catfish

x

Ashton no pudo evitar sonrojarse. Sentía que todo su rostro estaba de color carmesí.  

Con sigilo, dejando su celular por unos segundos sobre su regazo, observó a su alrededor, esperando a que alguno de sus amigos lo estuviera observando como había estado sucediendo los últimos momentos. De manera sorpresiva, se encontró con que hasta la habitación estaba con menos gente. 

Había estado tan sumergido en los mensajes, llegando a olvidar todo lo que había sentido no tan sólo hace cincos minutos. La ira y la incredibilidad de que la persona con la que ha estado hablando no es la que siempre ha creído se habían esfumado al igual que el entumecimiento que sintió por largos minutos. Pasó de no sentir que estaba en la habitación a estar consciente de que sus piernas estaban estiradas y su cuerpo hundido entre los cómodos cojines del sofá. 

Adeline no es la Adeline que él conocía, y eso le dolía más de lo que le gustaría admitir. 

Sus amigos se habían dispersado por la habitación, solamente dos quedaban a su lado. A su lado derecho estaba Michael mientras que al izquierdo Devonne, quien tenía una sonrisa estúpida plasmada en sus labios. Tenía el celular tan cerca de su rostro, que le era imposible ver qué le parecía tan divertido. 

Más de una vez Ashton se había preguntado qué tendrá la rubia en su celular que no deja que nadie lo ojeé. Solamente su hermana puede utilizarlo dentro del grupo, y eso que de vez en cuando. 

Trampas habían sido tendidas de parte de los chicos para poder obtener el privilegio de mirar el celular, aunque fuera por la fuerza. Una de sus trampas había consistido en que le hicieron creer que Calum tenía que llamar a alguien importante y que justo en ese momento, su celular había quedado sin batería. Pero al igual que las trampas anteriores, no dieron buenos resultados. 

Devonne era una chica lista. Siempre estaba un paso delante de los demás.