Capitulo 3 "Nekomata: Parte 1"

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—¡P-por favor! ¡Aléjense!

Un hombre de unos 29 años aproximadamente grito lleno de pánico mietras corría a gran velocidad a través de las desoladas calles de un viejo parque a las afueras de la ciudad. El sujeto vestía de manera formal, con saco y corbata, aunque en este punto de la noche la corbata se encontraba amarrada alrededor de su frente. Las farolas oxidadas del parque parpadeaban de manera espeluznante provocando que muchas veces el camino quedara en completa oscuridad.

—¡N-no! P-por favor! No quiero morir—Grito aun más fuerte girando la mirada—.

Si le dabas una mirada rápida al ecenario detrás del hombre no notarias nada espeluznante, pero definitivamente había algo allí. Una misteriosa niebla lo seguía muy por detrás causando qué el hermoso cielo estrellado se ocultara completamente. De repente y los árboles, malesa y arbustos alrededor del camino un montón de ositos de peluche se hicieron presentes. Estos empezaron a seguir al hombre muy de cerca, algo sorprendente considerando que tenían patas demasiado pequeñas. Todos ellos eran similares, osos de felpa de tamaño pequeño, pelaje café y ojos de botones, en su estómago tenían un número grabado.

—N-no! No se acerquen!

Presa del pánico arrojo su maletín lleno de documentos del trabajo, este logro golpear a un par de los ositos tirándonos al suelo, pero su ataque no fue lo suficientemente poderoso como para librarse de ellos, por cada oso eliminado 5 tomaban su lugar, era un pequeño ejercicio imparable.

—Mierda, necesito salir de aqui—Se dijo a si mismo acelerando el paso—.

El pobre y desgraciado hombre corrió lo más rápido que pudo, nunca antes había hecho algo así y definitivamente le estaba pasando factura, si salía vivo de esto empezaría a hacer más ejercicio y a ir a misa más seguido y a donar a los pobres y a buscar una novia y a dejar de tomar y a, bueno, se entiende la idea no?

Por más que el hombre corría y corría el largo sendero en línea recta que estaba atravesando parecía nunca acabar, ni siquiera sabia bien en donde se encontraba, en esta zona no había ningún parque, por lo menos no en estos años.

Seguramente se estarán preguntando el porqué corría de dichos animalitos de peluche? Claramente no parecía ser la gran cosa, en manada podrían dar una buena pelea pero nada que un hombre de su edad no pudiera manejar. Pero la verdad es que no estaba corriendo de ellos, estaba corriendo de ella. La persecución había empezado cuando se acercó a lo que parecía ser una pequeña niña perdida, gran error, realmente parecía ser algo más que una niña, ella básicamente le grito que saliera de su territorio y aquí estaba, corriendo por su vida.

Durante su recorrido había logrado alejarse lo suficiente de los ositos, la niebla no lo dejaba verlos pero se supone que ellos tampoco podían verlo a él. Se detuvo un momento y miro a ambos lados del camino, detrás un par de arbustos logro ver un viejo edificio pequeño: baños públicos. Corrió a través de la malesa perdiéndose entre los arbustos y entro en los viejos baños públicos.

El interior estaba en un estado deplorable, las paredes blancas estaban manchadas de una sustancia negra y en el piso alrededor de los baños había una extraña masa cafe, realmente esperaba que fuera lodo y no algo más. Las luces estaban apagadas pero había un gran agujero en el techo que proporcionaba un poco de luz.

—Nya ¿Estas en una situación complicada no?—Una juguetona voz infantil y chillona le hablo—.

El hombre miro hacia arriba, al agujero, allí se encontraba una criatura un tanto curiosa. Era pequeña, tal vez del tamaño de un niño, su cabeza era más grande que su cuerpo. Tenía pelaje negro y usaba una sudadera roja, definitivamente era un gato.

El Harem De mi Mejor amigo (Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora