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No sirve de nada ahogar las penas en alcohol si estás saben nadar.

-¡3312, TENEMOS UN 3312! -gritó una Sooyoung muy alterada entrando abruptamente al bar de su querida amiga Heewon quien estaba ocupada acomodando el nuevo inventario y abasteciendo la nevera.

-¿Qué rayos es un 3312? ¿Un nuevo código gay? -preguntó molesta por la repentina intromisión. Amaba a Sooyoung, ella era como una pequeña chihuahua rabiosa y extravagante que le encantaba gastar dinero y ser sarcástica. Y Heewon amaba que gastara dinero en su bar mientras molestaban juntas a Dokja o a su amorcito Hyunsung.

-¡ES UN LLAMADO DE AUXILIO!

-¿Enserio? Pensé que era el código que usaban en esa película de monstruos para referirse a un calcetín... -murmuró confundido Hyunsung quien estaba barriendo el local próximo a abrir.

Sooyoung molesta ante el poco interés que mostraban sus amigos por sus problemas se sentó indignada en la barra a espera de que Heewon le tendiera una cerveza (de las más caras) como era costumbre.

Una vez saciada su sed comenzó a desahogarse:

-Tengo un serio problema... Kim Dokja…

-Que curioso, yo tengo el mismo problema. Aunque en mi caso mi presión arterial sube cada vez que escuchó “Kim Dokja” y “problema” en la misma oración. -musitó Heewon tomando una cerveza para ella del frigorífico.

-No, no. Hablo en serio. Kim Dokja me citó hoy después del trabajo y me llevó a una joyería ¡PARA MEDIRME EL JODIDO DEDO ANULAR!

Todavía estaba sudando frío al recordarlo, estaba en completo shock cuando fueron a la joyería que ni siquiera pudo decir media palabra, todavía tenía los pelos de punta al recordarlo.

-¿Qué? ¿Y eso qué? -preguntó confundida Heewon sin poder seguir el ritmo de la conversación o mejor dicho sin entender el problema en sí. A veces no entendía ni la mitad de las cosas que decían Dokja y Sooyoung (en especial cuando actuaban como otakus de novelas web y hablaban de cosas como cuarta pared, hombres embarazados o mazmorras), pero había momentos como este en donde consideraba seriamente sus decisiones sobre sus relaciones interpersonales y como había terminado siendo amiga de una loquita del centro como lo era Sooyoung, solo tenía que verla enloqueciendo por que su amigo de toda la vida hacia algo tan mundano como medirle un puñetero dedo.

-Creó que significa que te comprara un anillo… -argumentó Hyunsung metiéndose en la conversación.

-¡SI, EXACTO! ¡ESE ES EL PROBLEMA!

-¿El problema es que te dará un regalo? -Hyunsung estaba igual de confundido que su señora, no entendía cuál era el problema en que le regalara un anillo, si Sooyoung amaba la joyería. Justo ahora llevaba al menos 8 anillos con un conjunto de aretes, pulsera y gargantilla que desentonaba con su sudadera morada varias tallas más grande y muy MUY gastada.

-No lo entiendes, tonto. ¡Ese anillo es mi regaló para mi cumpleaños número 30!

Heewon que había estado empinando su bebida mientras los otros conversaban abrió los ojos en reconocimiento y escupió su cerveza por toda la barra que previamente había limpiado. Ni siquiera pudo lamentarlo o avergonzarse por el ridículo que hizo al escupir la cerveza tanto por boca y nariz, no cuando estaba ocupada riéndose a más no poder de la desgracia ajena.

-¡No puede ser! ¿Ya pasaron 10 años? -preguntó con ojos brillando de regocijo y burla.

-9 años, 6 meses y 17 días para ser exactos…

Heewon soltó una carcajada tan grande y sonora que rompió en llanto y se orinó un poco, tuvo que tomarse un momento para recuperar el aliento ya que de tanto reír le dolió el estómago y los músculos de la cara. Ni siquiera podía gesticular palabras y Sooyoung rezaba por que esta gigantona ruidosa se ahogara con su propia saliva para acabar de una vez con esto.

Los 30 están respirando en mi nuca,  Heewon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora