Iván Buhajeruk odiaba muchas cosas del instituto, acabarías antes haciendo una lista de las cosas que no odiaba que de las que sí (esa lista se reducía a un dulce omega llamado Rodrigo Carrera), pero, lo que menos soportaba, era la clase de educación física. No es que fuera malo en los deportes, el baloncesto era su pasión, el problema eran sus insufribles compañeros de clase.
Nunca se habría planteado asistir a una sola clase de gimnasia, si no fuera porque Rodrigo también estaba allí, y a la lista de numerosas cualidades que hacían al omega un ser perfecto, había que sumarle que era todo un portento físico. Iván le pasaba por más de una cabeza, al igual que la mayoría de alfas del lugar, pero su altura no impedía que tuviera el mejor cuerpo de todo el centro. Y posiblemente de toda la maldita Seúl, joder. Iván pretendía ser sutil mientras devoraba con la mirada las trabajadas piernas del omega, sus muslos gruesos hasta llegar finalmente al redondeado culo, el que, junto a su sonrisa, era posiblemente el protagonista más recurrente de todos sus sueños.
Después de correr, el pelo de Rodrigo siempre era un desastre, y pequeñas gotas de sudor se deslizaban cuello abajo hasta terminar en sus perfiladas clavículas. Aquello debía ser el paraíso para Iván, de no ser porque una docena más de alfas y algún que otro beta indiscreto contemplaban al omega como si quisieran arrancarle la ropa en mitad del campo, a su omega. Iván gruñó, podría arrancarles la cabeza a todos esos estúpidos niñatos sobre-hormonados. Sus puños se cerraron automáticamente y su mandíbula se apretó hasta el punto en el que sintió sus dientes rechinar. ¡Hasta el maldito profesor lo estaba mirando! Rodrigo pasó una mano por su pelo, echándolo hacia atrás y le sonrió ampliamente a Germán, que correteaba a su alrededor como de costumbre. Un jadeo colectivo partió el silencio entre el público de aquel celestial espectáculo. Iván no aguantó más.
Con paso decidido atravesó el gimnasio hasta llegar al chico que estaba despertando de manera inconsciente el deseo de toda la clase, aunque pronto se arrepintió. Solo había avanzado un par de pasos cuando un potente olor a caramelo le arrolló haciéndole tambalear. El aroma de Carrera se había intensificado a niveles inimaginables después de una hora de extenuante ejercicio, y aquella dulce oleada penetró en su organismo mandando todo su poder de raciocinio a un oscuro lugar de su mente. Aceleró el paso hasta llegar junto a los dos amigos, Germán le observaba con el ceño fruncido y Rodrigo le recibió con una amplia sonrisa de ojos desvanecidos.
── Tenemos que hablar, sobre el trabajo.
Señoras y señores, la peor excusa de la historia. Su cara de infinita ira reprimida no ayudaba a hacerla más creíble.
── Claro, ¿estás bien? ── Preguntó Rodrigo dudoso.
── Sí, vení conmigo.
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─── 𝐈𝐍𝐓𝐎𝐂𝐀𝐁𝐋𝐄 - rodrivan
Fanfiction𝐈𝐍𝐓𝐎𝐂𝐀𝐁𝐋𝐄 | Donde Iván es el alfa más temido y respetado en todo el instituto, pero no ha podido evitar caer por el dulce omega de cabello castaño y mejillas regordetas. ¿Será capaz de dar un paso, olvidar los problemas y pensar solo en...