El día amaneció gris y lluvioso, un reflejo perfecto del estado de ánimo de Sparta. Después de una noche de insomnio y dudas, había tomado una decisión. La idea de enfrentar sus recuerdos y el dolor asociado con Raptor era abrumadora, y la posibilidad de encontrar un alivio a través de la máquina de olvido le parecía la única solución viable.
Sparta se preparó para salir. El cielo nublado y la lluvia intermitente parecían darle un último recordatorio del peso de su decisión. Se vistió con cuidado, eligiendo ropa que se sintiera cómoda pero no demasiado llamativa. Se estaba preparando para dar el paso final hacia una solución que sabía que cambiaría su vida para siempre.
Mientras caminaba hacia la clínica, cada paso se sentía como una carga. La lluvia le caía sobre el rostro, y el sonido de las gotas golpeando el suelo le recordaba la tristeza que sentía. La clínica estaba cerca, y a medida que se acercaba, el nudo en su estómago se hacía más fuerte.
Finalmente llegó a la entrada de la clínica. El moderno edificio de vidrio y acero lo recibió con una atmósfera fría y profesional. Entró con paso decidido pero nervioso, y la recepcionista en el mostrador lo saludó con una expresión neutra.
—Buenos días. Vine a programar una cita para el procedimiento de olvido —dijo Sparta, tratando de sonar firme.
La recepcionista asintió y comenzó a revisar la disponibilidad de citas. Mientras Sparta esperaba, notó las paredes blancas y la decoración minimalista, que acentuaban la sensación de despersonalización del lugar.
—La próxima cita disponible es dentro de tres días —informó la recepcionista—. ¿Le gustaría agendarla?
Sparta asintió, sintiendo que el tiempo se le escapaba. En el fondo, sabía que estaba tomando una decisión irreversible, pero también entendía que no podía seguir así, atrapado en un ciclo de dolor y recuerdos que lo atormentaban.
—Sí, por favor. Quiero agendar para dentro de tres días —respondió.
La recepcionista procedió a programar la cita y luego le entregó un formulario con instrucciones adicionales. Mientras le entregaba el formulario, agregó:
—También es importante que traiga cualquier objeto o posesión que le recuerde a la persona que desea olvidar. Estos objetos pueden influir en el proceso, por lo que es recomendable que los elimine de su vida por completo antes del procedimiento.
Sparta miró el formulario y la lista de objetos sugeridos para llevar, sintiendo una mezcla de ansiedad y resignación. Se dio cuenta de que no solo estaba borrando los recuerdos, sino también separándose de cualquier resto físico de su relación con Raptor.
Con el formulario en mano, Sparta salió de la clínica, su mente aún abrumada por el peso de su decisión. La lluvia había cesado, pero el cielo seguía gris, como una metáfora de su estado emocional. La perspectiva de tener que eliminar todos los recuerdos físicos de Raptor hacía que el proceso se sintiera aún más definitivo.
Durante el camino de regreso a casa, Sparta no podía dejar de pensar en lo que estaba a punto de hacer. Había algo en la idea de borrar a Raptor de su vida que le parecía casi surrealista. Sin embargo, la sensación de desesperanza y el deseo de escapar del dolor eran más fuertes que cualquier duda.
Llegó a su apartamento, donde comenzó a reunir los objetos que le recordaban a Raptor. Fotos, cartas, y pequeños recuerdos se apilaron en una caja mientras él intentaba no dejar que la tristeza lo abrumara más de lo necesario. Sabía que enfrentaría una pérdida significativa, pero la promesa de alivio le daba la fortaleza para seguir adelante.
Mientras revisaba las instrucciones del procedimiento y preparaba sus pertenencias para el próximo paso, Sparta sintió una mezcla de anticipación y temor. La decisión estaba tomada, y ahora solo quedaba esperar el día en que su vida cambiaría de manera irreversible.