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“¿Está bien que yo dijera todo eso?
¿Es muy pronto para hacer esto?
Porque sé que eso es delicado”

—Delicate

Los meses se pasaron volando, ya llevaba casi cuatro meses siendo amiga de Wolfhard y la verdad me hacía pensar que mi vida escolar no era asquerosa

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Los meses se pasaron volando, ya llevaba casi cuatro meses siendo amiga de Wolfhard y la verdad me hacía pensar que mi vida escolar no era asquerosa.

Salíamos casi a diario o él solía visitarme en mi casa, muy pocas veces yo iba a la suya.

Aunque, también estaba el hecho de que posiblemente él me estuviera gustando. No digo que sea malo, por favor, ¿Cómo podría ser malo que me gustara Finn? La cosa estaba en que mi reputación era un asco y digamos que el quererme teniendo esos antecedentes sería obra divina.

—Haven —Miré la puerta de mi habitación cuando escuché a Maia llamarme.

Me estaba maquillando y tenía la bata de baño puesta porque no sabía que ponerme.

—¿Pasa algo? —pregunté comenzando a difuminar las sombras azules y grises en mis ojos.

—Te queda media hora para ir a la escuela —Asentí lentamente—. Y no te haz vestido.

—Llegaré a tiempo, tranquila —Le sonreí tomando mi máscara de pestañas para aplicarla luego de habermelas peinado.

—Te notó más alegre, ¿Por qué? —preguntó y solté una risa como si no supiera que la razón de mis sonrisas era un pecoso con rizos qué me decía vampira.

—Por nada —respondí esparciendo algo de rubor en mis pómulos y en la punta de mi raíz—. ¿Cómo está mi mamá? —Cambié el tema.

—Está bien, está desayunando —informó y asentí poniendo algo de iluminador en mis pómulos—. Apurate o vas a llegar tarde.

—Sí, sí —respondí viéndola salir de mi habitación y después acomodé mi maquillaje comenzando a dirigirme a mi armario.

Saqué una falda negra y busqué entre mis blusas algo para ponerme hasta que de tanto buscar encontré una blusa rojo vino. Toqué su tela con mis dedos, hace mucho no usaba ropa de color.

La saqué y después me la puse notando su escote en corazón ya que tenía las mangas caídas dejando mis hombros a la vista.

Me terminé poniendo botas de cuero con algo de tacon qué me daban hasta abajo de las rodillas para luego acomodar mi cabello.

Me apliqué perfume y después tomé mi maleta saliendo de mi habitación para entrar a la de mi mamá y despedirme de ella.

—La blusa es roja —habló ella sorprendida al verme haciéndome sonreír—. Que bonita te ves hija.

—Gracias mamá —La abracé y después dejé un beso en su mejilla—. Ya me voy, cuídate.

—Adiós hija, que te vaya bien —Besó mi frente y después me alejé de ella para salir de la habitación.

REPUTATION // Finn Wolfhard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora