She, He, Venti..

My forever

Apareciste así.
Y fue el destino que nos quiso reunir.
Algún camino de otro tiempo más feliz.
Te trae de nuevo aquí.

Venti apartó la guitarra y la dejó sostenida de la barra de metal donde estaba sentado, se bajó del metal y se acercó a Zhongli, el hombre permaneció sin moverse.

Mi vida amaneció.
Y cada luz de mi universo se encendió.
En otro rostro me dijiste aquí estoy yo.

— Hola. — alguien debía iniciar esa conversación.

— Venti.

— Sí, soy yo. — lo esperaba, de alguna forma siempre lo esperó.

Y yo te conocí y mi vida te ofrecí.

Zhongli no podía detenerse ahora, arrepentirse sería mejor que morir dudando y no estaba dispuesto a cargar con el sentir.

Dio dos pasos al frente para acercarse más a Venti y él no retrocedió, Zhongli llevó sus manos al rostro del músico, su piel de porcelana iluminada, con apenas destellos de rosa en sus mejillas.

— Quizás me arrepentiré de lo que haré pero no dejaré que me quede la duda, sólo tengo esta vida para encontrarte.

Acercó el rostro de Venti al suyo y el más bajito se puso de puntitas para alcanzarlo, no habría que arrepentirse de nada, ambos estaban de acuerdo y en sincronía, sus almas estaban en calma.

Quédate.
Que éste tiempo es nuestro y el amor tiene ganas de volver.

Sus labios se encontraron en un beso, un choque de almas en un reencuentro anhelado y desesperado.

Los ecos del pasado se entrelazaron con su presente, mientras el destino los guiaba de vuelta al comienzo.

Te fuiste aquella vez, y yo en mis sueños tantas veces te busqué.
Entre los ángeles tu voz imaginé y así me conformé.
Pero ahora te encontré.

Era tan distinto a lo que alguna vez fue, pero en sus memorias no hay recuerdos de ese ayer, no hay marcas de dolor ni cicatrices abiertas.

Es él, lo único que su corazón ama lleva por nombre Venti.

Quédate.
Por favor.
Por siempre.

— ¿Te arrepentirás hoy o agendarás el día? — ahí estaba esa hermosa ironía que salía de su boca.

— No, no me arrepentiré de ti, Venti.

— Sé que te estaba esperando, desde el primer día que vine a tocar a esta estación, pero no tenía ninguna idea de como eras, de a quien estaba buscando.

— ¿Y soy lo que esperabas?

Venti se apartó y se acercó a su guitarra para guardarla y recoger el dinero del estuche.

— Puede ser, quizás esperaba a alguien más guapo. — bromeó.

Zhongli fue a él, le tomó en un abrazo desprevenido por la espalda y llevó sus labios al oído de Venti.