𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 Maegor nace de la última Targaryen, Daenerys y su esposo Khal Drogo, perdiéndola a sus siete años por un bastardo.
𝗢
𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 confía en la persona equivocada y lo manda 172 años antes, donde están sus antepasados Daemon y Rhaenyra Tar...
MAEGOR RECIBIÓ UNA CARTA DE RHAENYS, la mujer le contaba su descontento por el matrimonio de Daemon y Rhaenyra, quienes no esperaron a que haya pasado tiempo desde la muerte de sus hijos, el castaño fruncio el seño dejando caer su cabeza a su almohada.
«Que se hace en estos casos.... Dormir».
El castaño suspiro cerrando sus ojos dejando que el sueño llegará a el, pero los truenos de una fuerte tormenta llegando a la fortaleza lo asustaron, suspiro observando por la ventana intentando dormir, pero cada vez más los truenos se hacían más fuerte.
Los recuerdos de la tormenta que lo hizo llegar ahí, sus días durmiendo debajo del ala de drogon cuando era solo un niño, el frío de la noche, los rayos y truenos, mientras el solo tenía el cuchillo y la espada de su tío Rhaegar.
Suspiro saliendo de su cuarto empezando a caminar por los pasillos en completa oscuridad, se detuvo viendo a Criston cole entrando con una chica al cuarto de Aegon, fruncio el seño al verlo salir y caminar rápidamente de ahí.
Lentamente se acercó a la puerta escuchando la conversación que simplemente era muy baja. Abrió la puerta viendo a Aegon confundido y sorprendido viendo a la chica desnudarse frente a él.
Maegor fruncido el seño y rodo los ojos, al notar las claras intenciones de la reina.
—Mi príncipe —Habló la chica acercándose a el—, hoy le quitare todo su malestar.
—¿Que? —Aegon fruncio el seño cubriéndose con su sabana—, quien te mando.
—Alguien que quiere hacerlo sentir mejor —Habló con intenciones de quitarle la Sabana.
—Puedo saber quién la mando —Habló Maegor empezando a caminar.
—P-principe —La chica se levantó nerviosa, rápidamente parpadeo con intenciones de acercarse al castaño—, también le gustaría unirse.
—Cuando quiera un trío, yo mismo elegire a las dos personas y esas no serán usted —Murmuro con frialdad—, le hice una pregunta.
La chica estaba a punto de tomar la mano de Maegor ignorando sus palabras, pero el castaño fue más rápido, sosteniendola de la muñeca con delicadeza.
—Se que no quiere esto —Susurro Maegor más calmado—, ¿lo quiere?.
