Marc sentía un placer que no pudo controlar, rasgando la espalda de Nathaniel. Pronunciando su nombre con cada pequeño respiro que tenía.
—Nathaniel, más sigue. Ah.
El alfa, penetraba cada vez más fuerte y con los rasguños de Marc, lo levantó y sostuvo por unos instantes para después apoyarlo en la mesa. Donde tiro la mayoría de cosas. Para después sostener a una pierna de Marc y penetrarlo en una nueva posición, aún más placentera.
Lamió su piel y se volvió a acercar a Marc para darle otro beso, mientras seguía moviéndose, Marc lo besó nuevamente, y al tener sus piernas libres, las cruzó para tener a Nathaniel más profundo. Gimiendo de placer dirigió las manos de Nathaniel hacia sus pezones haciendo que los acariciara y lamiera, Nathaniel estaba complacido de tener al omega más bello en sus manos, era tan perfecto que no resistió más y aceleró su movimiento, Marc intuitivo sostuvo a Nathaniel y lo besó. Haciendo que el alfa llegará a su clímax y eyaculará.
—Ahora deberíamos subir a la habitación —susurró el alfa al oído de Marc.
Marc sonrió, acercándose al oído de Nathaniel y susurró con un tono suave pero provocador:
—Solo si me prometes que esta noche será aún mejor que la anterior —refiriéndose a la noche donde lo marcó.
Nathaniel sintió el suave roce de los labios de Marc en su cuello, enviándole una oleada de deseo. Sin decir una palabra, tomó la mano de Marc y lo guió hacia las escaleras. Cada paso resonaba en la casa, amplificando la anticipación entre ambos.
Cuando llegaron a la habitación, Nathaniel cerró la puerta con suavidad, sin soltar la mano de Marc. Lo atrajo hacia sí, abrazándolo por detrás mientras sus manos recorrían lentamente su torso. El alfa murmuró en su oído:
—Esta noche, te haré olvidar de todo lo demás.
Con movimientos firmes pero llenos de cuidado, Nathaniel lo giró hacia él, mirándolo a los ojos con intensidad antes de acercarse para un beso profundo, uno que prometía mucho más de lo que las palabras podrían expresar.
Lo llevó a la cama, donde una vez más Marc lo tentó, abriendo las piernas y acariciando su cuerpo, desde sus pezones hasta su abdomen. Nathaniel comenzó acariciando las piernas de Marc, deslizando sus dedos lentamente hasta llegar a cada centímetro de su piel, por unos segundos pasó Marc para sostener unos condones, se los puso y continuó con el acto.
A Marc no le importó los breves segundos en los que Nathaniel demoraba en ponerse el condón; al contrario, le gustaba porque podía observar en todo su esplendor al alfa.
La noche se llenó de gemidos, besos apasionados y caricias suaves, cada toque los estremecía de placer. Al final, exhaustos pero satisfechos, Nathaniel se acomodó sobre el pecho de Marc, sintiendo el latido calmado de su corazón. El alfa se dejó llevar por el sueño, acunado por la suavidad de su omega, mientras que el silencio de la noche envolvía a ambos en una paz profunda.
A la mañana siguiente ambos despertaron abrazados. Para Marc, fue su primer amanecer cómodo al lado de la persona que ama, mientras que Nathaniel, por primera vez, experimentó la sensación de despertar junto a alguien que realmente le importaba.
—Deberíamos levantarnos de la cama Nathaniel.
—Ya estamos despiertos ¿no es suficiente?
—Tenemos que ducharnos.
—¿Juntos?
—Después de anoche, creo que necesitaré ayuda para caminar... —dijo Marc con una sonrisa traviesa, apoyándose ligeramente en Nathaniel.
—Está bien —respondió el alfa, devolviéndole la sonrisa mientras le daba un beso en los labios—. Me haré responsable de ti. —Luego lo sostuvo con firmeza, ayudándolo a levantarse.
—Wow, con cuidado —bromeó Marc soltando una pequeña risa.
Después de la ducha, ambos se pusieron ropa ligera y se dirigieron a desayunar juntos, ya que aún no lo habían hecho. Nathaniel, quien tenía un asunto importante que discutir con Marc, pensó en cómo habían estado viviendo juntos y cómo las cosas habían cambiado para ambos.
Marc, emocionado, se encargó de preparar todo para cocinar. Apenas estaba comenzando su nueva vida y su experiencia era limitada. Su nueva personalidad no recordaba mucho más allá del asesinato de sus "amigas", y aunque aprendía rápidamente y recordaba cosas básicas, aún no era un experto en nada.
Nathaniel, en cambio, era un experto en la cocina. A menudo trabajaba desde casa cuando no estaba ocupado con asuntos de la mafia o ayudando al líder, su padre.
Prepararon unos esponjosos pancakes, dorados a la perfección, que Nathaniel enseñó a Marc a preparar con una receta sencilla: harina, azúcar, leche, esencia de vainilla y bicarbonato. Estaban bañados con miel suave y adornados con arándanos que Marc quiso poner después de verlo en el televisor ayer. Para acompañar, Nathaniel preparó un café dulce, que rara vez se servía, mientras que para Marc hizo un batido de fresas frescas, cremoso y dulce, que reflejaba la alegría del omega. La mesa estaba lista, lista para compartir un desayuno delicioso.
En medio del desayuno, Nathaniel le preguntó a Marc de manera directa si había abierto la puerta detrás del estante. La pregunta sorprendió a Marc, quien se atascó un poco antes de responder tímidamente:
—Yo... sí la abrí. Perdón, no pude resistir la curiosidad.
—Está bien, pero ¿cómo lo notaste?
—Por los bordes. Si miras de cerca, se nota la diferencia.
—Vaya, realmente prestas atención a los pequeños detalles.
.
—¿De verdad? Bueno, si tú lo dices. Pero enserio lamento quebrar la cerradura.—No es nada, lo arreglaré más tarde.
—Quedaron deliciosos —dijo Marc, tratando de desviar la conversación.
—Sí, Marc. — Nathaniel hizo una pausa, decidido a retomar la conversación de la noche anterior. — Recuerdas lo que te mencioné sobre los Lauren y el duelo, ¿verdad?
Marc suspiró antes de contestar. —Sí, lo recuerdo. Pero, sinceramente, ¿quieres que sea yo? Me molesta saber que solo seré un participante más en esto.
—"Un participante" quién dijo eso.
—Bueno es un duelo, entre ustedes y sus participantes serán los que lucharán, de qué otra forma puedo decirlo.
—Ayer juraste que matarías por mí.
—Y lo haría sin dudar, pero en serio detesto la idea de ser solo tu participante ante los demás.
—Pero toda Francia sabe que tengo un omega a mi lado.
—Más no saben quien soy.
—Está bien, Marc Kurtzberg, haré lo que tu deseas.
—¿Qué dijiste?
—¿Qué haré lo que deseas?
—No, lo otro.
—¿Qué, tu nombre?
—Si, ¿por qué lo dijiste con tu apellido?
—Porqué es así, desde ayer que tu eres mi esposo legalmente.
—No te creo.
—¿Crees que bromearía con nuestro matrimonio?
—No puede ser —Marc dejó todo de lado y corrió hacia Nathaniel, envolviéndolo en un abrazo. —Te amo.
La segunda personalidad de Marc, que ahora es la dominante, ya tenía un nombre. Marc Kurtzberg, era el nombre de la reina de Francia, el omega que tiene en sus manos al futuro líder de la mafia más famosa de toda Francia.
La segunda personalidad de Marc, ahora dominante, ya tenía un nombre: Marc Kurtzberg. Es el nombre de la reina de Francia. El omega que tiene en sus manos al futuro líder de la mafia más poderosa de Francia.
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Matar por amor (Marc y Nathaniel)
Fanfiction¿Matarías por mi amor? Nathaniel no cree en el amor, pero una noche conoce al amor de su vida... o eso creen ambos. ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── Es una historia de fans para fans, los personajes no son míos, utilizo personajes de (Miraculous).