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La ansiedad la estaba empezando a consumir, con el paso de los meses las pesadillas volvieron de manera a un más frecuente. Creía haber dejado en el pasado el miedo, que equivocada estaba; el miedo seguirá allí, siempre, acompañándola, atormentándole durante las noches. Con nerviosismo observó el ventanal de su espaciosa habitación, esperando, temiendo que en cualquier momento esos tipos la atravesaran a pesar de que su departamento estaba en el sexto piso del edificio. Era consciente de que no estará tranquila hasta que ellos murieran, hasta que obtuviera venganza por Bellemere-san y Nojiko. Se encogió sobre sí misma en la esquina de su cama, tratando de olvidar por un momento que esa fecha tan esperada pero tan temida estaba cerca. Un sentimiento de asco la invadió casi haciéndola vomitar su cena cuando su mente traicionera viajó al pasado, rememorando aquel día como si fuese ayer. 

El horrible dolor que en el pasado le causaron a su cuerpo volvió como si en ese momento le estuviesen haciendo lo mismo, sabía que solo era una respuesta a su estado de ánimo y una jugada de su mente, pero eso no era suficiente para evitar que comenzase a llorar como una niña a la cual le habían arrebatado todo porque así era

Lloró en silencio tratando de no despertar a Robin, lloró en silencio como siempre lo hacía cuando no podía evitar sobrepensar y recordar.

El fantasma de unos ásperos y asquerosos dedos recorriendo su delicada piel la atormentaban cada noche, los gritos desgarradores de Nojiko resonaban en su mente y morían como un ensordecedor pitido que le hacían palpitar el cerebro como si fuese a estallar. Su cuerpo entero tembló con violencia al mismo momento que soltaba un quejido de angustia y pánico. Las lágrimas volvieron con fuerza y la inmensa tristeza la inundó, su borrosa mirada se posó en el pequeño frasquito de pastillas para dormir que reposaba inofensivamente en la mesita de noche, al otro extremo de la habitación. Aunque sea una, se dijo. Gateó con lentitud hasta la orilla de la cama, sentándose mientras contemplaba aquel frasco de pastillas, pensó en cómo sus horas de sueño fueron en escases desde hace días y en cómo sería realmente hermoso dormir bien, aunque fuera por un rato. Dudosa se acercó tomando entre sus manos ese medicamento, observándolo con ojos temerosos; solo necesito dormir un poco, susurró al aire. 

La pantalla de su celular se iluminó en su cama a la vez que sonaba esa curiosa melodía que Luffy había configurado para su contacto. Con el frasco de pastillas en mano, se acercó observando el mensaje que su capitán le había enviado justo en ese momento, a mitad de la madrugada. 

'Un Capitán siempre cuida de lo que es suyo'

Un lindo sentimiento nació desde el fondo de su alma, recuerdos junto a sus amigos inundaron su mente y aunque las ganas de llorar regresaron, esta vez fue por el calorcito que se instaló en su pecho.

El pequeño frasquito de pastillas fue devuelto a su lugar sin ser abierto. Y esa noche Nami soñó con el divertido recuerdo de una de las muchas tonterías hechas junto a sus amigos y Capitán.

"Es por le fecha, el día en que ellos serán puestos en libertad condicional se acerca, dentro de seis meses y por eso tu mente te está jugando una mala pasada" Robin le dio un largo sorbo a su té, con tranquilidad observó a Nami quien por fin habí...

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"Es por le fecha, el día en que ellos serán puestos en libertad condicional se acerca, dentro de seis meses y por eso tu mente te está jugando una mala pasada" Robin le dio un largo sorbo a su té, con tranquilidad observó a Nami quien por fin había encontrado el valor de contarle a sus amigos sobre sus noches de insomnio. Todos esperaron en silencio a que la navegante dijera algo. El silencio los acompañó durante los próximos minutos "No te voy a consolar diciéndote que todo estará bien porque eso no te quitará el cansancio mental que estas sufriendo, es como mentirte, en muchas ocasiones, las palabras empeoran la situación..." hizo una breve pausa queriendo decir más pero no continuó. 

"Nami" la voz del pequeño monito se escuchó varios segundos después "¿Tienes miedo?" preguntó su rara seriedad presente, sus ojos oscuros mirando a su excepcional y talentosa navegante. No exigió una respuesta, no apresuró a que le contestara, solo esperó a que Nami dijera lo que quisiera tomándose el tiempo que necesitara. Con lentitud se paró del lugar donde estaba cómodamente sentado; el enorme sofá de una sola persona ubicado en el centro y mandado a hacer específicamente para él. 

Se acercó con lentitud a su preciada amiga quien se había quedado en completo silencio mirando a un punto de la sala de estar, perdida en sus pensamientos y más seguro, perdida en el pasado. Sin intenciones de ser tan bruto como siempre lo era al abrazar a uno de sus amigos, la rodeó con sus brazos, deteniéndose un momento al sentirla tensarse por el contacto, cuando no hubo más repuesta la envolvió en un completo abrazo, estrechándola contra su cuerpo al escucharla sollozar. 

Lo entendía, él lo entendía; Nami estaba asustada, asustada de que algo saliera mal y ese día se repitiera. Continuó abrazando a su amada amiga con todo el cariño que era capaz de dar mientras sus recuerdos viajaban a ese momento diez años atrás cuando era débil, la impotencia que sintió cuando fue no capaz de hacer nada por ayudar, cuando fue sometido por un maldito que le triplicaba la masa corporal y lo obligaban a ver como lastimaban a su fiel compañera.

Él tampoco podía olvidar.

Nadie allí sería capaz de olvidar. 

"Lo prometí, Nami" besó con cariño la frente de su navegante, tal y como lo hacía con todos sus tripulantes cuando se sentían sobrepasados y sin ganas de seguir, transmitiéndole la tranquilidad que necesitaba y así ella dejara de llorar, poco a poco fueron separándose del cálido abrazo y la manga de su chamarra fue tomada con fuerza por Nami como quien busca algo a que aferrarse en sus últimos momentos. 

"Y usted siempre cumple con sus promesas" habló en un tono de voz bajo y temeroso.

Luffy le dedicó esa hermosa sonrisa que alegraba a todos los presentes y que iluminaba sus días con solo recordarla.

Luffy le dedicó esa hermosa sonrisa que alegraba a todos los presentes y que iluminaba sus días con solo recordarla

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1028 palabras.

Senti q esto era necesario.

La Tripulación de los Sombrero de Paja | FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora