Los 30 están respirando en mi nuca, Heewon.

05

El que madruga Dios no lo ayuda, si alguien más se levantó antes.

-Jajajaja no puedo creer que metieras el tentáculo apenas en el segundo día de convivencia -río Sooyoung a carcajadas mientras se limpiaba las lágrimas que corrían en su cara.

Dokja quería que la tierra se lo tragará y a Sooyoung también para ser justos.

Desde ese día con el incidente del chocolate no había vuelto a ver a Joonghyuk, había logrado superar las banderas de la muerte rogando por su patética vida mientras pegaba la frente al piso en una dogeza. Joonghyuk sin esfuerzo lo levantó del piso con una sola mano sujeta al cuello, estaba a punto de enviarlo con San Pedro por ponerle mierda de perro en su puerta. Entre gorgoteos y tos pudo atinar a decir que era chocolate y no mierda. 

Con la delicadeza de un elefante lo empujo lejos, verificó que decía la verdad acercando la nariz a su pie mancillado y con un gruñido de afirmación volvió brincando en un pie volvió a su cierto dando un portazo.

Lo había perdonado o eso suponía al no haber perdido su vida esa noche, pero como consecuencia había perdido la oportunidad de llevarse bien con su roomie temporal. Intentó volver a acercarse, pero por muy temprano que se levantara no alcanzaba a verlo salir de casa. Lo peor de todo el asunto es que por mucho que Joonghyuk continuará enojado y evitará su persona, no evitaba dejarle el desayuno y cena a su disposición, lo que solo lograba que aumentará su cargo de consciencia. Ni siquiera tenía su número de celular y tenía prohibido poner un pie del otro lado del pasillo por lo que no se atrevía a volver a acercarse.

Después de un rato de reírse de la desgracia ajena, Sooyoung decidió volver a ser generosa con su querido calamar mascota y le tendió unas llaves, Dokja hundido en su culpa y ocultó en las palmas de sus manos solo pudo escuchar el tintineo de unas llaves cerca de su oído y la piel de su nuca se erizó, claro que vino a ver a Sooyoung buscando ayuda con respecto al dios griego furibundo de su departamento, pero no esperaba que su drástica solución fuera darle otro departamento y fingir que estos días fueron una mala broma y sepultarlo en la más oscuro de su mente. Apunto estaba de abrir la boca y replantearle la idea cuando por fin se dignó a ver las llaves, dándose cuenta con tardía vergüenza que no eran llaves de algún departamento si no las llaves de algún auto.

-¿Y esto?

-Son llaves, dah

-No, eso no ¿Por qué me das las llaves de un auto? ¿Me estás pidiendo que vaya a comprarte tampones como esa vez en preparatoria? Porque si es así puedes pedirlo por internet y nos ahorramos la vergüenza los dos.

Sooyoung no respondió de inmediato, pero sí le soltó de inmediato un fuerte golpe en su brazo-. No, idiota. Te los estoy dando para que hagas las paces con el tonto de tu compañero.

Las neuronas de Dokja no habían conectado por completo, pero cuando hicieron el esfuerzo, Dokja abrió y cerró la boca como un pez fuera del agua. -¡Es demasiado regalarle un auto para compensar un pequeño error! Me tomaría el resto de mi vida intentar pagarte el auto.

-¡No, idiota! ¡Te estoy dando el auto para que repares tu error siendo su chofer! -exclamó enojada, deseando que no fuera tan idiota su querido calamar idiota.

Dokja por fin entendió las intenciones detrás de sus acciones y la abrazó emocionado. A veces Sooyoung era tan buena y generosa que no podía creer que fuera cierto.

…

‘¡Soyoung esa maldita bruja!’ ‘Ya se me hacía raro que desbordara tanta generosidad cuando es un ser astuto y sin corazón’. Refunfuño Kim Dokja sentado en el carro prestado a las 5 de la mañana viendo a Joonghyuk acercarse al auto. Maldijo un par de veces más a esa bruja en su mente y se preparó para el recibimiento, estaba avergonzado por caer en su trampa, aunque debía de admitir que Soyoung era toda una visionaria. Supo aprovechar su momento de debilidad para usarlo como chofer de su nuevo socio, quién había perdido a su antiguo manager y no tenía quien lo llevará al set de grabación.