vi. this never over

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capitulo vi

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capitulo vi. esto nunca termina

El SOL SE HABÍA ASOMADO HACE UN PAR DE HORAS, pero en el fondo del barco, tiempo y luz eran conceptos borrosos

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El SOL SE HABÍA ASOMADO HACE UN PAR DE HORAS, pero en el fondo del barco, tiempo y luz eran conceptos borrosos. Hoy sería el día en que los chicos regresarían para ayudar a Neil y Ben, o al menos eso les habían prometido. Sin embargo, la espera solo incrementaba. Nadie les había contado nada concreto, y el desconocimiento era como un peso que se aferraba a sus pechos.

Para Neil, la ansiedad era aún más profunda. No había tenido contacto con Mal desde que el se perdió en la isla.

El joven movía su pierna derecha sin descanso, como un tic nervioso, y observaba el espacio que lo rodeaba. El camarote era una mezcla de humedad y abandono: el musgo trepaba por las tablas de madera, y la suciedad se acumulaba en los rincones. El aire olía a mar rancio y a metal oxidado, como si el barco llevara años sin ver tierra firme. La única fuente de luz provenía de una pequeña ventana circular cubierta de salitre. Era un rayo débil, casi burlón, que apenas lograba abrirse paso entre las sombras.

Ben permanecía en silencio a su lado, la mandíbula apretada, como si intentara procesar todo lo que había sucedido sin dejar que el miedo se apoderara de él. Ambos sabían que su única opción era mantenerse firmes, aunque no tenían ni idea de lo que vendría a continuación.

El crujido de una puerta abriéndose los sacó de sus pensamientos. Neil y Ben dirigieron la mirada hacia la entrada al unísono, la tensión palpable en el aire. La figura de Harry apareció en el umbral, su característica sonrisa ladeada adornando su rostro.

━━Buenos días. ━━Saludó.

Sin esperar respuesta, Harry se hizo a un lado y les indicó con un gesto que salieran. Neil dudó un segundo, pero Ben dio el primer paso. No había espacio para el debate; tenían que seguirle el juego por ahora.

Cuando cruzaron el umbral, la luz del sol los golpeó de inmediato, obligándolos a entrecerrar los ojos hasta acostumbrarse. El contraste entre la oscuridad del camarote y la intensidad de la luz era brutal. Neil sintió el viento marino golpear su rostro.

king of my heart, harry hookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora