| Silenciosa |

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— Mis hombres van a acercarlos hasta donde deseen, la ciudad aún está vacía. —Indicó Vincent en las puertas traseras del camión, sosteniéndolas, miró a las tortugas en el compartimiento y a la mujer que se había sentado a un lado, y miraba a los chicos y luego a ella, medio desorientada— ¿Seguro podrán con ella?

— Solo es una niñita, no parece ni que sepa como comer sola —Dijo Raphael acercándose a la peliverde que lo miró con ojos enormes, elevando el rostro.

— No se preocupe, Donnie va a estudiarla y la mantendremos bajo tierra hasta que sepamos que no es un peligro. —Indicó Leo mirando a Vincent, la mujer asintió.

— Bien, manténganme al tanto... —Miró a la chica una vez más, algo en ella no le agradaba—, suerte. —Dijo y cerró las puertas.

Leo suspiró, al girar encontró que la mujer lo miraba en silencio, bien sentada, su paz lo perturbaba, en especial porque esos ojos grises que lo miraban casi sin pestañear.

Algo incómodo la miró de arriba abajo y se acercó a sus hermanos, que lo imitaron, quedando los cuatro en una ronda.

Roma movió la cabeza de lado, curiosa, no lograba escuchar que decían ellos, pues parecía que cada vez se acercaban más entre sí y se alejaban de ella, a la vez que la discusión se ponía algo acalorada. Elevó las cejas un segundo y volteó a ver a los conductores, el camión policial no tenía ventanas, y no podía ver mucho más allá que a través de la puerta que separaba la parte trasera de la cabina.

Se asomó un poco más, queriendo ver el exterior, entonces sintió la presencia a su lado y se enderezó, encontrándose con Mikey que se agachaba delante de ella, de cuclillas le sonreía.

— Hola, muñequita, me parece que te llamas Roma ¿Verdad? —Preguntó sonriéndole, la peliverde solo guardó silencio y pestañeo una vez, detrás de Mikey, Leo y Donnie cruzaron miradas y Raphael bufó.

— Pierdes tu tiempo —Dijo el de rojo señalándola con la mano—, ni siquiera te entiende-

— ¡Shh! —Le dijo Mikey, y luego volvió a mirar a la chica que miraba a Raphael con recelo—, mira, yo creo que si entiende —Ella volvió la vista hacia Mikey—, disculpa a mi hermano, es un gruñón, se llama Raphael, ellos son Donnie, y Leo, el líder, y yo soy Mikey, a tus servicios —Le sonrió dulce, tendiéndole la mano, mano que la peliverde miró unos segundos antes de volver la vista a él, sin moverse, la risa de Rapha se dejó oír y Mikey bajo la mano—, mira linda, vamos a taparte los ojos un rato ¿Si? Rapha quería tapártelos desde ahora pero mejor esperamos a tener que bajar, y una vez lleguemos, te tapamos los ojos y te guiamos a casa y ahí te destapamos —La peliverde arrugó el entrecejo, mirando a Mikey a los ojos—, lo siento, no es personal, solo que lo ideal es que no sepas donde es nuestra guarida... ¿Está bien?

Roma no respondió, solo se quedó viendo al quelonio sin decir nada. Mikey suspiró, levantándose, los cuatro hermanos la rodeaban y se miraron entre sí.

— ¿Habrá entendido? —Preguntó Leo.

— Lo veremos pronto... —Respondió Raphael.

La chica no los miraba, sus ojos se desviaron a la puerta que daba a la cabina. Raphael entrecerró los ojos, notando eso, le siguió la mirada y la desconfianza en la mujer apareció.

Pasaron al menos unos diez momentos cuando el camión freno, Mikey suspiró, mirando a la chica que no apartaba la mirada de la puerta.

— Solo ponle la venda en la cara y la metemos como a un saco de papas. —Dijo Rapha, cruzándose de brazos.

— Está perdida... no creo que sea buena idea, además, ya vimos que es fuerte. —Dijo Donnie, Raphael rodó los ojos. Leo sostenía una tela que usarían para tapar los ojos de la mujer, sin embargo dudaba como acercarse, por alguna razón, le incomodaba el tratar con ella.

Imperio Romano | Oc x TMNT | Las tortugas ninjasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora