𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 Maegor nace de la última Targaryen, Daenerys y su esposo Khal Drogo, perdiéndola a sus siete años por un bastardo.
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𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 confía en la persona equivocada y lo manda 172 años antes, donde están sus antepasados Daemon y Rhaenyra Tar...
HABÍA DEJADO EN CLARO QUE EN SU AUSENCIA LAS OBRAS EN NOMBRE, de la príncipe Rhaenyra debían hacerse si o si, todos sabían que consecuencias tendrían sino, la reina estaba ansiosa de que el se fuera y dejara a sus hijos por fin sin su intensa protección.
Aunque su sonrisa desapareció cuando observo la falta de disimulo de su hijo Aegon en demostrar su amor con el, la reina estaba furiosa, su felicidad se había desmoronado al entrar en el cuarto de su hijo, encontrándolo sobre Maegor besándose.
Ni siquiera se habían separado al verla entrar y eso no hacía más que volverla roja del coraje.
—¡Aegon! .
Ambos se separaron más por el susto que por el regaño, Maegor como siempre tenía una sonrisa burlona mientras se sentaba en la cama de Aegon.
—Madre —Aegon fruncio el seño confundido acomodando su camisa—, ¿que haces? Necesitas algo.
—Yo iré a ver unas cosas con el Consejo —Habló Maegor levantándose tomando su espada—, adiós.
Alicent sentía que explotaba al ver a Maegor salir tan campante, volteo intentando generar miedo a su hijo como antes, pero el estaba tranquilo.
—Es inaudito, el solo esta jugando contigo —Farfullo la reina tomando del mentón a Aegon.
—Pues me gusta que lo haga —Habló Aegon alejándose de ella con aburrimiento—, a quejas venido.
—Te vez, no eres como el imbécil de Laenor Velaryon que se follaba a los guardias —Aclaró la reina furiosa—, sabes que me dijo en el consejo, que mordidas almohadas es simplemente horroroso.
—Maegor también es tu hijo —Habló Aegon con una mueca—, mi gemelo.
La reina sintió ganas de bofetearlo y decirle la verdad, pero tenía que contarle que no eran hermanos haría que se aferrara más a el.
—Sabes que se acuesta con el bastardo de Rhaenyra —Habló Alicent más tranquila.
Aegon se sentó mejor, frunciendo el seño confundido, la reina oculto su satisfacción al verlo tan confundido y posiblemente destrozado.
