Primer encuentro

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Enzo: 17 años
Julián: 24 años

Enzo

Enzo entraba al colegio como todos los días, puteaba a sus compañeros y charlaba con su amigo hasta que tocó el timbre que indicaba el inicio de horario.

— Una mierda este horario choto, encima tenemos matemática a la primer hora, así no se puede vivir y menos con este viejo de mierda dando la materia.

— Cálmate boludo, se pasa rápido, pero eso si, el profesor es un hijo de puta.

—  Al menos no nos mandó tarea la semana pasada porque lo cagaba a trompadas.

— Cállate que viene el rompe huevos del director.

Todos se quedaron callados cuando entró el director en lugar del profesor. A Enzo le chupaba un huevo, solo quería que termine la clase y pueda irse al recreo o mejor a su casa.

— Tengo un aviso para hacerles, 5° año.

— Su profesor Gutiérrez va a estar faltando por los próximos 3 meses por culpa de una lesión que tuvo.

Algunos estaban preocupados por el profesor, pero Enzo parecía mantenerse feliz en todo momento.

— Van a tener un sustituto y más les vale caerle bien o sino van a ver — dijo y se fue mientras entraba el profesor sustituto (Julián).

— Hola chicos, bueno como les explico el director yo soy su profe sustituto.

Enzo cuando lo vio entrar quedó perdido en sus ojos, estaba ¿Enamorado?

— Mí nombre es Julián Alvarez. Paso lista y me dicen presente.

Su amigo (Agustín Muñoz) lo sacó de su trance tocándole el hombro mientras le susurraba unas palabras en el oído.

— Este es pollo.

— Enzo Jeremías Fernández.

— P-presente profe.

— Lindo nombre joven — dijo y siguió tomando lista.

Agustín lo miraba confundido. Enzo no era así. A cada profe nuevo le hacía vivir un infierno, pero este parecía dejarlo bastante nervioso.

— ¿Qué mierda te pasa? Siempre haces sufrir a los profes, hoy parece que te tiene de mascota.

— Cerra el orto.

— Allá atrás se me separan y dejan de hablar, vos Agustín, pásate acá al frente —
Gritaba Julián desde su escritorio.

Comenzó la clase, Julián empezó a explicar los ejercicios que tenían que hacer y les dijo el tiempo que iban a tener antes de corregir.

Enzo, por primera vez en su vida, prestó atención a la clase y se puso a hacer los ejercicios ¿A quien quería impresionar? El profesor lo ponía de rodillas si era necesario, cosa que ningún otro había hecho antes.

Se acercó a su escritorio, le preguntó algo sobre el ejercicio y luego, después de dudar un poco, le pregunto su edad.

— Che Juli.

— Dígame Fernández.

— ¿Cuántos años tenes?

— 24 ¿Por qué la pregunta?

— No nada, quería saber nada más — respondió y volvió a su lugar, callado.

Nunca se había portado tan bien, Agustín sabía que algo andaba medio raro, pero prefirió no darle mucha bola. Su amigo decidió que, como Enzo no iba a hacer nada, el y los que estaban ahí cerca lo iban a molestar.

El profesor sustitutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora