"Me encanta apoyar a los pilotos jóvenes, ¿a ti no, Maxie?"
"Sí, amor. Y amo más hacerlo contigo."
Unas buenas vacaciones en Mónaco eran lo que le hacía falta a la pareja de pilotos para poder prepararse para la séptima carrera del año. Habían estado consiguiendo podios o llevándose directamente la victoria desde su suerte en la cuarta pista del año en Suzuka.
Suzuka, una sola palabra, una ciudad hermosa en Japón. De por si el nombre de la pista emanaba poder y belleza, los recuerdos que tanto Max como Checo construyeron en ese fin de semana le añadían aún más poder, pero sobre todo amor, a la mezcla de sentimientos que les generaba la cuarta pista del calendario.
El neerlandés había tratado de ser lo más discreto posible respecto a su sentir de ese corto fin de semana de abril. Pero el castaño siempre podía notar como los ojos azules de Max parecían iluminarse al mencionar su triunfo en la pista. Checo sabía lo feliz y orgulloso que se ponía su pareja cada vez que se declaraba campeón en pistas que significaban algo para él: el GP de Países Bajos, Brasil y México.
La primera victoria era meramente por orgullo y para mantener a su padre contento. Max, a pesar de tener una muy mala relación con su progenitor, aun buscaba la sonrisa y felicitaciones que le daba Jos Verstappen cuando se declaraba vencedor en su casa. Mientras que, Brasil y México eran por motivos más sentimentales orientados al lado romántico.
Brasil 2022 había sido su perdición. Max aprendió lo fácil que era perderlo todo. Se había vuelto indiscutiblemente el campeón del mundo, pero perdió al amor de su vida. Era una vida llena de orgullo y lujos, una de la que Jos Verstappen estaría satisfecho. Pero el neerlandés no era su padre. A pesar de tener comportamientos y rasgos similares, Max buscaba algo que Jos no: amor. Para Max, perder el campeonato de pilotos no se comparaba para nada con la mirada vacía que le dio Checo después de no cederle su lugar.
Si ganar el campeonato eran aplausos y gritos, tener a Checo a su lado era como una constante explosión de fuegos artificiales. Estar con el mexicano era lo mejor que le había pasado a Max. Por lo que, perderlo por una estupidez suya, bueno, fue terrible. Ni siquiera los aplausos de la multitud lograron que se sintiera mejor.
Brasil había significado traición y dolor. Brasil ahora significaba cambio y esperanza. Sin Brasil, jamás la relación de ambos pilotos de Red Bull hubiese llegado a su momento actual: una pareja sana, fuerte y con mucho amor que dar. Esa pista le enseñó al neerlandés a poner prioridades y al mexicano a marcar límites. Fue la causante de una de las peores etapas de su vida, pero también de una de las más maduras y evolutivas.
Ganar Brasil para Max era enmendar su error de hace dos años.Por último, México era un caso curioso. A pesar que Max siempre apostaba y prefería que Checo ganará la carrera, ya que era su casa, el neerlandés también gustaba de probarse ante la familia del mexicano. Max, a pesar de tener una grandiosa relación con sus suegros, cuñado y cuñada, mismas que se fortalecieron después de Brasil 2022; siempre buscaba demostrarles que era una buena pareja para su hijo. Por lo que, siempre y cuando no interfiriera con el desempeño de su pareja, Max buscaba quedar en pole o, si las cartas estaban a su favor, ganar la carrera de casa de su amado.
Checo sabía que esas tres pistas eran las favoritas de su pareja. Incluso podía apostar que gente del paddock o los mismos fans conocían ese dato. Así que, no le terminaba de cuadrar porque el neerlandés parecía tan satisfecho de sí mismo de haber ganado, no la carrera en Shanghái (en donde quedó en P1), no Miami (siendo P2), sino por llevarse el primer lugar de Suzuka.
El castaño sabía que su pareja había amado la emoción de la gente, la pista y todos los momentos que crearon juntos en Japón. Pero el entusiasmo y orgullo que sentía Max por esa pista no era como cualquier otra en donde haya quedado en pole position. No, tenía la misma mirada que cuando quedaba dentro del TOP3 en el GP de México.
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chestappen mis papás; yuki & chestappen
Short StoryEn donde Yuki Tsunoda es un gran fan de la Fórmula 1, pero aún más fan de la pareja de Sergio 'Checo' Pérez y Max Verstappen, de la cual se considera su fan número 1 y su hijo perdido. "Chestappen mis papás" 𝙣𝙤𝙩𝙖𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙖𝙪𝙩𝙤𝙧: Mención de...