Alan era la definición de " niño perfecto" o al menos eso decían los adultos qué lo conocían, era amable y educado, entregaba todas sus tareas a tiempo y siempre llevaba el uniforme completo, era obediente y si alguien estaba en problemas no dudaba en ofrecerse y ayudar, por supuesto tampoco reprochado a ninguna indicación, lo que hizo que a diferencia de los adultos, los adolescentes lo considerarán "un niño raro", ¿Qué clase de chico de 19 años era tan amable y versátil? ¿Acaso no tenía personalidad?, era sensible en cierto sentidos y por supuesto un aguafiestas, razón por la cual no lo habían invitado a ninguna o la gran mayoría de las fiestas de la universidad, de todos modos no es como si hubiera querido ir, prefería estar haciendo tareas, y luego estaban las chicas, ellas sí lo invitaban a las fiestas, para ellas " Era un chico lindo", figura estable, piel blanca y dersa, cabello rubio peinado de lado, unos pupilentes azules que quedaban hermoso con ese rostro tallado y juvenil limpio de acné o manchas, sus pantalones planchados y ajustados y su hermoso suéter a cuadros con olor a lavado lo hacían alguien realmente llamativo para algunas de ellas, claro, se terminaban aburriendo de su personalidad a final de cuentas pero de todos modos a Alan no le importaba, pues solo tenía ojos para una persona. Y ese era su profesor de Ciencias Sociales: Ramirez.
Una tarde común, el ruido se escuchaba al rededor del asiento de Alan mientras él simplemente veía atento su cuaderno, intercalando su mirada entre su reloj y la entrada, el profesor no había llegado; obviamente para los demás era una gloria, pero para él era el peor de los nervios. El profesor Ramirez era en realidad relativamente joven, el segundo profesor más joven en toda la universidad, contando con unos simples 26 años, era cordial y carismático, griton y algo estricto, pero le agradaba dar clases, se veía en sus ojos cafés la felicidad pese a sus enormes ojeras, casi siempre llevaba playeras finas de lino fajadas con un cinturón de cuero a un par de pantalones sueltos, que pese a que lo hicieran ver algo fodongo, se veía relativamente arreglado, cabello chino y corto, pegado a la cabeza, con un par de lentes dorados octagonales que le colgaban de vez en cuando, Alan había dedicado demasiadas horas de su día a él, al principio a su clase, mirándolo con atención y participando, después a sus tareas intentando convertirse en su favorito, y luego en su cama pensando de maneras elocuente de su profesor, se sentía asqueroso, pero realmente le daba igual, después de todo... él no podría nisiquiera decirle que sí. Se estaba empezando a preocupar por su llegada cuando justo al último minuto casi corriendo, atravesó a puerta, los alumnos tuvieron tiempo de ponerse en sus lugares mientras se deslizaba con extravagancia haciendo una majestuosa entrada
- Buenos días chicos - Saludo, y así como así, empezó la clase, y el caso hubiera terminado allí de no ser por que uno de los chicos se atrevió a preguntar
- Oiga profesor ¿Usted llegó tarde en la mañana por estar con la profesora Kelios? - Alan tubo ganas de ahorcar al niño, y a la profesora
- Jajajajaja, ya les he dicho que no me interesa la profesora. Ella y yo solo somos amigos - Mientras revisaba tareas contesto con desinterés el tema - Además ella no es mi tipo - Todos se miraron unos a los otros, aquella profesora era la maestra de Educación Física, su cuerpo era flexible y fuerte, una figura bien formada y una actitud fuerte, era popular por eso, seguía luciendo de 20 pese a sus valientes 33 años, sin embargo, Alan sintió curiosidad y vio una oportunidad, que con temor decidió tomar
- Entonces ... - Todos lo voltearon a ver - ¿Cuál es su tipo? - con las mejillas rojas Alan preguntó, el profesor nisiquiera levantó la mirada de los trabajos, y más a modo de broma que otra cosa contestó con simpatía
- Muchachos no deberían estar pensando en eso, solo salgan con alguien que les agrade, ya saben, la personalidad es lo más importante- Alan se sintió decepcionado
- Pues sí profe pero ni modo que salir con un gordo todo feo - contestó con crueldad una chica al fondo
- Vamos señorita, no sea así de restrictiva, es más me atrevería a decir que yo lo haría- Alan levantó de nuevo la vista del trabajo y miró al profesor que seguía revisando trabajos aburridos - Después de todo... Sería interesante que tuviera un peso diferente a lo común ¿No? - Alan subrayó eso... un peso fuera de lo común, si tan solo hubiera escuchado el resto de la conversación..., a la chica decir que ella quizá debía fijarse en la personalidad, de como el profesor adjudicado que su mayor atractivo era la extravagancia, quizá Alan no habría hecho lo que hizo.
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One Shots Feederims ( VOL. 2)
FantasyDrama , abundantes comidas y extravagantes personajes son lo que te va a deleitar en tu estadía como lector, por qué en esta madre tan hermosa como la vez, pondré las ideas más locas, originales y peculiares de engordé (obviamente) que mi mente te...