Cecilia llegó a su casa, se quitó la chaqueta que el hombre de nombre Zhongli le había prestado, se quitó la camisa rota que llevaba debajo y la lanzó al piso, terminó de desvestirse por completo y se miró frente al enorme espejo de su habitación.
Un cuerpo de mujer, cabellos castaños largos y ondulados, ojos de color violeta pálido, algunos lunares en su piel.
— Me gusta como me veo de Cecilia. — acomodó uno de sus cabellos detrás de su oreja. — pero no podré usar esta forma mucho tiempo más, ese tipo loco puede aparecer de nuevo en la estación, será mejor buscar otro trabajo.
Tomó la bata colgada al lado del espejo y se metió a bañar, el agua caliente lavó la horrible sensación que aquel hombre le había dejado al tocar su cuerpo con lascivia.
Salió de la ducha para secar su cabello, se puso una pijama de tela suave y se tiró a su cama, al día siguiente debía trabajar.
La alarma de su reloj sonó, Cecilia estiró su mano para apagarla, jaló su cobija y se cubrió con ella hasta su cabeza, no quería levantarse pero debía hacerlo.
El hombre de la noche anterior le había robado su teléfono y su dinero, no tenía mucho efectivo en su casa, salió de su cama, tomó ropa del armario y se vistió, tomó la billetera con su verdadera identificación y la guardó dentro de un un bolso, se puso sus zapatos y salió de casa.
Debía abandonar la forma de Cecilia y tomar su verdadera identidad, Venti.
Fue al banco a retirar dinero y a solicitar la reposición de sus tarjetas, pasó a la compañía telefónica para informar el robo de su teléfono, la reposición de su número y la compra de otro.
Después de todas las diligencias que realizó se acercó a una cafetería para buscar una bebida fría, el calor del mediodía estaba asandolo.
— Podrías darme un jugo de manzana con mucho hielo y un sándwich de pavo, por favor. — pidió a la mesera.
— Con gusto. — la mesera se retiró.
Venti tomó el teléfono nuevo para configurarlo, empezó a descargar las aplicaciones que necesitaba e ingresar a sus cuentas.
La mesera regresó con su orden, Venti dejó el teléfono sobre la mesa y tomó el vaso de cristal y bebió con prisa, la bebida estaba muy fría, justo como la quería.
Comió del sándwich mientras revisaba sus redes, en mitad del recorrido de su feed entró una llamada.
La pantalla registraba el nombre de su jefa, aclaró el tono de su voz para escucharse más femenino.
— Buenos días señora Ragnvindr.
— Buenos días Cecilia, te llamo para preguntarte si esta noche estás dispuesta a cantar, es noche de música en vivo.
— Me encantaría hacerlo. — el rostro de Venti se iluminó con la petición de su jefa, no iba a decirle que no.
— Entonces ven un rato antes para que te pongas de acuerdo con los muchachos.
— Sí, claro que sí. — entusiasmado y notablemente exaltado.
— Te espero esta noche, cuídate.
— Gracias señora, nos vemos.
Venti colgó la llamada emocionado, hace tiempo llevaba esperando la oportunidad de cantar en el café, amaba la música y tenía la esperanza de que alguien lo escuchara, no importaba bajo que forma, sólo deseaba ser escuchado.
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She, He, Venti..
RomantizmCon el poder de cambiar su forma a voluntad, Venti vive una vida despreocupada y libre, sin conocer su origen ni el porqué de sus poderes. Zhongli se encuentra con una de las formas de Venti y se enamora, sin saber lo que ese amor lleva consigo. Des...