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Se estaba volviendo loco

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Se estaba volviendo loco.

Los meses pasaban y las visitas intimas con Bill incrementaban de igual forma.

Jamás había experimentado este sentimiento tan intenso y asfixiante por alguien, mucho menos por un ser Inter dimensional como lo era Clave, y claramente no sería tan difícil dejar de sentirse de esa manera si su musa no apareciera por las noches para hacerlo sentir como nadie antes lo había hecho.

"El Pines había tenido un día cansado en el laboratorio.

Fiddelford había sacado nuevamente el tema sobre la elaboración sobre el portal y no pudo evitar mostrarse un poco a la defensiva. Aunque estaba seguro que su amigo lo dejaría pasar debía disculparse con él.

Pero para su sorpresa, Cipher apareció oportunamente para consolarlo un rato.

-Oh dios, Bill...

Nunca pensó que se encontraría a completa merced de una deidad. Nunca pensó que se encontraría a la merced de alguien.

Los movimientos apasionados del rubio eran dignos de alguien con siglos de experiencia y esto solo lograba hacer estragos en su joven e inexperto cuerpo que ahora descansaba boca abajo mientras dejaba que profanara su interior como le plazca.

Bill se acercó al oído izquierdo del Pines y mordió su lóbulo, impregnando así su caliente.

-Sabía que ese donnadie no soportaría estar bajo tu sombra mucho tiempo.

Sus manos acariciaban tortuosamente la hombría del científico debajo de el mientras sus embestidas continuaban con cierta desesperación por alcanzar finalmente el clímax.

-¿No lo ves? Esta muerto de envidia, cariño.

El joven se esforzaba por mostrarse coherente pero sus constantes gemidos y espasmos lo delataban.

El dios estaba encantado con aquella vista.

-Te prometo que... Fiddelford no será un problema.

Bill debía aceptar que se encontraba satisfecho con aquella respuesta, no había tenido un aliado tan entregado como lo era este chico.

Ford arrugó las sábanas entre sus manos.

-Por favor no te detengas, Bill.

El mencionado sonrió extasiado. Esta de mas decir que no se detuvo hasta que no quedó ni un hilo de voz en su lindo genio."

-¡Ford!

Su joven compañero de trabajo alzó la voz para sacarlo de las frescas memorias de la noche anterior.

Debía tener más cuidado.

-Uh, lo siento ¿Que sucede?

Aquellos ojos lo miraban con una notable preocupación, apenas logró notar que llevaba entre sus manos el cubo Rubik que le desarmó nuevamente a propósito esa mañana.

Shameless- BillfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora