#Rous
Estaba corriendo, luego de desaparecer de su vista. Y llegué hasta donde no podía correr más, la azotea del colegio.
Cuando subí los tres pisos y abrí la puerta sentí la brisa golpearme, tome una gran cantidad de aire y la expulse. Con eso logré calmarme y mire el sol enconderse detrás de las nubes.
– Rous... –.
Alguien me había seguido, asustada me volteo y suspiro al ver a Erick con un rostro muy preocupado. Lo más probable es que él si me haya visto correr.
Se acerco a paso lento – Amorcito... –. Empezó a decir.
– ¡Ya para con eso! –. Grité sin darme cuenta.
El me miró con asombro y comencé a disculparme, me sentí muy mal.
– Ven, toma asiento –. Me llevo al suelo para sentarme junto a él.
– Esto debe terminar, lamento todo lo que has pasado y te agradezco lo que has echo por mi, en verdad –. Decía yo con la mirada en el suelo.
– ¿Qué sucedió? –. Hablo muy bajito él.
– Este fue el límite. Discutí con Jeans por una tontería... –.
– Escuché algo, pero que no te ponga triste lo que dijo –.
– Es que no son exactamente sus insultos lo que me pone así, vivimos peleando, bromeando y buscando la manera de jodernos entre nosotros... Incluyendo los chicos, pero –. Suspiró – Nada... –.
– ¿Qué? Dime –. Se junto más a mi.
– He comprobado que él no cambiará –.
– Hablas de la chica? Pero estoy seguro de que no era nadie –.
– Ya lo había visto antes con ella. Yo en realidad creí que...–.
– Qué le gustabas? –. Pregunto él dudoso.
– Umm... Mejor olvidalo –.
–... Perdóname Rous –.
– ¿Qué? Pero si solo me ayudaste, además de que yo acepte llevar a cabo todo este espectaculo –.
– En verdad lo lamento, yo... –. Insistía.
– No, deja de sentirte mal –. Lo interrumpi – Te arrastre a todo esto... –.
– Pero Rous, en realidad es mi culpa... –.
Mientras intentabamos sobreponer nuestras palabras por encima del otro una tos nos hizo callar y mirar hacia la entrada de la azotea.
– Las parejas discuten de vez cuando, así que... –. Le decía Erick a Jeans que seguía parado en el marco de la puerta.
– Ya, déjalo Erick –. Coloque mi mano en su hombro y le sonreí agradeciéndo que estuviera apoyandome.
– Podemos hablar? –. Me observó el castaño.
El chico de pecas se levantó serio y miro directamente a los ojos al otro, aunque la diferencia de estaturas fuera grande.
– No soy su novio –. Y se fue directo a la salida.
– Eso ya lo sabía... –. Murmuró Jeans con una risa suave.
Aunque a los segundos se escuchó – ...Pero sigo siendo su perro guardian! –. Comencé a reír.
– Gracias! –. Le grité.
Y escuché el eco de un : ¡Guaf!, que me indicaba que ya estaba lejos.
– No puedo odiarlo, es un buen chico –. Sonreía él.
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Rebeldes Jugando Con El Amor!
De TodoRebeldes: Jugando con el amor; te sumerge en el alocado mundo de Rous, una joven cuya vida está en constante ebullición. Con cuatro amigos excéntricos a su lado, cada día es una nueva aventura repleta de situaciones extravagantes y momentos románti...