me recuerda que hay belleza, en la oscuridad, hay luz.

Yessid Pineda
2024

poemas al viento vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora