El Encuentro

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El sol se ocultaba lentamente tras el horizonte, lanzando una luz dorada sobre las calles bulliciosas de la ciudad. Sparta caminaba con la cabeza gacha, sumido en sus pensamientos. Había pasado un tiempo desde que él y Raptor terminaron su relación, y aunque había intentado seguir adelante, el dolor persistía como una sombra constante.

Sparta se había acostumbrado a evitar los lugares que solían frecuentar juntos. Las cafeterías, los parques, incluso las librerías donde pasaban horas charlando, se habían convertido en territorios prohibidos. Sin embargo, hoy se sentía arrastrado hacia un café que solían visitar. Algo dentro de él le decía que debía ir, aunque sabía que era una elección dolorosa.

Al entrar en el café, el aroma a café fresco y pasteles recién horneados le recibió con un abrazo cálido. Sin embargo, su estómago se encogió al ver una figura familiar en la esquina. Era Raptor, sentado con un amigo, riendo y charlando animadamente. La vista le provocó una punzada en el corazón.

Sparta dudó por un momento, pero luego se acercó con pasos vacilantes. Al llegar a la mesa, Raptor levantó la vista. Sus ojos, que antes estaban llenos de amor, ahora se veían vacíos y distantes. Sparta se presentó, forzando una sonrisa mientras trataba de sonar casual.

—Hola, Raptor. No esperaba encontrarte aquí.

Raptor lo miró con una expresión confusa, como si intentara recordar de dónde conocía a Sparta. Su respuesta fue fría y distante.

—Hola. Lo siento, pero creo que te confundes. No creo que te conozca.

Las palabras fueron como una bofetada para Sparta. El dolor que sintió en ese momento era abrumador. ¿Cómo era posible que Raptor no lo recordara? Había pasado tiempo, sí, pero nunca había imaginado que el olvido pudiera ser tan completo.

Sparta trató de mantener la compostura mientras la conversación se mantenía en un nivel superficial. Finalmente, se despidió, dejando el café con una sensación de derrota y confusión. Se dirigió a casa con el corazón hecho trizas, preguntándose qué había pasado.

Al llegar a su apartamento, Sparta se hundió en el sofá. Sabía que Raptor debía haber hecho algo para olvidar, algo que la gente comentaba en susurros: una máquina que, por un precio considerable, permitía borrar recuerdos específicos de la mente. Había escuchado rumores sobre este procedimiento, pero nunca pensó que se aplicaría a su vida.

Se preguntaba si Raptor había pagado por olvidar a Sparta. El dolor de la separación era uno que él mismo sentía intensamente, y la idea de que Raptor había escogido olvidarlo por completo era como una herida abierta. Pero si Raptor podía borrar sus recuerdos, tal vez Sparta también podía encontrar una manera de lidiar con el dolor.

La noche avanzó y Sparta se encontró pensando en la máquina de olvido, la cual parecía ofrecer una solución a su agonía emocional. La esperanza de una posible solución a su sufrimiento era el único consuelo que podía encontrar en medio de su desolación.

Con una mezcla de tristeza y determinación, Sparta decidió que la máquina era su única salida.

Memorias perdidas (Spartor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora