CAPÍTULO 1 - ¿QUIÉN SOY YO?

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Despierto de golpe al oír el chillante sonido de la alarma. 6:50; creo que dormiré un poco más. Estoy muerto del sueño. Tuve insomnio toda la noche y en ningún momento pude pegar el ojo. Supongo que otros cinco minutos no me vendrían nada mal.

Tomo mi almohada nuevamente y la abrazo, me acurruco entre las sábanas y me dispongo a dormir.

Mi cabeza duele, y no entiendo el por qué.

¿Acaso todo eso fue un sueño? Se sintió tan real, una vez más.

Tengo vagos recuerdos, semejantes a un rompecabezas. Trato de armarlo, pero simplemente las piezas no encajan. Cada una es diferente; me rindo. No lo puedo armar.

Oigo como la puerta es abierta de golpe e inclusive antes de poder reaccionar soy aplastado.

— ¡Avalancha!

— ¿Qué?

El cuerpo de Olive cae sobre el mío y ¡mierda! Creo que su pierna me ha dejado sin hijos. Gimoteo por el leve dolor causado y rápidamente se aparta de mi lado.

— ¡Lo siento! Pero... vamos. Debes admitir que eso fue cool.

— ¿Cool? Olivo, cuantas veces lo he dicho

—Si, sí. ¡Lo sé, Elle! Tocar antes de entrar. Tocar antes de entrar —examino como rueda los ojos mientras dice aquello—. Pero, en mi defensa, lo he hecho. Solo que, demoraste tanto en abrir que decidí invitarme yo sola

Y allí esta de nuevo, esa sonrisa que pone cada vez que trata de justificar algo. Pero esta a comparación de las anteriores, no dura mucho

—Espera un segundo, ¿cómo me has llamado?

—Olivo —menciono sin importancia

—Elle —bufa y acto seguido se bota en la cama, extendiendo los brazos y analizando un punto fijo— odio que me llames así

—Lo sé. Y a mí me encanta fastidiarte. Vele el lado positivo, al menos rima con tu nombre. Olivo, Olive. Olivo, Olive.

Ladea su cabeza y me observa. Si no compartiéramos sangre juro que ya me habría golpeado. Sería otra víctima más de violencia intrafamiliar. Y nadie me creería. Hoy día es raro ver a un hombre golpeado. Todo por el feminismo y, no es que este en contra de ello, es solo mi "point of view" . Espero nunca ir a parar a la estación de policías. Sería una completa locura.

Nunca.

Jamás.

Pero los tiempos cambian... y las posiciones también. Un día estas desde arriba mirando, y al otro, estas abajo suplicando. Implorando por el perdón y la libertad. Y es allí dónde te cuestionas, ¿Qué hecho todos estos años mal?

Créeme... no obtendrás ninguna verdad

*****

Ahora, Oli y yo caminamos de regreso a casa.

No pasó nada relevante en el trascurso del día, mucho menos en la escuela. Bueno... salvo por como el Sr. Petter era bulleado (una vez más) por su notoria y muy ruidosa calva.

Según nos contó, el medico le diagnostico alopecia a los 30 años, y desde entonces, ha sido así. Imagino que no la pasó nada bien respecto a temas del amor, puesto que, hoy día, la única ocupación que tiene es ser consumido por las paginas de sus libros 24/7.

No hay pruebas... pero tampoco dudas

-¿Te parece si esta ocasión vamos a counterattack? -enuncia deteniendo mi caminar

-No puedo - trato de avanzar, pero no me deja continuar

- ¿por qué no, Elle? ¿Acaso lo has olvidado? ¡Es viernes¡ -dice con emoción

Con amor, ElleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora