El gimnasio de la escuela secundaria, un lugar que antes estaba lleno de risas y energía juvenil, ahora es un santuario de tristeza y luto. Las luces están bajas, y el eco de pasos suaves resuena en el espacio mientras los asistentes entran en silencio. En el centro, sobre una plataforma, está el ataúd de Izumi Midoriya, cubierto por un manto blanco y rodeado de flores blancas y lilas, símbolos de pureza y tristeza.
Alrededor del ataúd, docenas de velas arden suavemente, creando un ambiente solemne y cargado de emociones. Frente al ataúd, una gran fotografía de Izumi con una tímida sonrisa está enmarcada en flores. Esa imagen, que en vida parecía alegre, ahora es un recordatorio doloroso de la luz que se apagó demasiado pronto.
Inko Midoriya está sentada en la primera fila, sostenida por dos familiares. Su rostro refleja un dolor tan profundo que parece que el mundo entero ha caído sobre sus hombros. Sus manos tiemblan mientras sujeta un pañuelo empapado de lágrimas, y sus ojos, hinchados y rojos, están fijos en el ataúd de su hija, como si aún no pudiera creer que Izumi ya no está.El silencio en el gimnasio es casi insoportable, roto solo por los sollozos suaves de algunos de los asistentes. Están allí los compañeros de clase de Izumi, sus profesores, y otros miembros del personal de la escuela, todos compartiendo un sentimiento de culpa y arrepentimiento.
Aquellos que eran más cercanos a Izumi, aunque no muchos debido a su situación de ser "quirkless", se sentirían devastados. Podrían sentir una profunda tristeza y culpa por no haber notado su sufrimiento o por no haber hecho más para apoyarla.
—Siempre pensé que era fuerte, incluso sin un Quirk. Nunca imaginé que estaba tan sola– decía Rumi una compañera de clase.
—Mierda si hubiera sabido que se sentía así, habría intentado ayudarla más.– decía Kuwabara con gran impotencia.
Algunos que la ignoraban o simplemente no se involucraban mucho con ella quedarían en shock. La noticia les haría reflexionar sobre cómo sus acciones, o la falta de ellas, pueden afectar a los demás.
—Nunca le presté mucha atención. Pensé que estaba bien, solo callada– dijo entre susurros Usagi.
—¿Cómo pude estar tan ciego ante su dolor?– Dijo entre sollozos Urameshi.
Los estudiantes que participaban en el bullying contra Izumi sentirían una inmensa culpa y remordimiento. Sus acciones, que quizás consideraban como "bromas" o formas de afirmar su propia superioridad, ahora se verían bajo una luz completamente diferente.
—Dios, ¿qué hemos hecho? Solo queríamos divertirnos... nunca pensamos que llegaría a esto– dijo Takahiro cabizbajo
—Todo ese tiempo, ella estaba sufriendo por nuestra culpa. Somos monstruos– decía Cloe con la vista abajo.
Katsuki Bakugo, quien una vez fue el más fuerte y arrogante, ahora es un chico roto, que sabe que sus palabras y acciones nunca podrán ser deshechas.
—Yo... no sabía... Pensé que ella estaba bien, que podía soportarlo todo. Siempre creí que era fuerte, que no necesitaba a nadie... Lo siento... lo siento mucho...– se decia Bakugou con voz rota.
Los profesores y el personal de la escuela también estarían profundamente afectados. Se harían preguntas sobre cómo fallaron en detectar las señales de advertencia y en proporcionar el apoyo necesario a Izumi.
—¿Cómo no notamos su sufrimiento? Debimos haber estado más atentos–decia una profesora.
—Esto nunca debería haber sucedido. Necesitamos hacer cambios para asegurarnos de que esto no le pase a ningún otro estudiante– dijo el director.
El ataúd de Izumi es un recordatorio silencioso de las consecuencias del bullying y la indiferencia, y de cómo las palabras y acciones pueden destruir a una persona desde adentro.
ESTÁS LEYENDO
SUEÑOS ROTOS
FanfictionIzumi Midoriya siempre ha soñado con ser una heroína a pesar de no tener un Quirk. A lo largo de su vida, ha sido objeto de burlas y maltrato, especialmente por parte de su amigo de la infancia, Katsuki Bakugo. Sin embargo, Izumi nunca dejó de ser a...