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–Me estoy tirando a tu hermano.
–Ya lo sabía.
–¿Que?
–Que ya lo sabía. No soy los más discretos que digamos, cada vez que estáis en la misma habitación no paráis con las miraditas, en cuanto vuelvo después de dejaros solos ambos tenéis los labios inchados, Marc siempre pregunta si vas a venir y digamos que no es lo más normal preguntarle a tu hermana si su mejor amiga va a venir a casa.– Va contando con los dedos.
–Vale, vale. No hemos sido muy discretos.
–Quería ver cuánto tiempo tardabais en decírmelo.– Se encoge de hombros.– No me molesta que estáis juntos, digo, ahora somos familia.– Me abraza completamente emocionada y yo aún sigo en shock.
–¿Enserio?
–Claro, ahora somos cuñadas. Eso si, no quiero que me cuentes nada como con tus ojos ligues, acuérdate que es mi hermano pequeño.– Hace una mueca de asco.
–Si, si.
–Ahora entre nosotras, ¿que le has visto?– Noto en su tono de voz la curiosidad y yo me rio.
–No quieres saberlo.– Le doy una sonrisa pícara y su cara cambia drásticamente al asco de nuevo.
–Dios.– Se tapa la cara y después las orejas.– ¡No quiero oír nada!
–Que era broma.– Cojo aire después de reírme tanto.– Realmente no lo sé, supongo que la manera en la que me trata o lo madura que es a pesar de su edad suma puntos.– Asiente comprendiéndome.
–Estoy orgullosa, he educado bien a mi hermanito.– Hace como que se seca una lagrima falsa.– Lo he hecho un caballero. Tendré que hablar con él igual que he hablado con tus demás parejas.– Se levanta y va hacia la puerta.
–Miriam, no hace falta.– Trato de detenerla.
–Oh, claro que si.– Sale y yo voy detrás.– Veamos, hermanito.– Marc la mira desde arriba con una ceja levantada obviando su diferencia de altura.– Me da igual que me saques una cabeza, yo te sigo sacando un año. Tú – Lo apunta con el dedo.– no vas a hacerle daño a mi mejor amiga o te echo de casa.
–Voy a vivir a La Masía.– Su hermana le lanza una mala mirada.– Pero nunca le haría daño.
–Así me gusta.– Mientras ambos hermanos hablan noto como el color sube a mis mejillas.
Esto es vergonzoso
–Pues ya está todo hablado. Podéis estar juntos mientras yo me cambio.– Ahora me mira a mi.– No tenemos deberes, solo te invité para ver si por fin me lo decías.– Me sonríe para después irse corriendo.
–Ha salido mejor de lo que me esperaba.– Me dice Marc acercándose a mi sonriente.
