Si aparezco en tus sueños, deberás saber que...
Hago parte de tus pensamientos, hago parte de tu vida
en un mundo en el que eres mía...
¡Ay no! ¿Por qué ahora? ¿Qué querrá? Ya suficiente tengo con los nervios que me están consumiendo... pensaba una y otra vez, confundida por todo lo que estaba pasando. A lo mejor si lo ignore puede que deje de molestar ¿no? - pensé.
Y parecía haber funcionado, él se dio cuenta que no le estaba prestando atención ni mirando siquiera y desistió, como debe ser. A cada uno de los estudiantes nuevos se le pasó el micrófono para que se presentara en público, Maddie estaba a mi lado y sabia lo nerviosa que estaba, ella se había dado cuenta que tenía pánico escénico, por lo que agarró mi mano y sonrío. Y cuando llego su turno, realmente me sorprendió... fue tan natural, no podía esperar menos de ella, siempre tan perfecta, y eso, sin quitar los arreglos que le había hecho a su uniforme lo que la hacían ver muy agradable a la vista; cuando llegó mi turno, mis rodillas no paraban de temblar.
— Y-y-yo me llamo Maia Foissard, encantada de conocerlos — de inmediato pasé el micrófono al siguiente compañero, al cual no me había fijado quien era, cuando levanté la mirada, se trataba de ese chico de ojos grises que me había mirado prácticamente toda la cena de anoche. La curiosidad por saber su nombre apareció ¿estaba bien querer saber quién era el que te acosaba visualmente? En el momento en el que le entregué el micrófono, mis manos se cruzaron con las de ajenas, era frío... muy frío, y tan pálido que incluso se le notaban las venas; él sin ningún tacto, me lo recibió con brusquedad, y con un tono grueso y serio continuó con la presentación.
— Me complace conocerlos me llamo Arthur... Arthur Rotburi. — La sala se quedó en silencio total, nadie podía creer lo que acababa de decir, ¿no era acaso el hijo menor del gran empresario francés Dominique Rotburi? Es decir, ¿Qué hace aquí un niño rico?... Hasta los que le hacían el feo ayer parecieron arrepentirse de sus acciones.
La presentación continuó, hasta finalizar con el saludo del rector, Edmond Vallois, — quien por cierto tiene una mirada muy aterradora, un aura nada de confianza y mucho menos agradable. — Acabada la ceremonia de inicio, nos dio un descanso de hora y media antes de darnos las clases y los horarios.
Maddie me miraba con sonrisa picarona. Empujándome con su codo todo el camino hacia la cafetería.
— ¿Q-q-qué sucede? ¿Por qué me miras así? — Volteé a verla curiosa, ya suficiente tenía en la cabeza y ahora Maddie le agregaba... ¿picante?
— Nop no es nada, solo que me sorprende que tu admirador secreto sea el hijo de uno de los multimillonarios mas importantes de Europa ¡Buen trabajo Mai!— Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Admirador? ¿Secreto? ¡Que cosas dices! Más bien vamos a comer algo, muero de hambre — ¿Como le quitaba el tema de conversación? No quería hablar de un Rotburi, menos que me había acosado visualmente la noche anterior.
— Mai..., cariño tranquila vamos a comer, pero me tendrás que decir cosas sobre ese chico, te pusiste pálida cuando dijo su nombre ¿que será? ¿amor a primera vista? ¿futuro matrimonio? ¿seré la madrina cierto?
Ay dios... Como me la voy a quitar de encima, no hay forma de detenerla una vez comienza con sus preguntas, Maddie suele ser invasiva en todo sentido. Iba evitando sus cuestiones, sacando tema de hasta porque el cielo es azul, no sabía como dejar esto de lado. Finalmente cuando llegamos a la cafetería, que por cierto, era el mismo sitio en el que habíamos cenado la noche anterior; con la diferencia de que las ventanas estilo gótico adornaban el lugar de una forma muy agradable ahora que no tenían las cortinas puestas. Una vez tomamos asiento, Maddie alzaba la ceja como si esperaba que yo le dijera algo.
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Evening Vampires [EN EDICIÓN]
VampireMaría Foissard, es una chica de 17 años que ha tenido una vida normal, a pesar de ser introvertida y su facilidad de relacionarse es poca; acabará en la mitad de un lío entre vampiros. Ella decidirá que hacer con su destino, hasta el punto en el que...